La Corte de Alabama aceptó el pedido del fiscal para ultimar de esa forma a Kenneth Smith, un preso condenado a muerte por el asesinato por encargo de una mujer. El acusado ya sobrevivió a la inyección letal porque no le encontraron las venas. Repudio desde los DD.HH.
Por Tomás Michi
Una nueva polémica por la pena de muerte sacude al mundo entero. Un fallo histórico de la Corte Suprema de Alabama permitió por primera vez en la historia de ese Estado que se lleve a cabo la primera ejecución con gas nitrógeno, ante el faltantes de los insumos para la inyección letal a la que encima ya sobrevivió el acusado porque no le encontraron las venas. La máxima entidad judicial estadounidense escuchó el pedido del fiscal general republicano, Steve Marshall, para gasear a Kenneth Smith (58), condenado a muerte en 1996 por el asesinato de Elizabeth Sennett ocurrido en 1988 en el noroeste de Alabama. Las críticas no tardaron en llegar, y las organizaciones por los Derechos Humanos ya se hacen oír frente a la decisión que podría marcar un antes y después en la historia de EE.UU. y el Mundo.
El tribunal, conformado en su totalidad por jueces republicanos, tomó su decisión por seis votos contra dos, pero los abogados de Smith respondieron que la hipoxia de nitrógeno, que consiste en reducir el oxígeno del prisionero, es un método muy cruel de ejecución y argumentaron que se trata de un fallo "inconstitucional", ya que el protocolo de gaseo no probado puede violar la prohibición de la Constitución de Estados Unidos de "castigos crueles e inusuales". Además, habían presentado un recurso a la Corte Suprema de Alabama para que rechace la ejecución con nitrógeno. al argumentar que no debía ser "sujeto de prueba" para el nuevo método de ejecución. Smith es una de las dos únicas personas del país norteamericano que sobrevivieron a un intento de ejecución: no pudieron encontrar su vena a la hora de realizar una inyección letal en múltiples ocasiones.
Alabama es uno de los tres Estados que aprobaron este método de hipoxia de nitrógeno, junto con Oklahoma y Mississippi, pero ninguno lo ha realizado antes. Por eso es histórico, y por eso es polémico. Según explicó la agencia AP, Smith sería obligado a respirar sólo nitrógeno, privándolo del oxígeno necesario para mantener las funciones corporales y provocando así su muerte. Junto con los abogados, las declaraciones provenientes del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC) suscitaron más dudas por el fallo, al considerar que "no ofrece ninguna garantía de seguridad para las personas que se encuentren en la cámara mortuoria, ni aborda cómo evitará el Estado que el gas escape de la cámara y afecte a los testigos".
"Aún quedan demasiadas preguntas sin respuesta para que los funcionarios de Alabama avancen responsablemente con este protocolo", advirtió Robin Maher, director ejecutivo del DPIC. No obstante, sus palabras no convencieron al fiscal general Marshall, que celebró el fallo de la Corte y dijo que "despejó el camino para que Kenneth Eugene Smith fuera ejecutado por hipoxia de nitrógeno". Y agregó en un comunicado: "La familia de Elizabeth Sennett ha esperado 35 años desmesurados para que se haga justicia. Aunque la espera ha sido demasiado larga, estoy agradecido de que nuestros talentosos litigantes de capital casi hayan llevado este caso a la meta".
Por su lado, el grupo Equal Justice Initiative por los Derechos Humanos levantó la voz y cuestionó al Estado por "no estar en posición de experimentar" con métodos de ejecución. La organización señaló que Alabama tiene un historial de "ejecuciones e intentos de ejecución fallidos y defectuosos" y que "experimentar con un método nunca antes utilizado es una idea terrible". En ese sentido, remarcaron que "ningún Estado ha ejecutado a una persona utilizando hipoxia nitrogenada y Alabama no está en posición de hacerlo". Las declaraciones de Angie Setzer, abogada de Equal Justice Initiative, se suman a las del DPIC, que intenta a toda costa concientizar sobre la decisión que se tomó en los Estados Unidos.
Ahora, todo quedó en manos de la gobernadora republicana de Alabama, Kay Ivey, que debe fijar una fecha para que se ejecute a Smith. La información oficial de su Gabinete indica que aún no hay una fecha predeterminada, pero desde el Departamento Correccional, encargados de llevar a cabo la hipoxia de nitrógeno, aseguran que están "preparados para ejecutar las órdenes del tribunal" en el momento en que se lo ordenen.
La pena de muerte en sí atrae opiniones de todo tipo. Aprobación y rechazo. En el caso de Estados Unidos, es legal en 27 estados, y a nivel federal en los sistemas legales civiles y militares. Su aplicación está limitada a homicidios agravados por adultos mentalmente competentes por la Octava Enmienda de la Constitución de ese país. Hasta el año 2021, 23 de los 50 estados decidieron abolirla, mientras que 27 la conservaban -sin embargo, hay 11 de ellos donde existe una moratoria o no se ha aplicado en la práctica desde hace más de 10 años-. La mayoría de las ejecuciones, se realizan mediante dosis letales de un barbitúrico, pero algunos Estados se encontraron con dificultades para recibir los medicamentos debido a una ley de la Unión Europea que prohíbe a las compañías farmacéuticas vender medicamentos que puedan usarse en ejecuciones.
Sobre la hipoxia de hidrógeno, expertos en pena de muerte consideran que no está claro cómo los verdugos se asegurarán de que no se filtre oxígeno en la máscara que pretenden poner en la cara de Smith durante al menos 15 minutos, afectando a quienes se encuentren cerca. A la vez que critican que se experimente con humanos esa letalidad.
El caso de Kenneth Eugene Smith
Este hombre fue uno de los condenados por el asesinato de Elizabeth Sennett, de 45 años, esposa del pastor Charles Sennett. Según la acusación, junto con su cómplice John Forrest Parker recibieron cada uno 1.000 dólares llevar a cabo el asesinato. Según lo que determinó la Justicia de Alabama, el marido de Elizabeth organizó el crimen ya que se encontraba asfixiado por deudas y quería cobrar el dinero del seguro de vida de su esposa. Una semana después del crimen, el pastor se suicidó porque estaba siendo considerado sospechoso. John Forrest Parker fue ejecutado en el 2010, pero Smith sigue con vida pese a varios intentos de aplicarle la inyección letal.
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