Una pistola 9 milímetros, que no logra ser ubicada por la Policía, está involucrada en gran cantidad de crímenes. Un ejemplo del descontrol en el tráfico de esos instrumentos de la muerte en el país más violento de América Latina. ¿Cuáles son las rutas armamentísticas?
Por Gabriel Michi
Ecuador se desangra en medio de la violencia. Y la impunidad. Las bandas criminales se multiplican. Como se multiplican sus delitos. La falta de respuesta de las autoridades a veces tiene que ver con la incapacidad frente a semejante embestida. Y, en otros casos, al vínculo de los uniformados con esos grupos delictivos. En ese contexto, hay matanzas colectiva en cárceles, muertos en las calles y hasta asesinatos de candidatos políticos. Y casos increíbles que no hacen más que dejar al desnudo ese círculo vicioso de impunidad y violencia. Un arma -una pistola de 9 milímetros-, que participó de al menos 27 episodios de violencia distintos y que dejó un saldo de 34 muertos se convirtió en un símbolo claro de cómo opera la criminalidad en uno de los lugares más peligrosos de Ecuador, el barrio Nueva Prosperina de Guayaquil.
Así pudieron reconstruir las autoridades luego de recoger y periciar los casquillos de bala que quedaron en las distintas escenas de los crímenes. Y, lo que es peor es que, pese a los exhaustivos operativos donde se secuestraron una infinidad de armas, suponen que la pistola en cuestión sigue en la calle. En un país donde, de las más de 40.000 armas incautadas desde 2019, sólo 900 han sido rastreadas.
El arma utilizada en Nueva Prosperina es un verdadero misterio. Quienes investigan el derrotero de esa 9 milímetros señalan que podría pertenecer o haber sido alquilada entre cinco bandas de narcotraficantes rivales que luchan por el control de Guayaquil. En ese recorrido criminal, suponen que, además de los asesinatos, esta pistola estaría vinculada a robos y otros incidentes violentos. Renato Rivera, director del grupo de investigación Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado, explicó: "Un arma asociada a 30 delitos significa que no sólo hay un aumento en el tráfico, sino en la circulación o venta interna de armas ilícitas".
¿Cómo saben que el arma en cuestión es la responsable de múltiples crímenes? Las marcas distintivas de los percutores de cada arma de fuego, visibles con un microscopio de alta potencia, habilitan a los técnicos para relacionar las balas con la que las dispara. "El percutor deja una marca que es más efectiva (para rastrear) que una huella digital", dijo el teniente coronel Benjamín Molina, jefe de la unidad de tráfico de armas y explosivos de la Policía Nacional. Si encontraran esta pistola que está siendo buscada, todo sería más sencillo, pero aún sigue siendo un misterio.
En los últimos tiempos Ecuador se ha convertido en uno de los países más violentos del Mundo, con una tasa de 44,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, la peor de toda América Latina; esas cifras se dispararon con todo a partir de 2020 durante la gestión del entonces presidente Guillermo Lasso y hoy es el principal problema que enfrenta su sucesor, también de derecha, Daniel Noboa. Ecuador registró 7.994 asesinatos el año pasado, un aumento de casi seis veces con respecto al 2020.
Todo eso se vio retroalimentado por el descontrolado contrabando de armas, en particular desde los EE.UU., pero también desde Perú y otros países de la región. De hecho, la Policía identificó siete rutas por donde circula ese comercio clandestino. Frente a ese fenómeno es que las autoridades están intentando rastrear las balas que se disparan para poder ubicar sus armas, y así poder reconstruir las rutas de tráfico y sus vinculaciones con distintos delitos. Pero los recursos con los que cuentan para las investigaciones son insuficientes: Ecuador sólo tiene ocho microscopios (en un país de 17 millones de habitantes) para el rastreo de balas y apenas 247 técnicos capacitados.
El principal foco de atención está puesto en la ciudad de Guayaquil, cuyo puerto sobre el Pacífico se convirtió en el más importante centro del tráfico de drogas, además del escenario de guerras territoriales entre cárteles mexicanos, albaneses, colombianos y otros extranjeros -obviamente con socios locales- que dispararon los homicidios. Frente a eso, el Gobierno calificó como "organizaciones terroristas" a 22 pandillas, incluidas las cinco que operan en Nueva Prosperina. Por lo que Noboa decidió aumentar la financiación para las fuerzas de seguridad en un 6,6%, llevándolo hasta los 3.520 millones de dólares.
De las siete rutas de tráfico de armas que Ecuador, tres de ellas circulan por tierra a través de Perú, mientras que una cuarta ruta ingresa al norte ecuatoriano, cerca de la frontera con Colombia. En tanto, otras tres rutas de tráfico de armas parten de los EE.UU. (una por aire desde Miami hasta la costa de Manta, otra a través de Lima y luego por tierra, y una tercera por mar a través de las Islas Galápagos). En este verdadero colador que resultan todas las fronteras de Ecuador incluso se llegó a detectar piezas de armas enviadas por servicios de mensajería desde Miami. Aunque también hay algunas de producción local, increíblemente fabricadas mediante impresión 3D.
Más allá de su utilización en otros delitos y en conseguir todo tipo de botines, también la comercialización ilegal de armas se convirtió en un lucrativo negocio. Según el Observatorio del Crimen Organizado de Ecuador, las Glocks y otras pistolas se venden hasta en 4.000 dólares cuando son nuevas y 500 dólares si son usadas. Por su parte, los rifles pueden costar entre 8.000 y 15.000 dólares. Y hay mercado también para las armas fabricadas con impresoras 3D que se llegan a transar en 3.000 dólares. Más allá de que además se comercializan armas caseras.
Sólo en el año 2023, la Policía incautó cerca de 10.000 armas, el doble que en 2019. Un cuarto de las armas rastreadas fueron adquiridas legalmente en Estados Unidos, pero generalmente no tienen registros de ingreso legal a territorio ecuatoriano. En los últimos tiempos se allanaron tres empresas que transportaban armas en el mercado negro y detuvieron a 18 personas. Esas armas suelen caer en manos de las pandillas que han sembrado de terror y muerte a Ecuador. La sospecha es que esas bandas criminales las intercambian por cocaína, por ejemplo, con los cárteles mexicanos. Y así después sigue el derrotero de violencia, tal como el de esa pistola que con su criminal recorrido impune ya mató a 34 personas en 27 hechos distintos. Y que, seguramente, seguirá con su letal raid delictivo mientras no la atrapen.
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