El ex presidente de EE.UU. enfrenta una cuarta imputación penal, ahora por el intento de interferir y fraguar los comicios en Georgia. Pese a eso, sigue primero entre los republicanos.
Por Gabriel Michi

Hace tiempo que Donald Trump entró en la Historia de los Estados Unidos. No sólo por haber sido el presidente número 45, sino por detentar el exclusivo sitial de ser el primer mandatario en enfrentarse a cargos penales. Ningún otro inquilino de la Casa Blanca arrastró sobre sí ese tipo de problemas en la Justicia. Y, mucho menos, en tantas ocasiones distintas. ¿Por qué? Porque ahora el magnate enfrenta su cuarta imputación, en este caso por haber intentado interferir y fraguar las elecciones en Georgia en 2020. En aquella contienda el actual presidente Joe Biden se impuso por escaso margen sobre Trump en ese Estado. Esta nueva acusación legal se suma a las que ya tiene por el presunto pago de sobornos a la actriz Stormy Daniels para que guarde silencio sobre su relación clandestina; la de haberse llevado documentos ultra secretos del Gobierno a su mansión de Mar-a-Lago y la de intentar adulterar los resultados de las elecciones generales de aquel entonces. Pese a ese escenario adverso en los tribunales, Trump encabeza por escándalo las encuestas de los aspirantes republicanos a la Presidencia para las elecciones de 2024 y está cabeza a cabeza con Biden en el voto general. En una paradójica trampa del destino.
Ahora un jurado de Georgia imputó al ex presidente -y a otras 18 personas- por supuestamente intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese Estado. Entre los imputados también figuran su ex abogado personal y ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y su ex jefe de Gabinete, Mark Meadows. Obviamente, el ex mandatario buscó victimizarse y salió a atacar esa imputación diciendo que era una acusación "amañada" de la Fiscalía. Y lo relacionó con su nueva candidatura presidencial dentro del Partido Republicano para las elecciones del 2024. "Esto me parece amañado ¿Por qué no me acusaron hace dos años y medio? Porque querían hacerlo en medio de mi campaña política. Caza de brujas!", añadió a través de su red social Truth.
Según el documento de casi 100 páginas de la acusación, Trump enfrenta 13 cargos, entre los que se incluye el hecho de solicitar a un funcionario público violar su juramento o conspirar. También se imputa a los acusados de violar la ley contra organizaciones corruptas de Georgia, algo que podría llevarlos a prisión. La investigación de los fiscales estuvo reuniendo pruebas por más de dos años y medio y ahora el jurado entendió que era suficiente para la acusación contra los sospechosos a los que responsabilizan de conformar "una conspiración criminal para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia". El juicio podría concretarse en 6 meses. Pero ya se emitieron órdenes de arresto contra todos los imputados que tienen que presentarse antes del viernes 25 de agosto para "entregarse de manera voluntaria" y ser informados de los cargos que se les enrostran.
Entre los elementos que se usaron en la acusación está una llamada entre Trump y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el exmandatario supuestamente le pidió "buscar" los votos que fueran necesarios para anular la victoria de Biden en el Estado.
Esta nueva imputación llega pocos días después de que Trump fuera acusado por un gran jurado de Washington D.C., de cuatro cargos por supuestamente intentar revertir el resultado de los comicios presidenciales estadounidenses de 2020, un intento que derivó en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, en el hecho institucionalmente más grave de la historia de ese país, y que culminó con 5 muertos.
Eso abona un cuadro muy complicado para el ex presidente porque enfrenta cargos federales y estatales. Pero pueden llegar más. Trump fue acusado por primera vez en marzo de 2023 por el fiscal de distrito de Manhattan por el pago de dinero a la ex actriz porno Stormy Daniels para que no revele la presunta relación sentimental que mantuvieron años antes. Luego, en junio de este año, el magnate fue imputado por el manejo de documentos clasificados después de dejar el poder y de tratar de eliminar imágenes de video de vigilancia en el resort Mar-a-Lago -en el verano de 2022- que lo complicarían en ese caso. Y el 1 de agosto, un jurado investigador acusó a Trump en la investigación federal por las interferencias en las elecciones presidenciales de 2020 y por colocar sospechas sobre el proceso comicial que derivaron en los episodios de violencia del Capitolio.
Pese a semejante panorama, el polémico multimillonario sigue encabezando la intención de votos entre los republicanos. Y lo hace por amplísima diferencia. La última encuesta de la Universidad de Siena para el diario The New York Times (realizada a comienzos de agosto), mostró que Trump cosechaba un 54% de apoyos y le sacaba 37 puntos de ventaja al segundo clasificado, el gobernador de Florida, Ron De Santis, que concentraba un 17%. Mucho más lejos se ubicaban otros tres candidatos: con apenas un 3% figura Mike Pence -vicepresidente de Trump-, el senador Tim Scott y la ex embajadora en la ONU Nikki Haley. Más atrás y con apenas un 2% aparecen el ex gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y el emprendedor Vivek Ramaswamy. Pese a que hay un total de 13 candidatos anotados para las primarias republicanas, el resto ni llega al 1% de intención de votos.
Por otro lado, en la perspectiva nacional, si las elecciones de 2024 se realizaran hoy habría un virtual empate entre el actual presidente Joe Biden y Donald Trump. Ambos reúnen hoy un 43% de intención de votos en el caso, claro, de que se repitiese la competencia de 2020. Es decir, a pesar de los problemas judiciales y el desgaste de su imagen, el magnate no sólo que arrasaría en las internas de los republicanos sino que sería muy competitivo en la disputa general, donde la posibilidad de que vuelva a la Casa Blanca no parece nada alocada. Es más, hasta podría ser electo presidente estando preso, algo que -insólitamente- permiten las leyes estadounidenses. Paradojas del destino o no, así está la realidad del magnate hoy, en medio de un indescifrable y imprevisible laberinto. La paradójica trampa de Trump.

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