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Los terribles "daños colaterales" de los ataques israelíes en Gaza

Tras la brutal masacre cometida por Hamás, Israel lanzó una durísima ofensiva sobre la Franja dejando más de 18.000 muertos. Muchos de ellos eran niños y mujeres. También hay récord de caídos en la prensa. Ahora, por error, las FDI fusilaron a tres rehenes que estaban cautivos. Uno de ellos era argentino. Hubo masivas protestas para pedir una negociación.


Por Gabriel Michi


Niños, mujeres, periodistas y rehenes son víctimas inocentes de una guerra sin fin.


"Daños colaterales". Así definió EE.UU. a las víctimas inocentes que dejaba cada uno de sus ataques en las invasiones a Irak o Afganistán. "Daños colaterales", con un dejo de desinterés por esas vidas. Y de crueldad. Tratando de justificar lo injustificable. Ese inhumano concepto se extendió a distintas guerras, aunque quizás los responsables de las muertes inocentes ya no lo usaron por el rechazo que generó en la sociedad. Pero, en los hechos, eso fue una realidad, más que no le asignaran ese nombre. Esos "daños colaterales" se vienen repitiendo también en la embestida que Israel ha encarado sobre la Franja de Gaza desde aquel siniestro 7 de octubre en que terroristas de Hamás cometieron la peor matanza de judíos desde el Holocausto cuando ingresaron a su territorio, asesinaron a 1.200 personas y secuestraron a 240. Desde ese momento, Israel comenzó con un interminable bombardeo sobre Gaza que luego complementó con ataques terrestres sobre esa castigada zona en busca de los milicianos de Hamás. Pero en ese camino murieron muchos inocentes: según las cifras brindadas por las autoridades de la Franja, las víctimas fatales se acercan a las 20.000, de las que un 70% serían mujeres y niños. Esos "daños colaterales" están generando mucha indignación en el Mundo, con protestas que se multiplican y el reclamo al gobierno de Israel incluso por parte de países aliados que salieron en su defensa por el ataque de Hamás. La comunidad internacional (con la ONU incluida) está pidiendo un cese al fuego para garantizar la ayuda humanitaria y que se generen vínculos de negociación en medio de semejante escenario. Pero no sólo por las muertes masivas de palestinos inocentes hay reclamos. En las últimas horas hubo multitudinarias marchas en Tel Aviv por el enojo que generó el asesinato "por error" de tres rehenes -que permanecían secuestrados en Gaza- por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI): se trata de Yotam Haim (28), Samer Talalka (22) y Alon Shamriz (26), este último con doble nacionalidad israelí-argentina.


La mayor de las concentraciones en reclamo por esta situación se dio en la puerta del Museo de Arte de Tel Aviv, donde se ha armado lo que se conoce como la "plaza de los rehenes". Con velas y pancartas con las caras de los más de 130 rehenes que aún quedan en manos de Hamás (se supone que una veintena ya estarían muertos), y también de los tres asesinados por las FDI en las últimas horas, los manifestantes marcharon hacia una base militar para exigir al gobierno israelí que negocie un acuerdo para la liberación del resto de personas que permanecen secuestradas. La consigna fue la de siempre: “Tráiganlos a casa”. Frase que se repite en cada uno de los reclamos desde hace 70 días.


Si bien el gobierno Benjamin Netanyahu ha calificado como una "tragedia insoportable" el error que llevó a la matanza de estos tres rehenes que portaban incluso una bandera blanca cuando fueron ultimados por el Ejército israelí, no parece querer ceder en su convicción de que sólo con la permanente intervención militar y sus ataques en Gaza van a poder derrotar a Hamás. Se muestra intransigente al respecto, más allá de pedido desesperado de los familiares de los secuestrados e incluso de la comunidad internacional que le viene exigiendo un nuevo cese al fuego como el que rigió hace poco más de un mes y permitió la liberación de unos 105 rehenes (sobre todo mujeres y niños, 24 extranjeros/as) a cambio de poco más de 240 prisioneros palestinos (mujeres y menores de edad) que tenía Israel en su poder.



Alon Shamriz, Yotam Haim y Samer Fuad El-Talalka, los rehenes asesinados por "error" por el Ejército de Israel.



El caso de los tres secuestrados abatidos por las FDI ha despertado muchísima indignación. Lo que se sabe es que Yotam Haim, Samer Talalka y Alon Shamriz, en principio habían sido liberados y abandonados por Hamás y que intentaron dar pruebas de que eran secuestrados israelíes dejando incluso inscripciones en paredes en hebreo. Según informaron las FDI, uno de sus soldados vio a los rehenes salir de un edificio sin camisas, sosteniendo un palo con una tela blanca; se sintió "amenazado" y abrió fuego, pensando que en realidad eran terroristas. Dos de los rehenes murieron en forma inmediata. El tercero resultó herido y volvió corriendo desesperado al interior del edificio. En ese momento los soldados oyeron un grito de socorro en hebreo, "e inmediatamente el comandante del batallón emitió una orden de cese el fuego". Sin embargo, también lo terminaron asesinando. Todavía quedan cosas por investigar en cuanto a cómo se dieron los hechos. Pero aún si se creyera en que ese "error" de confundir a los rehenes con terroristas y no tener en cuenta que estaban desarmados y rindiéndose es una violación a todas las Convenciones Internacionales.



"Las Fuerzas de Defensa de Israel, y yo como su comandante, somos responsables de lo sucedido y haremos todo lo posible para evitar que tales casos se repitan en el futuro en los combates", subrayó el jefe de Estado Mayor del Ejército israelí, el general Herzi Halevi, en una declaración enviada a los medios. Y confesó: "Hicieron todo lo posible para que entendiéramos: se movían sin camisa para que no sospecháramos que llevábamos una carga sobre sus cuerpos y sostenían un paño blanco".


En diálogo con la BBC, el teniente coronel Richard Hecht, portavoz de las fuerzas israelíes, señaló que lo ocurrido "va contra las reglas de enfrentamiento de las FDI". Agregó que se está investigando lo que pasó, pero descartó castigar a los soldados que abrieron fuego: "Los errores ocurren en este tipo de conflictos", como si fuera otra expresión de la los tan mentados "daños colaterales". "Son nuestros rehenes, son nuestros soldados..... En primer lugar, vamos a ayudar a estos soldados. No van a ser castigados: cometieron un error, cometieron un error". El trágico hecho ocurrió en Shujaiya, un barrio a las afueras de la ciudad de Gaza, considerado uno de los bastiones del grupo y donde Israel cree que esconden a varios de los rehenes que retienen dentro del enclave.


En la protesta en la “plaza de los rehenes”, las familias criticaron la actitud del gobierno de Netanyahu de sólo pensar en la opción militar sobre Gaza, sin pensar en los secuestrados que aún quedan allí. Y le reclaman un nuevo acuerdo con Hamas para liberarlos. Entre los oradores en el acto estuvo Raz Ben Ami, quien estuvo cautiva hasta noviembre y que tiene a su marido aún en poder de los terroristas: “Sólo una operación militar no salvará las vidas de los secuestrados. La pasividad del gabinete de guerra no los traerá vivos. Recuperar a los secuestrados en un intercambio por prisioneros es urgente".


En tanto, Ruby Chen, que tiene a su hijo Itay (19) secuestrado por Hamás, señal: "Tenemos que liberar a terroristas con sangre en sus manos para liberar a los rehenes o de lo contrario mi hijo va a volver a casa metido en una bolsa para cadáveres. Quiero que el gabinete de guerra se reúna con nosotros, y que nos diga qué clase de oferta hay sobre la mesa, y que nos lo diga en persona porque ahora mismo sería más fácil hablar con (el presidente de Estados Unidos Joe) Biden que hablar con esta gente". Y sentenció:Tenemos la impresión de que juegan a la ruleta rusa: ¿quién será el próximo en recibir la información sobre la muerte de un ser querido? Queremos conocer cuál es la propuesta que está sobre la mesa del gobierno".



Este fin de semana hubo una multitudinaria marcha pidiendo que vuelvan los rehenes y criticando al gobierno de Israel.



Por su parte, el periodista argentino Hernán Feler, cuya tía Ofelia Roitman fue secuestrada del kibutz Nir Oz y liberada del cautiverio de Hamás en Gaza, sostuvo: “El 7 de octubre cambió nuestras vidas para siempre, no dejé de llorar, luché, estaba triste, me desesperé, me levanté Me sentí decepcionado pero nunca perdí la esperanza. Hoy respiro un poco más tranquilo y estoy feliz por el regreso de mi tía Ofelia, pero aún no es momento de celebrar. Mi compromiso sigue vigente. Sacaré el tema de los rehenes en cada partido de fútbol que transmita y en mis redes sociales. Quiero que recuerden una cosa: no están solo".


En el mismo sentido se expresó Daniel Aloni, una mujer con familia en Argentina que fue liberada del cautiverio de Hamás junto con su hija, su hermana y sus hijos mientras su cuñado, el argentino David Cunio, todavía está allí: “Cuando me despierto por la mañana, los rehenes se despiertan por la mañana en la oscuridad. Cuando como, pienso en lo que comen ellos, en todo caso. Cada uno de los rehenes tiene un nombre y una familia esperándolos. Ya han pasado 71 días. Cada día que pasa, la lista de rehenes se reduce porque son asesinados a sangre fría. Intenta imaginar un solo día de tu vida en el que estés sentado en una habitación desconectado de todo, muerto de miedo. Asustados y algunos con niños. Hago un llamamiento a los rehenes que permanecen: sepan que todos están haciendo todo lo posible por ustedes para que puedan regresar a casa. Rezo por el bienestar de todos los que permanecen allí, incluido David Cunio, el marido de mi hermana. Estamos con ustedes y no cejaremos hasta que traigamos de regreso a casa a todos los rehenes restantes. Ruego y exijo de una vez al Gabinete de Guerra: Iniciar y hacer una oferta. ¡Tráelos a casa , ahora!”


El caso de Alon Shamriz impacta en forma directa en el país ya que el joven -estudiante de ingenieria informática- tenía doble nacionalidad israelí-argentina. Desde que fue secuestrado por Hamás en el kibutz Kfar Aza (a dos kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza) nada se sabía de él. En su momento su abuelo Yoel Eshel había descripto a su nieto como "un joven muy simpático, muy dado, una persona con la que es fácil de hablar de toda clase de temas” y había expresado su desesperación: “Soy un manojo de nervios. Los días pasan y no sabemos nada, eso es lo peor. No duermo bien, estoy muy tenso”. Esa espera terminó de la peor manera: con el asesinato "por error" de su nieto por parte de las balas israelíes. En el entierro de Alon, su hermano Ido, lo elogió y también culpó a las autoridades israelíes tanto por su secuestro como por su muerte: “Hermano mío, espero que tu muerte inspire vida y se den cuenta de que las vidas de nuestros rehenes son críticas y que deben actuar rápidamente para liberar a todos”. Y se conmovió: “Alon, mi amado hermano… nuestro hermano mediano, ya no está vivo”.



Los familiares de los secuestrados le reclaman a Netanyahu que negocie con Hamás.


MUERTE Y DESTRUCCIÓN EN GAZA


Por su parte, el accionar militar de Israel está recibiendo críticas desde distintas partes del Mundo. El acoso y los ataques a hospitales como el de Kamal Adwan, en Beit Lahia -uno de los pocos centros médicos que quedaban operativos en el norte-, como ya ocurrió en otras instituciones de salud, han despertado la preocupación internacional. Incluso la ministra de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), May Al-Kaila, exigió que haya una investigación internacional tras recibir información de que el Ejército de Israel habría enterrado vivas a varias personas en Gaza en las inmediaciones de ese hospital. 


También se acumulan denuncias sobre la destrucción de escuelas como las de Al Mutasim Billah y Al Farabi (en el centro de Ciudad de Gaza), donde presuntamente se escondían miembros de Hamas. "Las tropas mataron a terroristas en combates que tuvieron lugar en la zona, mientras que otros terroristas que se ocultaban dentro de las escuelas se entregaron y fueron aprehendidos", afirmó un comunicado de la FDI. Y eso es algo recurrente: Israel suele intentar justificar los ataques contra hospitales y escuelas -entre otras instituciones- argumentado que las milicias del Hamás y sus cabecillas en particular, suelen esconderse en túneles por debajo de esas construcciones usando como escudos humanos a la población y evitando así ser alcanzados por los proyectiles.



Las imágenes de la destrucción en Gaza son terribles: miles de niños murieron por los bombardeos israelíes.

Según el último balance del Ministerio de Sanidad de Gaza, la cifra de muertos subió a 18.800 -la mayoría mujeres y niños- y a más de 51.000 los heridos, en el marco de la ofensiva israelí contra la Franja. Israel desmiente que esa cifra sea tal. Y asegura que su accionar militar permitió llevar a Hamás a su mínima expresión, teniéndolos prácticamente cercados. A eso hay que sumar la desesperante situación humanitaria, de hambre y miseria, que atraviesa esa población que ya venía siendo muy castigada desde hace años. Algo que encendió la preocupación y los reclamos de la comunidad internacional.


Por su parte, este conflicto se ha convertido en uno de los más letales para la prensa. Según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF), desde el 7 de octubre, 17 periodistas han sido asesinados en el ejercicio de su profesión. De ellos, 13 fueron abatidos en Palestina y tres en Líbano debido a ataques israelíes, además de otro en Israel, durante la incursión de Hamás. Es más, la organización internacional denuncia una “masacre sin precedentes”. Encima, el número de tyrabajadores de prensa caídos por el conflicto es mucho mayor si se tiene en cuenta a aquellos que no murieron durante sus misiones periodísticas: si se contabilizan a todos los periodistas asesinados en la guerra en Gaza, incluidos aquellos cuya muerte no se puede relacionar a la cobertura del conflicto o por su profesión; la cifra asciende a los 63. Esa cifra es respaldada por el Comité para la Protección de los Periodistas.


Niños, mujeres, periodistas, rehenes. Víctimas inocentes que caen en medio de una guerra que no deja nada ni a nadie en pie. Los "daños colaterales" se traducen en historias truncas, dolores infinitos, injusticias sin fin. Como ocurrió con las 1.200 personas brutalmente asesinadas por Hamás aquel 7 de octubre, la respuesta israelí, con ataques permanentes donde caen justos y pecadores, también está siendo brutal e indiscriminada. Y por eso el Mundo está reclamando una tregua. Una oportunidad a la paz.



Los bombardeos israelíes sobre Gaza no cesaron desde el 7 de octubre,salvo por la tregua por los rehenes.


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