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Taiwán: el caso del legislador que se robó una ley y que desnuda una grieta sin igual

Un diputado se llevó corriendo un proyecto del propio Parlamento y ante la sorpresa de todos. El insólito hecho evidencia la ruptura irresoluble entre sectores pro y contra China.


Por Gabriel Michi




Insólito. Sorpresivo. Disruptivo. Inédito. Son muchos los calificativos que se pueden ensayar a lo ocurrido el viernes 17 de mayo en el Parlamento Unicameral de Taiwán. Y todas esas adjetivaciones van a quedar cortas para explicar lo que pasó y qué se esconde detrás de ello. El legislador Kuo Kuo-wen, del Partido Demócrata Progresista que conduce los destinos de esta Isla, se robó -literalmente- una carpeta con un proyecto de ley del seno del Parlamento. Después de forcejear con los legisladores de la oposición -que hoy encabeza el Congreso- , este hombre corrió con los papeles en sus manos, esquivando a sus rivales, como si fuera un jugador profesional de rugby. Y así se alejó del hemiciclo con la documentación en cuestión: un texto de una normativa que pretendía limitar la incidencia del Poder Ejecutivo sobre el Parlamento donde hay una exigua mayoría opositora.


El insólito y escandaloso hecho -en el que no faltaron golpes, agresiones de todo tipo e insultos- pone en evidencia la profunda grieta que existe en Taiwán entre sectores pro y ante China. El Partido Demócrata Progresista (PDP), con el presidente electo (en enero) Lai Ching-te a la cabeza, defiende la total independencia de esa isla frente a China. Mientras que la oposición con el partido Kuomintang (KMT), logró imponer por 52 a 51 escaños al presidente del Parlamento, Han Kuo-yu, gracias al apoyo del minoritario Partido Popular de Taiwán (TPP), que cuenta con 8 bancas. Este hombre con estrechos vínculos con China.


El proyecto en cuestión le da al Congreso mayores poderes de control sobre el gobierno. Pero además incluye una polémica medida en la que se busca penalizar a los funcionarios que hagan declaraciones falsas en el Parlamento. Para el PDP gobernante eso constituye “abuso de poder inconstitucional” . “¿Por qué nos oponemos? Queremos poder debatir, no que haya una sola voz en el país”, declaró el legislador del DPP Wang Mei-hui. En cambio, Jessica Chen, del KMT, de las islas Kinmen, administradas por Taiwán y situadas junto a la costa china, dijo que las reformas pretendían permitir una mejor supervisión legislativa del Poder Ejecutivo.




En la batalla campal desatada en pleno recinto parlamentario, participaron legisladores de tres partidos, quienes después se cruzaron acusaciones mutuas sobre las responsabilidades en la descomunal trifulca. Incluso antes de que empezaran a emitirse los votos, algunos legisladores se gritaron y empujaron afuera de la Cámara legislativa, en el preámbulo de lo agitado que estaría el hemiciclo. Una vez dentro, varios diputados se arremolinaron frente al escaño del presidente del Parlamento, algunos saltando por encima de las mesas y tirando a colegas al suelo, hasta que Kuo Kuo-wen tomó abruptamente la carpeta con el proyecto de ley y salió zigzagueando, esquivando a quienes querían frenarlo, y abandonó el recinto con el texto de la normativa asegurado bajo su brazo.


No es la primera vez que el Parlamento taiwanés queda sumergido en un escándalo. En 2020, los legisladores del KMT arrojaron vísceras de cerdo al suelo de la Cámara en una disputa sobre la flexibilización de las importaciones de carne de cerdo de Estados Unidos. Pero lo que nunca había ocurrido -ni aquí ni en ningún lugar del Mundo- es que un legisladores se robe un proyecto de ley ante los ojos de todos y salga corriendo del propio Parlamento. En un hecho insólito y curioso. Pero que deja al desnudo la insalvable grieta en la que está sumergida Taiwán.





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