En Bariloche, emblema de la Argentina, realizan la primera "prueba piloto" para que puedan ingresar unos 500 visitantes por semana, tras 7 meses de permanecer cerrada. Serán sólo habitantes del Alto Valle de la propia provincia de Río Negro, lugar muy castigado por el Coronavirus. Cuáles son los requisitos. Todas las miradas de la actividad están puestas allí.
Por Gabriel Michi
Y el día llegó. Ese día que hasta el momento parecía de ciencia ficción por la Pandemia de Coronavirus. Será una "prueba piloto". Pero ilusiona a todo el mundo del turismo en la Argentina. Uno de los lugares más emblemáticos del país, con prestigio y performance internacional en materia turística, reabre sus puertas: San Carlos de Bariloche. En esta prueba sólo podrán viajar visitantes del Alto Valle de Río Negro y con muchas especificaciones y cuidados antes de poder desembarcar. Quizás este test piloto pueda ser una muestra de lo que se viene en esta "industria sin chimeneas" que genera millones de puestos de trabajo. Quizás sea una postal o un anticipo de lo que se puede esperar en otros lugares con la mirada puestas en la inminente llegada de las vacaciones de verano.
Los 500 turistas a los que les permitirán ingresar por semana a Bariloche (tras siete meses de permanecer cerrada), deben contar con un permiso especial de la provincia de Río Negro, además de un certificado médico que demuestre que no son personas de riesgo en materia sanitaria y un test de COVID 19 realizado 24 horas antes de emprender el viaje. Además deberá haber contratado un seguro de viajero con cobertura para el Coronavirus.
Este plan piloto -al que miran con atención los operadores turísticos no sólo de Bariloche, sino de todo el país- se llama "La naturaleza quiere volver a encontrarte” . Contará con puestos de control en las distintas rutas de acceso y circulación hacia la ciudad de los viajes de egresados. Y la "ventana" para poder hacer esos itinerarios se abrirá en horarios restringidos: entre las 8 de la mañana y las 20 horas.
Serán los habitantes de 15 localidades los que podrán reinaugurar el turismo en una provincia y una región muy castigada, aún hoy, por el impacto de la Pandemia. Quienes decidan emprender la aventura deberán contar también con un certificado que demuestre la reserva en donde se van a alojar. Sólo se habilitaron 90 lugares para este inicio, sobre todo son complejos de cabañas, departamentos y hoteles pequeños, ya que para los grandes emprendimientos no es rentable reabrir sus puertas con tan baja asistencia. Hasta el momento había 200 reservas en esos complejos, es decir, menos de la mitad de lo habilitado por semana. Esos alojamientos que ingresaron al programa (que estaban subidos a la página Bariloche Turismo) deben contar con todos los protocolos de seguridad para poder funcionar.
El incentivo está puesto en las actividades al aire libre tan afines a las bellezas naturales del lugar y que favorecen el distanciamiento social y reducen los riesgo de contagio de COVID 19. De hecho, el Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur) apuntaló esa iniciativa instrumentando el slogan: “En Bariloche la naturaleza nos llama a disfrutar”.
En ese sentido, estos potenciales 500 privilegiados podrán hacer largas caminatas por las montañas y bosques, pasar momentos inolvidables a la orilla del Lago Nahuel Huapi, recorrer el parque municipal Llao Llao o el Circuito Chico en su propio vehículo. También se podrá acceder al paseo de la Cascada de Los Alerces en el cerro Tronador, pero permanecen cerrados los ascensos a los cerros Catedral y Otto (aunque se puede llegar a la base en vehículo particular) y el Campanario. Tampoco estarán habilitadas las excursiones lacustres que recorren Isla Victoria, Puerto Blest y Brazo Tristeza. Y permanece cerrado el turismo hacia la Ruta de los 7 Lagos, Villa La Angostura y El Bolsón.
Con todas esas restricciones, la posibilidad de que el turismo regresa a una de los lugares más convocantes de la Argentina resulta promisorio. Más después de 7 meses de confinamiento. Sin embargo, el fantasma de un rebrote del Coronavirus seguirá presente. Es el único que no parece querer tomarse vacaciones.
Comments