Raúl Caro Quintero era uno de los delincuentes más buscados de México. El FBI ofrecía una recompensa récord de 20 millones de dólares por su captura. Fue detenido después de un mega operativo en el que se precipitó un helicóptero donde murieron 14 militares. El increíble rol del perro Max. EE.UU. lo perseguía por el brutal crimen de un agente antidrogas infiltrado.
Por Gabriel Michi
Y finalmente cayó. El "Narco de los Narcos". Uno de los hombres más peligrosos del Mundo. De los más buscados. Y de los más escurridizos. Rafael Caro Quintero, uno de los capos del narcotráfico mexicano de escala mundial fue detenido en San Simón, Estado de Sinaloa, al norte de México. Es para muchos uno de los golpes más duros contra los grandes carteles desde que fue apresado por última vez (para luego ser extraditado a EE.UU) Joaquín "El Chapo" Guzmán. La caída de Caro Quintero, que estaba prófugo desde 2015, entre otros delitos por el brutal asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, también concluiría en una extradición casi segura a EE.UU., país donde había un particular interés en su captura justamente por el asesinato del espía estadounidense. Por eso el FBI ofrecía, nada más y nada menos, que 20 millones de dólares por su cabeza, la recompensa más alta de toda su Historia. La inusual cifra duplica la que la DEA propicia por el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (el más peligroso del presente), Nemesio “El Mencho” Oseguera, acusado de inundar ese país de drogas sintéticas como el mortal fentanilo.
Pese al éxito final de la captura, el operativo no fue nada sencillo. E incluso se dio un terrible accidente de un helicóptero de la marina mexicana donde murieron 14 de sus miembros, mientras que uno está agonizando en un hospital. Caro Quintero tiene 69 años y es considerado uno de los sobrevivientes de la denominada “vieja escuela”, precursor de los albores del narcotráfico en territorio azteca. Fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara, el primero en traficar marihuana a los EE.UU.. Se había convertido en una de las prófugos más buscado desde que un juez, hace 7 años, ordenó su detención por el caso agente estadounidense, ocurrido en 1985.
El "Narco de los Narcos" transitaba una pena de 40 años de cárcel (de los que había cumplido 28) por aquel crimen pero fue liberado por las autoridades mexicanas en 2013. Ese beneficio de liberación fue revertido y considerado un error por la Suprema Corte de Justicia de México. A partir de ese momento comenzó una búsqueda incesante que llegó a su fin recién ahora.
En el medio hubo un tira y afloje entre las autoridades mexicanas y las estadounidenses. De hecho el Departamento de Justicia de Estados Unidos se declaró “extremadamente decepcionado” por aquella liberación de 2013 que calificó de “sumamente alarmante”. Según Washington, tanto Caro Quintero como su familia siguen involucrados en el tráfico de drogas, pese a que el propio líder narco lo desmintiera en dos entrevistas periodísticas que brindara desde la clandestinidad. En EE.UU. la justicia lo requiere por más de una decena de delitos relacionados al tráfico de drogas y homicidio calificado. “Esta va a ser la más grande captura que se ha logrado en México en muchos años”, opinó el ex agente de la DEA, Mike Vigil. “La recompensa que ha ofrecido Estados Unidos de 20 millones de dólares es la más grande que se ha ofrecido para un narco”, agregó.
En la detención, el accionar de un perro llamado Max fue determinante. El can, adiestrado por la Secretaría de Marina mexicana, puso fin a la carrera del criminal más buscado por la DEA: encontró al histórico narcotraficante Caro Quintero escondido entre unos matorrales a las afueras de la comunidad de San Simón, en la sierra Madre Occidental, en los límites entre Sinaloa y Chihuahua. Y se convirtió en un verdadero héroe.
Si bien el haber atrapado al narco más buscado fue celebrado por las autoridades mexicanas y estadounidenses, la caída del helicóptero de la marina azteca y la muerte de 14 de sus tripulantes enlutó la jornada. Las autoridades todavía no aclararon si se trató de un accidente o de un ataque intencional, algo que parece increíble pero que ya tiene antecedentes en la lucha contra el crimen organizado en México.
Tras su detención, el narcotraficante fue trasladado en helicóptero al DF y, posteriormente, a la prisión de máxima seguridad del Altiplano, la misma de la que se fugó 'El Chapo' Guzmán en el año 2015, a través de un túnel construido bajo su celda. Todo hace suponer que en los próximos días EE.UU. solicitará su extradición. Y que México la concederá.
Si bien en los últimos tiempos Caro Quintero había concedido un par de entrevistas en las que negaba seguir siendo narco, las autoridades no le creen. "Yo ya no soy un peligro para la sociedad. No quiero saber nada de narcotráfico. Le pido perdón a la DEA (...) todos merecemos una segunda oportunidad", aseguró desde la clandestinidad. Pero los investigadores sostienen que el legendario narco miente y que, en realidad, estaba aprovechando la ausencia de su antiguo socio, "El Chapo" Guzmán, para disputarle a sus hijos, conocidos como 'Los Chapitos', el control del todopoderoso Cártel de Sinaloa.
En los últimos tiempos, Caro Quintero habría extendido su poder hacia el Estado de Sonora y sería la cabeza de un nuevo grupo narco llamado Cartel de Caborca. De hecho, en mayo del 2020, las autoridades encontraron dos cadáveres descuartizados acompañados del mensaje: "somos gente de Caro Quintero, esta plaza nos pertenecía".
El crimen del agente de la DEA
Según cuenta la historia, en la década de 1980, Caro Quintero, junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca formaron el Cártel de Guadalajara, la primera organización criminal mexicana dedicada exclusivamente al narcotráfico. Por años, el grupo centralizó el envío de toneladas marihuana a Estados Unidos, a lo que luego sumaría opio y cocaína en alianza con los poderosos cárteles colombianos.
A partir de eso comenzó a estar en el radar de la DEA. En 1984, un operativo coordinado entre el gobierno mexicano y la Agencia antidrogas de EE.UU. lanzó un ataque demoledor contra el grupo criminal y en un asalto a “El búfalo”, un rancho de Caro ubicado en Chihuahua, dejaron la mayor destrucción de marihuana hasta ese entonces en el país: 8000 toneladas. La finca era una fil demostración del poder que este cartel ya había desarrollado ya que en sus 1.000 hectáreas de extensión, trabajaban cerca de 10.000 jornaleros. Pero la operación no fue azarosa. La DEA había logrado infiltrar algunos de sus agentes, entre ellos a "Kiki" Camarena. Cuando los líderes narcos lo descubrieron, lo secuestraron junto al piloto mexicano Alfredo Zavala, también infiltrado en el cártel. Ambos fueron torturados y asesinados. El caso produjo un fuerte cortocircuito diplomático entre EE.UU. y México.
Rafael Caro Quintero logró escapar a Costa Rica. Pero en septiembre de 1985 fue detenido junto con Sara Cosío, su pareja de entonces e hija de un político local. A las pocas horas lo extraditaron a México. Y en 1989 lo condenaron a 40 años de cárcel. El capo narco siempre negó haber participado del crimen del agente de la DEA. Pero nadie le creyó. Al momento de su detención Caro, con apenas 32 años, ya había amasado una fortuna inconmensurable, a tal punto de poseer decenas de casas, discotecas, agencias de automóviles y hoteles. Pasó 28 años en prisión hasta aquel polémico fallo de 2013 que le concedió la libertad. Dos años después la Corte Suprema mexicana anuló ese beneficio y ordenó nuevamente su captura, que recién se pudo concretar 7 años después, en este 2022.
El caso de Caro Quintero era una objetivo central para la DEA que durante todos estos años quiso vengar el crimen de su agente. De hecho, sus compañeros nunca dejaron de buscarlo. Por eso, el pasado 9 de mayo, la propia Agencia Antidrogas estadounidense elevó la recompensa por fugitivo a 20 millones de dólares, la más elevada de toda la agencia. Anne Milgram, jefa de la DEA, señaló: "Durante más de 30 años, los hombres y mujeres de la DEA han trabajado incansablemente para llevar a Caro Quintero ante la Justicia (...) su arresto es el resultado de años de sangre, sudor y lágrimas".
Pero no fue el único organismo público de EE.UU. que se expresó: el Departamento de Justicia difundió un comunicado en el que advierte que "no hay escondite para nadie que secuestra, tortura y asesina a agentes estadounidenses". Por su parte, el fiscal general, Merrick Garland, sostuvo que su país está listo para llevar ante la justicia a Caro Quintero por crímenes de "tortura y ejecución del agente especial de la DEA, Enrique Kiki Camarena". El "Narco de narcos" podría ser condenado a cadena perpetua, pero no a pena de muerte, ya que el acuerdo bilateral de extradición lo impide.
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