Se cumplen 6 meses desde el ataque de Hamás que dejó más de 1.200 asesinados y que abrió las puertas a un nuevo infierno. Hoy, mientras Gaza está destruida por los bombardeos israelíes que ya dejaron 32.000 muertos, los familiares de los rehenes exigen una respuesta.
Por Gabriel Michi
Medio año de dolor. Medio año de incertidumbres. Medio año de dolor. De muertes. De destrucción. De violencia. Ese es el tiempo que ha pasado desde que el pasado 7 de octubre una nueva escalada -dentro de un conflicto que lleva años- explotó. Fue cuando cientos de milicianos de Hamás atacaron Israel, cruzando por más de 80 puntos la frontera de la Franja de Gaza para destruir, matar y secuestrar a todo y todos los que se cruzaban. Las masacres se reprodujeron en kibutz, fiestas electrónicas, calles y rutas de todo el sur israelí. Y el saldo humano fue trágico: alrededor de 1.200 muertos, cientos de heridos y alrededor de 260 secuestrados. De éstos últimos, hay 133 que siguen sin aparecer y sus familias se desgarran en el reclamo para que haya un intercambio de prisioneros –como el que ocurrió en noviembre y posibilitó que un centenar pueda volver a su casa- frente a la intransigencia de ambos lados, tanto del gobierno de Benjamín Netanyahu, como de Hamás. Después de aquellos atentados, del que ahora se cumplen 6 meses, fue respondido por un feroz ataque de Israel sobre la Franja de Gaza que ya dejó más de 32.000 muertos, entre ellos 13.000 niños. Ataques que vienen siendo muy cuestionados por la comunidad internacional que está alertando por la cantidad de víctimas inocentes –incluido un grupo de voluntarios extranjeros que llevaban ayuda y fueron mascarados por un bombardeo israelí en los últimos días- y la catástrofe humanitaria que ha desatado.
Los escenarios del horror de aquel ataque del Hamás fueron recorridos por este periodista –enviado especial de C5N junto con el camarógrafo Ezequiel Pizzuto- daban cuenta de la barbarie de los terroristas, que no sólo dispararon contra personas inocentes y quemaron hogares de personas que -en términos generales- estaban en kibutz que promueven la integración y el intercambio con la población de Gaza. Las imágenes de la violencia dejaban entrever la barbarie. Lo mismo que los cuadros de terror que dejó el ataque a la fiesta electrónica de Reims, donde ocurrió la peor de las matanzas. Lo mismo de calles como las de la ciudad de Sderot, a menos de un kilómetro de la frontera, y donde el edificio de la Policía quedó reducido a escombros cuando las fuerzas israelíes se enfrentaron con los terroristas que coparon el edificio a los tiros. Cada lugar era un retrato del horror más desgarrador.
Hoy, seis meses después de aquel funesto 7 de octubre en que se abrió otra puerta al infierno, aquellas imágenes –como también las que se viven en la Franja de Gaza con los bombardeos incesantes de Israel- vuelven a mostrar la irracionalidad de la guerra. Y quizás una de las caras más evidentes de ese dolor también esté representada en los familiares de los 133 secuestrados por Hamás que aún restan ser encontrados.
Por eso, al cumplirse este medio año, una nueva manifestación de los allegados a los rehenes hizo sentir con fuerza su reclamo. El acto, en Jerusalén, comenzó con una presentación de los familiares de las rehenes femeninas, mientras las hermanas de los secuestradas subían al escenario vistiendo los mismos atuendos que tenían puestas las raptadas cuando los terroristas de Hamás cuando se las llevaron. Luego de un prolongado silencio y conmovedor silencio, largaron el grito de los rehenes que no pueden alzar sus voces. Más tarde en la manifestación, 133 haces de luz iluminaron los cielos en una oración silenciosa por el regreso a casa de todos los rehenes. El Rabino Jefe de Francia ofreció una oración por la paz de los rehenes y los soldados.
Entre quienes hablaron en el acto estuvo Ofri Bibas-Levy, hermana de Yarden, cuñada de Shiri y tía de Ariel y Kfir Bibas (el bebé más pequeño que permanece secuestrado), todos ellos con nacionalidad argentina-israelí: "A fin de mes, en el cumpleaños número 33 de Shiri, celebraremos el Seder de Pascua. Kfir ya es lo suficientemente mayor y se suponía que se uniría a nosotros cantando el 'Ma Nishtana' como el niño más joven, bebiendo jugo de uva y quedándose despierto hasta tarde, como se permite en Pascua. ¿Lograremos esta realidad? Y si no, ¿qué puedo decir a mis hijos, al bebé que aún no ha nacido, a todos nuestros hijos - qué ha cambiado desde el 7.10? No hay seguridad, no hay confianza, 133 rehenes aún en el infierno. Anteayer eran 134."
Por su parte, Lishay Lavi Miran, esposa del rehén Omri Miran, señaló: "Esta semana celebramos el primer cumpleaños de Alma. Esta semana Alma ya ha dado algunos pasos por su cuenta. Esta semana Alma ya ha comenzado a decir 'mamá'. Momentos tan alegres, pero acompañados de una gran tristeza. No puedo explicar el dolor de escuchar a tu hija decir 'mamá' antes de decir 'papá'. ¿Y a quién le dirá 'papá'? ¿Al papá que no ha estado con ella durante medio año?”. Los organizadores recordaron que esta semana, Omri celebrará su cumpleaños estando en cautiverio. “Será Pascua. ¿Cómo celebraremos? ¿Cómo marcaremos la festividad de la libertad cuando ellos todavía están allí y nosotros, las familias, estamos cautivas con ellos? Estoy cansada de esto. Medio año de esta pesadilla continua, medio año de Omri y otros 132 hombres, mujeres, un niño y un bebé aún en el infierno”, se lamentó Lishay.
Y continuó: “No podemos seguir recibiendo noticias como la que recibimos ayer. Se les acabó el tiempo, muestren algo de liderazgo ya, tomen decisiones difíciles y valientes y traigan a nuestros seres queridos a casa. Desde aquí hago un llamado al Primer Ministro y al Gabinete de Seguridad, el significado de la dilación y la indecisión - más rehenes que regresarán en ataúdes. Entiendo y acepto que la primera etapa del próximo acuerdo será humanitaria. Pero después de medio año, mi Omri también es un caso humanitario. Les ruego: no regresen de las negociaciones sin un acuerdo que incluya a mi Omri y a los demás hombres. Incluso si significa un acuerdo en etapas."
En tanto, Idit Ohel, madre del rehén Alon Ohel, sostuvo: "Alon cuenta con nosotros para hacer todo lo posible por traerlo a casa y ese es nuestro deber. Pero también debemos asegurarnos de que todos los que regresen tendrán un hogar al que volver, un hogar privado y un hogar nacional. Si nos desintegramos como sociedad, como pueblo, como estado, entonces ¿qué hemos aprendido de este desafío que tenemos ante nosotros? Debemos hacer todo lo posible para preservar nuestra unidad junto con la diversidad entre nosotros. La forma de mantener nuestra fuerza y existencia aquí es a través de nuestra unidad”.
Idit agregó: “Debemos recordar contra quién estamos luchando. Estamos luchando contra Hamas, una organización terrorista sádica, destructiva y peligrosa. Nuestros seres queridos - los rehenes - están soportando este infierno hora tras hora, día tras día, en un lugar peligroso y amenazante. Esto es lo que debería estar ante nuestros ojos - el objetivo de traer de vuelta a Alon y a todos los rehenes, mientras seguimos siendo una sociedad israelí y un pueblo que permite a todos vivir juntos con un futuro compartido e inclusivo".
En el acto también habló Yehuda Cohen, padre del rehén Nimrod Cohen: "Vine aquí para exigir que alguien asuma una responsabilidad real por devolver a todos nuestros seres queridos, alguien que nos salve de este infierno, alguien que dé esperanza en lugar de odio y miedo, alguien que una al pueblo en lugar de dividirlo y fragmentarlo."
Luego fue el turno de Ayelet Samerano, madre del fallecido rehén Jonathan Samerano, en un llamado conjunto con Shelly Shem-Tov, madre del rehén Omer Shem-Tov: "Cuando te vas a dormir por la noche, nosotros permanecemos despiertos. Mientras sueñas y descansas, nosotros clamamos a Dios con nuestras almas. Eventualmente, el cuerpo se duerme, pero el alma no lo hace. Nos sumergimos en un sueño ligero y volvemos a despertar, gritando una vez más, llorando una vez más, luego cayendo en otro sueño ligero. Querido Pueblo de Israel, estamos clamando, estamos suplicando: Nuestra fuerza está en nuestra unidad, nuestros soldados arriesgan sus vidas por el hogar y por los rehenes. Nuestros rehenes vivos y aquellos que ya no están entre los vivos claman. ¡Debemos unirnos para lograr su liberación!".
Desde el primer día los familiares de los secuestrados están exigiendo que se abran canales de diálogo y negociación entre las autoridades del gobierno de Israel y Hamás para poder reencontrarse con sus seres queridos. Como ocurrió en noviembre de 2023, cuando ese intercambio permitió que más de un centenar (en su mayoría mujeres y niños) regresen a sus hogares, mientras Israel entregaba a prisioneros palestinos. Pero esa esperanza duró unos pocos días. Y la tregua dejó pasó nuevamente a los enfrentamientos. Y a mantener en ascuas a todos, en especial a las familias de los rehenes. Hoy, a seis meses del inicio de este nuevo capítulo de la barbarie, la muerte, la destrucción y la violencia continúan. Como también el infierno de esas víctimas a las que les arrebataron a sus seres queridos y a aquellas a las que le han secuestrado hasta los sueños. Una verdadera pesadilla. Medio año de dolor e incertidumbre.
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