Muzaffer Kayasan, un ciudadano turco de 56 años, hace 14 meses que está aislado y lleva 78 test que le dieron positivo. Tiene leucemia y su caso es el más extenso detectado hasta hoy.
Por Gabriel Michi

Es una pesadilla infinita. Un padecimiento sin fin. Si para todas las personas la extensión en el tiempo de la Pandemia de Coronavirus se está volviendo un doloroso cuento de nunca acabar, para Muzaffer Kayasan eso es una dramática realidad, personal y única, que lo ha hecho sufrir en su propio cuerpo más que a ningún ser humano en todo el Planeta. Al menos, de los que sobrevivieron. Este turco de 56 años atraviesa el COVID 19 más largo del Mundo. Hace 14 meses que está aislado y ya se sometió a 78 test y todos, absolutamente todos, le dieron "positivo". Es este período de más de un año su situación se volvió desesperante. No puede ver a su familia. No puede tener contacto con nadie. Y, encima, su cuadro de leucemia lo debilita aún más. Esa situación y el hecho de dar siempre "positivo" le impiden a Kayasan ser vacunado contra el Coronavirus. Lo que se vuelve un círculo de dolor permanente. Un callejón sin salida.
Cuando Muzaffer se contagió por primera vez de COVID, imaginó lo peor. Justamente con ese cuadro de leucemia que arrastra desde hace años, pensó que el virus sería una sentencia a muerte. Transcurría noviembre de 2020. Pero decidió darle pelea. Y vaya si la dio. 14 meses después este ciudadano turco sigue en la misma lucha. Y se convirtió en el caso más largo de todos. Ha hecho todos los esfuerzos para desterrar la infección. Sin embargo, test tras test, uno tras otro, y el resultado sigue siendo el mismo: "positivo".
"Doy positivo constantemente. Cuando preguntamos a los científicos y a los médicos, nos dicen que mi sistema inmunitario está debilitado, porque tengo leucemia, y me mantienen vivo durante catorce meses con los medicamentos que me recetan. Es un proceso muy difícil", se lamenta Kayasan. Según contó a los medios él tuvo un trasplante exitoso de médula ósea hace tres años.

Los especialistas que lo vienen tratando aseguran que es justamente esa leucemia que atraviesa el paciente la razón de semejante extensión del COVID en su cuerpo. Creen que cómo su sistema inmunológico está debilitado por el cáncer, eso impide acabar con el cuadro. Distintos estudios científicos demostraron que los pacientes de Coronavirus que están inmunosuprimidos corren el riesgo de infección prolongada; y que eso se puede agravar con un cuadro con síndrome respiratorio agudo severo. Así surge de una investigación realizado por el New England Journal of Medicine. Y la Sociedad de Leucemia y Linfoma demostró que uno de cada cuatro pacientes con cáncer de la sangre no produce anticuerpos detectables incluso después de recibir dos vacunas.
Serap Simsek Yavuz, profesor de enfermedades infecciosas y microbiología clínica en la Universidad de Estambul, viene siguiendo el caso de Kayasan desde hace meses. Aseguró que están monitoreando en forma permanente, ante la posibilidad de las mutaciones que se puedan dar en este paciente.

En estos 14 meses de COVID 19, Muzzafer pasó 9 en el hospital y el resto en su casa. Perdió el gusto y el olfato. No tiene otros síntomas característicos del Coronavirus. Pero la enfermedad persiste por la inmunidad que enfrenta. En su aislamiento, no puede ver a nadie. Sólo de vez en cuando puede recibir a su mujer y a su hijo. Y, cada vez que lo visitaron, debieron someterse a test. Y, llamativamente, siempre dieron "negativo". Su hijo, Gokhan Kayasan, dijo que su padre siempre había sido una persona "positiva", pero no de esa manera, haciendo un juego de palabras con la situación. "Seguimos diciendo lo positivo que es y ahora el tipo dio positivo y no puede volver a ser negativo", bromea su hijo a pesar de todo. El propio Muzaffer hace gala del buen humor que le asignan: "Supongo que esta es la versión femenina de COVID: ella ha estado obsesionada conmigo", dijo al recibir el último resultado del test, el número 78, que le volvió a dar "positivo".
Sin embargo, cuando se pone serio, no puede disimular su tristeza por no poder ver a sus seres queridos. "No puedo abrazar a mi familia, no puedo hablar con nadie. No queda nada de mi vida social, de mi vida familiar. El COVID 19 ha acabado con mi modo de vida", describe con dolor Kayasan, que también lamenta no poder vacunarse contra el Coronavirus para poder terminar con esta pesadilla. Y no deja de intentar generar conciencia en quienes no se inoculan por decisión propia: "No tienes derecho a matar a otros. Esto es inmoral, deshonesto", concluye.
Una de las imágenes más conmovedoras que rodean a su historia son las de su pequeña nieta Azra, quien sólo lo puede saludar desde el jardín de la vivienda y a través de un vidrio. "Jugaré con vos cuando me mejore", le prometió a través del barbijo. Una mejora que no llega. Y que convirtieron a este abuelo turco en un caso inédito. El del COVID más largo del Mundo.

Comentários