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"El Niño" no da tregua con inundaciones en todo el Mundo

Tras las sequías extremas que dejó el fenómeno de "La Niña", desde mediados del 2023 la contracara sumergió bajo las aguas a millones de personas. Brasil, Argentina, Uruguay, Kenia, Afganistán e Indonesia, entre otros lugares, hoy atraviesan escenarios catastróficos.


Por Gabriel Michi



Después de tres años de sequías extremas protagonizados por el fenómeno de "La Niña", hoy su contracara, "El Niño", está ocasionando inundaciones de proporciones catastróficas en distintos lugares del Mundo, potenciado todo eso por el "cambio climático". Brasil, Argentina, Uruguay, Kenia, Afganistán e Indonesia son sólo algunos de los países que en este momento, de manera simultánea, tienen amplias regiones debajo de las aguas. Con millones de afectados y cientos de muertos, tras las lluvias torrenciales que desbordaron ríos y anegaron miles y miles de hectáreas de sus superficies.


Los especialistas hablan de que en este caso se trata de "El Niño /Oscilación del Sur (ENSO)" provoca el aumento de las temperaturas en la parte central y oriental del Océano Pacífico ecuatorial, y en cambios en la atmósfera. Es un fenómeno que ocurre cada dos a siete años e implica un riesgo de aumento de las lluvias y tormentas en algunas zonas del sur de Sudamérica, especialmente en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, entre otras repercusiones en el planeta. Pero que esta vez llegó con mucha más intensidad, aunque duraría menos que lo previsto.


No es algo nuevo. Ya hubo casos similares en la temporada 1997-1998 y 2015-2016, donde aumentó la intensidad de lluvias y tormentas que provocaron graves inundaciones en esos países. Pero "El Niño" en este presente (2023/2024) alcanzó su punto máximo como uno de los cinco más fuertes registrados, quizás potenciado por el efecto del "cambio climático" que lo llevó a una extremización de sus consecuencias -con niveles de lluvias nunca registrados-, como también a su presunto acortamiento en la duración. Además, el hecho de venir sequías muy extensas, perjudican el nivel del escurrimiento de las aguas, más cuando llegan en las cantidades descomunales e inéditas como se vienen dando. Si a eso se suman problemas de infraestructura y las dificultades que plantean el propio "cambio climático" -producto de la contaminación y los gases de efecto invernadero por la actividad descontrolada del Hombre-, el cóctel es letal.


En ese sentido, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), publicó un comunicado en el que detalla que “las lluvias récord provocadas por 'El Niño' han causado inundaciones sin precedentes en el Estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, con un número creciente de víctimas y pérdidas económicas y de infraestructuras. No se vislumbra una tregua inmediata”.


Y justamente las postales que entrega Río Grande do Sul son desesperantes. Con cerca de 150 muertos, más de 100 desaparecidos, 800 heridos, 600.000 desplazados y más de 2 millones de afectados, este Estado sureño de Brasil enfrenta las peores inundaciones de toda su historia, teniendo el 70% de su territorio bajo las aguas. Hay 435 ciudades que padecen el efecto del agua y se vivieron escenas dramáticas en el rescate de personas y animales -cerca de 10.000-, incluso el del caballo "Caramelo" que lograron salvar después de días de permanecer en el techo de una casa. Lo peor de todo es que las lluvias récord continuarán por varios días.



El rescate del caballo "Caramelo" en Brasil fue uno de los hechos más comentados en medio de las inundaciones.

Era de esperar que esas aguas que inundaron Río Grande do Sul iban a "bajar" hacia los países limítrofes, Uruguay y Argentina. Y eso finalmente ocurrió a través de los ríos comunes. Así. el Área de Hidrología de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande estipuló que la altura del río Uruguay en el puerto argentino de Concordia (provincia de Entre Ríos), donde ya hay 500 evacuados, podría quedar cerca de los 14 metros. Además, consideró que podría alcanzar los 13,90 metros a raíz de las intensas lluvias que continúan en Brasil. También , las ciudades ribereñas de Santo Tomé y Paso de los Libres (provincia de Corrientes) continúan sufriendo las consecuencias.


En tanto, en Uruguay, más de 3.000 personas debieron ser desplazadas de sus hogares por las inundaciones que ya afectan nueve de los 19 departamentos (provincias) del país. De esos 600 fueron evacuadas por las autoridades y 2.400 se autoevacuaron.


Pero no sólo en Latinoamérica se están viendo inundaciones gigantescas. También en África y Asia el combo fenómeno de "El Niño" más el "cambio climático" producen estragos. El Ministerio del Interior de Kenia confirmó el balance de 267 fallecidos como consecuencia de las devastadoras inundaciones y deslaves provocados por las intensas lluvias que azotan el país en las últimas tres semanas. Además, se reportaron 75 personas desaparecidas y 188 heridos. Casi 400.000 ciudadanos se vieron afectados por las inundaciones y 56.000 familias debieron abandonar sus hogares. Esas lluvias intensas también ocasionaron todo tipo de problemas en otros países de la región como Tanzania, Ruanda, Burundi y Somalia.


Por su parte, en Afganistán, unas inundaciones súbitas en la provincia de Baghlan causaron más de 300 muertos. Las lluvias inusualmente fuertes en las últimas semanas han afectado a miles de personas en este país asiático. Las inundaciones de este año, debidas en parte al fenómeno de "El Niño", no sólo están matando a cientos de personas sino que incluso dificultan seriamente la producción de cultivos y el flujo de suministros de alimentos, particularmente en el norte y noreste del país.


En tanto, en Indonesia, las inundaciones ya causaron 43 muertos y 15 desaparecidos. El epicentro de la catástrofe se está dando en la provincia Sumatra Occidental. Las lluvias torrenciales registradas provocaron inundaciones repentinas, corrimientos de tierra y flujos de lava fría —una mezcla de ceniza volcánica, escombros rocosos y agua— en tres distritos de dicha provincia. El flujo de lava fría, conocido en Indonesia como "lahar", procedía del monte Marapi, uno de los volcanes más activos de Sumatra. Todo eso como parte de la sumatoria del fenómeno de "El Niño" y en "cambio climático".



En Indonesia las inundaciones ya afectaron a miles de personas que debieron ser evacuadas.


Es así como se pasó de un extremo a otro. Sin escalas. Sin medias tintas. En otro capítulo más de esa película de terror que tiene como protagonista al "cambio climático" que golpea al mundo entero, hay un dato que preocupa particularmente a los expertos: el tránsito inmediato en algunos lugares de escenarios extremos de grandes sequías a lluvias descomunales que inundan todo, tal como informó MundoNews en septiembre de 2023. Un estudio reveló que en ciertas regiones del Mundo se cuadriplicó -en las últimas cuatro décadas- la posibilidad de que haya una transición de catástrofes naturales como graves sequías que pasan a lluvias torrenciales. Un equipo de científicos de la Universidad de Texas en Estados Unidos examinó datos de 1980 a 2020 para analizar esta tendencia y afirmaron que en ese período de tiempo, la probabilidad de ir de extremo a a extremo aumentó del 0,25% al 1%. "La sociedad suele tener dificultades para responder a un tipo de desastre natural como la sequía, pero ahora de repente también tienes inundaciones. Y esto viene ocurriendo en muchos lugares", se lamentó Zong-Liang Yang, coautor del estudio y profesor de la institución estadounidense. En ese sentido, remarcó que Europa es uno de los siete focos regionales del Mundo en los que se viene profundizando este fenómeno. Otro caso es el de California, donde en 2022 registró su peor sequía en un milenio y durante los tres primeros meses de 2023, las fuertes lluvias causaron inundaciones récord.


Los investigadores descubrieron que el cambio climático no es el único motivo de estos cambios meteorológicos repentinos. También se vincula con los "circuitos de retroalimentación en la tierra", que, de acuerdo a sus análisis, incrementan la probabilidad de fuertes inundaciones tras las sequías. Afirman que en las regiones húmedas, la sequía provoca la evaporación del agua del suelo y las plantas, lo que significa la generación de una fuente de humedad para que esas produzcan lluvias torrenciales tengan más lugar. Por su lado, en las regiones secas el calor y las bajas presiones atraen la humedad de otras zonas, como el océano, lo que implica una mayor probabilidad de precipitaciones peligrosas. Sin embargo, no se puede negar el efecto del cambio climático. Según los expertos, se prevé que acelere estos rápidos cambios.


Bajo esa línea, Shuo Wang, otro de los autores del informe y profesor de la Universidad Politécnica de Hong Kong, expresó que "el cambio climático está alimentando sequías e inundaciones consecutivas que han causado una devastación generalizada, con la consiguiente pérdida de vidas y daños materiales, infraestructurales y medioambientales". Añadió que el descubrimiento de los bucles de retroalimentación terrestres puede servir para aumentar la precisión de los modelos climáticos predictivos, así como ayudar a las comunidades a tener una mejor preparación frente a las las oscilaciones entre sequías e inundaciones. "Nuestros hallazgos aportan ideas para el desarrollo de sistemas de alerta temprana para mitigar los impactos de las rápidas transiciones entre seco y húmedo", aseguró. La investigación estudió cuatro décadas de datos meteorológicos e hidrológicos a nivel global y encontró siete puntos críticos regionales en todo el mundo donde la tendencia estaba empeorando: el Este de América del Norte, Europa, el Este de Asia, el Sudeste asiático, el Sur de Australia, el Sur de África y el Sur de Sudamérica.


Asimismo, en mayo de n023, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) elaboró un informe que analiza las perspectivas mundiales al cabo de tres años del fenómeno de clima seco conocido como "La Niña". Además, remarcaron que Australia, Brasil y Sudáfrica enfrentan grandes sequías, así como otros países del centro y el Oeste de África, el Sudeste asiático y el Caribe. "El riesgo opuesto, de precipitaciones excesivas, se sostiene para exportadores como la Argentina, Turquía y los Estados Unidos, así como para algunos países de Asia Central", habían afirmado. En ese sentido, en ese estudio, la FAO evaluó las consecuencias de tres años consecutivos de "La Niña", específicamente si volviera el fenómeno conocido como "El Niño". Este último "eleva la temperatura promedio y se asocia con los récords registrados en 2016, cuando ocurrieron varias calamidades de emisión de carbono a la atmósfera, incluyendo incendio de bosques y turberas en Indonesia y billones de árboles perdidos por la sequía en el Amazonas", añaden.


En ese mismo estudio, la FAO remarcó que el problema de una prolongada presencia de "La Niña", la transición a "El Niño" sería más nociva. Según consideraron, se trata de un evento meteorológico "que típicamente distribuye patrones climáticos opuestos". El informe explica que "El Niño" típicamente se da cada dos a siete años, con episodios de "La Niña" y condiciones neutrales en los años intermedios. Debido al calentamiento de las aguas del Pacífico, "El Niño" influye fuertemente "en las temperaturas y los patrones de precipitación en muchas partes del mundo, incluyendo sequías, inundaciones y tormentas", explicaron.


En ese escenario es que se pasa de las sequías extremas a las inundaciones descomunales, incluso en esos lugares donde la aridez reinaba y ahora se inundan ferozmente con la llegada de lluvias torrenciales. En el paso de "La Niña" a "El Niño" se va de un extremo a otro. De la falta total de agua a su sobreabundancia. De la sequía a las inundaciones. Sin punto intermedio. Sin escalas. El cambio climático sigue haciendo de las suyas, mientras la Humanidad se hace la distraída por sus propias responsabilidades.


El aeropuerto de Porto Alegre, en Río Grande do Sul, quedó sumergido bajo las aguas.

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