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El nuevo mapa político de Latinoamérica

El triunfo de Lula en Brasil, junto con los de Boric en Chile y Petro en Colombia, ratifican la tendencia hacia los gobiernos de centroizquierda, después de años en los que las administraciones de derecha y centroderecha dominaron el escenario de América Latina.


Por Gabriel Michi



Los 625 millones de habitantes que tiene Latinoamérica están experimentando un cambio de rumbo. En los últimos tres años, la región fue virando electoralmente hacia la centroizquierda e izquierda. A diferencia de lo que ocurrió sobre mediados de la década pasada cuando comenzó a haber un corrimiento hacia gobiernos de derecha o centroderecha. Si bien es cierto también que lo que dejó la Pandemia en el Mundo fue un paradigma en el que casi todos los oficialismos perdieron (muchas veces por las consecuencias que dejaron las cuarentenas en todos los aspectos), en América Latina cinco de las siete elecciones nacionales que existieron fueron para candidatos de espacios progresistas. El último caso (y más importante por sus dimensiones en cuanto a la cantidad de ciudadanos involucrados) fue el triunfo de Luiz Inácio "Lula" Da Silva en Brasil, que con apenas 1,8% de diferencia en el ballotage, logró derrotar al actual presidente Jair Bolsonaro. Ese resultado, pese a ser ajustado, implica un hecho de enorme significación por el peso específico que representa Brasil para la región y para el Mundo.


El escenario de hoy en Latinoamérica es bien diferente al de la postal que arrojaba hace un lustro. En 2021 Perú, Honduras y Chile propiciaron un cambio de gobierno hacia la izquierda. En el caso peruano con la llegada de Pedro Castillo, en el hondureño con Xiomara Castro y en el chileno con Gabriel Boric. A eso se sumó en 2022 la irrupción del primer gobierno progresista en la historia de Colombia con el triunfo de Gustavo Petro, y ahora la tercera victoria de "Lula" en Brasil.


Entre 2021 y 2022, de siete elecciones presidenciales en América Latina, cinco los ganó la centroizquierda.

En estos últimos años, sólo en dos de los países latinoamericanos que tuvieron elecciones presidenciales ganó la derecha o centroderecha: Ecuador, con la victoria de Guillermo Lasso en 2021; y Costa Rica, donde donde el signo político cambió desde una ideología de centro a una más conservadora en 2022, de la mano de Rodrigo Chaves.


Además de un corrimiento hacia la centroizquierda, América Latina también enfrenta un escenario de enorme polarización, con posiciones extremas que crecen a ambos lados del espectro ideológico pero que tienen una particular -y preocupante- explosión en una ultraderecha que incluso llega a amenazar los propios cimientos de la democracia, tal como se vio reflejado en la actitud de cientos de miles de seguidores de Bolsonaro que cortaron rutas por días y fueron hasta a las puertas de los cuarteles para pedir que las Fuerzas Armadas tomen el control de la situación tras la derrota ante "Lula". Esos grupos extremistas son una realidad preocupante para la región. Pero no sólo esa polarización se nota en eos sectores radicalizados sino en los duelos electorales que se vienen dando, donde las opciones en pugna son diametralmente opuestas.


El nuevo mapa político de Latinoamérica muestra eso. Por un lado la enorme polarización. Por el otro, el mayor peso de gobiernos de centroizquierda en toda la región y con una presencia muy fuerte en cuanto a la cantidad de población ya que los tres países con más habitantes (Brasil, México y Argentina) implican más del 60% del total. En 2023 hay tres elecciones presidenciales previstas: Guatemala, Paraguay y Argentina. Habrá que ver allí qué pasa con este mapa.



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