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Una confusa "bienvenida": la "prisión flotante" donde el Reino Unido alojará a 500 inmigrantes

Se trata de una barcaza que hospedará a hombres solteros hasta que procesen sus pedidos de asilo. Organizaciones de DDHH denuncian las humillantes condiciones del albergue.


Por Tomás Michi


Año a año miles de personas abandonan sus países de origen en busca de una mejor vida. O, al menos, sobrevivir. Debido a las hipotéticas condiciones de estabilidad y seguridad, muchas de ellos migran a Europa. De hecho, según la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, en 2022 "se detectaron cerca de 330.000 cruces ilegales, el indicador más alto desde 2016 y (representa) un aumento del 64% en comparación con el año pasado". Pero no siempre son bienvenidos. Hace varias semanas trascendió la noticia de que el gobierno del Reino Unido iba a proveer una barcaza gigante llamada "Bibby Stockholm" a un grupo de 500 inmigrantes para darles asilo. No obstante, el hecho suscitó una gran polémica debido a las condiciones en las que vivirían.


Según informó el Gobierno británico, el alojamiento flotante se quedará en el puerto de Portland, ubicado en el sur de Inglaterra, por al menos 18 meses o hasta que se dé por cumplido el procesamiento de sus solicitudes de asilo. De acuerdo al Poder Ejecutivo británico, la embarcación hará de hospedaje para 500 "hombres adultos solteros" y ofrecerá asistencia médica, comida y seguridad las 24 horas del día. Pero, aún así, hay mucha polémica.


Muchos aseguran que esta decisión del primer ministro, Rishi Sunak, es una estrategia para ahorrar y abaratar costos de albergue temporal. Incluso, el Ministerio del Interior afirma que el buque "aliviará la presión sobre el sistema de asilo" e insisten en que es una "situación de emergencia". Aseguran que todos los solicitantes pasaron la evaluación inicial y fueron chequeados con las bases de datos de la Policía y de Inmigración. Pero aquí es donde aparecen las voces de desacuerdo.


En un viaje que realizó un periodista de la BBC a la isla de Portland, recogió testimonios con diferentes posiciones: algunos que temen por su seguridad con dejos de racismo y discriminación; y otros preocupados por las condiciones en las que vivirán estos 500 hombres. De todas formas, ninguno está de acuerdo con la medida del Gobierno británico. Uno de los claros ejemplos es el grupo Stand Up To Racism, que lleva a cabo su propia campaña: "Refugiados bienvenidos: No a la barcaza prisión"; o Carralyn Parkes, concejala del Partido Laboral en el Ayuntamiento de Portland y actualmente alcaldesa, que aseveró: "Estas personas serán tratadas con amabilidad, cortesía y respeto y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que se sientan bienvenidos". Además, sobre la embarcación, dijo que "es totalmente inadecuada para personas con necesidades complejas", por lo que es un hecho "bárbaro e inhumano".


En el polo opuesto, las palabras de discriminación revelan una fuerte presencia de prejuicios y odio al que es diferente. La barcaza viene a fortalecer esos discursos y asegurarles a los votantes que los migrantes no viven en el lujo de hoteles financiado por los contribuyentes, pero genera una enemistad con los habitantes locales que piensan de esta manera: "Si vamos a nuestro centro de salud y está abarrotado de solicitantes de asilo, nos darán una patada de regreso. Ni siquiera pueden darnos atención médica adecuada ahora. Es repugnante y deberían avergonzarse", señaló una de la personas que habló con la BBC.


Mientras el debate sigue y las posiciones difieren lo que es claro es que los immigrantes que serán llevados a ese barco parecen condenados a una prisión acuática por el mero hecho de buscar una vida mejor. Por el humano deseo de querer sobrevivir. Nada más y nada menos.








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