Enemigos propios: Israel se enfrenta a sus colonos en Cisjordania y Hamás a clanes rebeldes en Gaza
- MundoNews
- 29 jun
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En los últimos días las Fuerzas de Defensa israelíes vienen siendo atacados por ciudadanos extremistas de su país que ocupan territorio palestino. Mientras el grupo que gobierna la Franja enfrenta organizaciones que en su tierra -y con aval de Netanyahu- desafían su control.
Por Gabriel Michi

Los frentes externos no agotan sus problemas. También tienen enemigos propios. Mientras que Israel sigue combatiendo a Hamás en la Franja de Gaza (y viceversa), en los últimos días su Ejército tuvo enfrentamientos muy fuertes con colonos israelíes extremistas que so sólo ocupan territorio en Cisjordania sino que agreden a los palestinos que allí viven. Pese a que hace años que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) vienen protegiendo y blindando a esos colonos -unos 500.000 en más de 200 asentamientos- en las tierras usurpadas, en algunas regiones se han sobregirado y hasta atacado a sus uniformados que buscan frenar algunos excesos. Paradójicamente Hamás no sólo se enfrenta a los ataques israelí en la Franja de Gaza (desatados desde la masacre del 7 de octubre) sino que también está combatiendo contra clanes rebeldes en su propio territorio que ahora se le animan por el debilitamiento de este grupo.
En el caso israelí, el gobierno de Benjamín Netanyahu no sólo viene enfrentándose a las protestas pacíficas de ciudadanos comunes y familiares de los secuestrados del 7 de octubre que demandan por la paz y la recuperación de los que aún permanecen como rehenes, sino que ahora ha tenido choques muy violentos con un sector al que sobre proteió como pocos: colonos extremistas que ocupan territorios palestinos. A tal punto que los jefes de defensa emitieron el sábado enérgicas condenas por un ataque de un grupo de colonos de Cisjordania contra soldados israelíes ocurridos en la noche del viernes, días después de un ataque mortal contra palestinos en el mismo lugar. Esa noche, multitudes de colonos "alborotadores" -según los medios de Tel Aviv- atacaron a soldados, incluyendo oficiales de alto rango, en la aldea palestina de Kafr Malik, próxima a Ramala, después de que las fuerzas de seguridad se desplegaran para impedir que agredieran la aldea. A raíz de esta barbarie contra los uniformados propios, seis israelíes fueron arrestados.
Pero los violentos no se quedaron con eso. El sábado, varios colonos vandalizaron un puesto policial en lo que las autoridades describieron como un aparente acto de venganza por los arrestos. Los asaltantes intentaron incendiar el puesto policial en el asentamiento de Beit El, en Cisjordania, y dejaron una amenazante inscripción contra las fuerzas israelíes: "Fuego de venganza". No hubo heridos por estos hechos de violencia entre uniformados y colonos ocupantes israelíes.
La Policía señaló: "Este es un incidente grave y violento, que constituye una clara violación del Estado de Derecho y la soberanía". En tanto, el jefe del Estado Mayor de las FDI, teniente general Eyal Zamir, condenó el ataque nocturno de los colonos contra los soldados. Es más, para entender la gravedad de los hechos: ocurrieron mientras hablaba con el comandante del 7114º Batallón de la Brigada Regional Binyamin, quien también fue agredido, “El jefe del Estado Mayor declaró que apoya plenamente la conducta y las acciones del batallón y la brigada y condena enérgicamente cualquier daño a los soldados de las FDI”, dijo el Ejército en un comunicado.
Por su parte, el ministro de Defensa, Israel Katz, expresó que “condena enérgicamente los graves actos de violencia y el ataque a los soldados de las FDI. Hago un llamamiento a las autoridades policiales para que actúen de inmediato para localizar a todos aquellos que participaron en actos de violencia y llevarlos ante la Justicia, como se hace en todas partes”. También hizo un llamamiento “a los rabinos y a los líderes de los asentamientos para que condenen y repudien enérgicamente estos actos de violencia”. Y advirtió: “El Estado de Israel no tolerará la violencia ni la justicia por mano propia y no permitirá que se dañe a los soldados de las FDI que luchan valientemente contra el terrorismo palestino en Judea y Samaria y protegen la seguridad de los colonos día y noche”.

La agresión de los colonos a sus propios soldados fue el corolario de una escalada de violencia que vienen protagonizando desde hace meses pero que se han profundizado en los últimos días. Previamente decenas de ellos habían atacado la aldea matando a tres palestinos a disparos e hiriendo a otros siete. No sólo eso: el miércoles en la localidad de Kafr Malik incendiaron varias casas y automóviles. Además, los colonos también lanzaron piedras contra residentes y propiedades durante el ataque.
Frente a ese cuadro de tensiones, Israel envió tropas al lugar. La situación se agravó aún más. Hubo enfrentamientos y más violencia entre los colonos, residentes palestinos y soldados. El Ejército abrió fuego denunciando disparos de "palestinos armados" y colonos "alborotadores" que lanzaban piedras. Por esta situación, cinco sospechosos israelíes fueron detenidos por tropas israelíes tras el incidente, pero fueron rápidamente liberados.
Dos días después, el viernes por la noche, otra vez un grupo de al menos siete colonos comenzó a causar disturbios en Kafr Malik. A esos 7 se sumaron -en cuestión de minutos- otros 70. Fue allí que arribó la FDI para intentar detener esos enfrentamientos. Pero fueron agredidos por los colonos: “A la llegada de las fuerzas, decenas de civiles israelíes les lanzaron piedras y agredieron física y verbalmente a los soldados, incluido el comandante del batallón. Además vandalizaron y dañaron los vehículos de las fuerzas de seguridad e intentaron embestirlos”. Los uniformados respondieron con armamento antidisturbios e hirieron a uno de los agresores con una granada de esponja. Cerca de la medianoche, los colonos llegaron a agredir físicamente a los comandantes presentes en el lugar, incluyendo el intento de estrangular y golpear a uno de ellos. Sin embargo, ningún soldado necesitó hospitalización.
Según las autoridades de las Fuerzas de Defensa de Israel, no es la primera vez que sus soldados son agredidos violentamente por parte de una minoría radical que "perjudica la seguridad y la estabilidad en la zona". De hecho, el comandante del batallón fue filmado durante el incidente diciéndoles a los colonos: “Estamos aquí todo el día, todos los días, en lugar de cuidar a los civiles por su culpa”. Aun así los violentos colonos decidieron seguir con sus tropelías: le pincharon los neumáticos a un patrullero y, luego, un vehículo con varios israelíes a bordo intentó embestir a las fuerzas de seguridad, mientras un grupo de unos 30 colonos volvió a lanzar piedras contra las fuerzas. Frente a esa nueva escalada, los soldados respondieron disparando armas de fuego pero al aire.
Los violentos estaban tan fuera de sí que cinco vehículos conducidos por colonos chocaron intencionalmente contra un vehículo del Ejército que estaba bloqueando la carretera, dañándolo pero sin dejar heridos. Más tarde, otro auto de las FDI fue vandalizado, con las neumáticos pinchados, y lanzaron una bomba molotov contra otro vehículo militar. Ambos móviles resultaron dañados pero no se reportaron heridos. Fue allí que se produjo la detención de seis israelíes sospechosos.
Pese a las críticas a los colonos, el ministro Katz aseguró que los actos de violencia de los colonos israelíes contra los palestinos no constituyen "terrorismo". Y fue más allá en su actitud indulgente hacia los colonos extremistas: puso fin a la política de detenciones administrativas contra los colonos extremistas, manteniéndola vigente para los palestinos.
En otra vereda política, el presidente del partido Demócrata, Yair Golan, dijo que el extremismo de esos colonos violentos era una “amenaza existencial” para Israel. Y fue más allá. En "X" sentenció: "Quizás no esté en los titulares, pero la amenaza existencial más grave para el Estado de Israel no proviene de Irán ni de Yemen, sino de su propio país. El Israel kahanista, nacionalista y fanático trabaja deliberadamente para desmantelar el Israel judío y democrático”. Además de repudiar la violencia contra palestinos inocentes y contra soldados de las FDI, señalando que no son episodios aislados: “No es un fenómeno marginal sino una corriente peligrosa que se ha arraigado profundamente, incluso en la mesa del gabinete”. Y consideró que Israel se encuentra en una “encrucijada” : o sigue siendo una democracia o se deja avasallar por el "extremismo y el mesianismo" de esos grupos radicalizados.
Lo ocurrido en los últimos días parece ser un capítulo más de la violencia desatada por estos colonos que ocupan tierras en Cisjordania y que en los últimos meses han multiplicado sus ataques contra palestinos. Casi todos los días hay agresiones de este tipo en toda la geografía. Lo protagonizan colonos que actúan con total impunidad. Muchos gobiernos de Occidente han incrementado sus sanciones contra ellos. Pero nada parece amedrentarlos. Quizás porque el gobierno de Benjamin Netanyahu les ha dado demasiada protección y les ha facilitado las ocupaciones clandestinas, a tal punto que muchos ciudadanos israelíes creen que los violentos ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de los terroristas de Hamás no hubiesen ocurrido -o al menos no habrían dejado 1.200 muertos- si el primer ministro no descuidaba la frontera de la Franja de Gaza justamente por darles ese blindaje a estos individuos.

En el otro escenario de conflicto, la Franja de Gaza, Hamás no sólo se enfrenta con los permanentes ataques de la Fuerzas de Defensa de Israel (que ya generaron más de 55.000 muertos, entre ellos casi 18.000 niños), sino que ha aparecido un nuevo foco de disputa, en este caso con grupos internos. Son clanes rebeldes que están desafiando a las diezmadas fuerzas del grupo que controlaba el gobierno gazatí. Esas tribus reciben apoyo de Israel.
Por eso Hamás necesita más que nunca alcanzar un "alto el fuego" con Benjamin Netanyahu. Para poder reorganizarse internamente y poder combatir a los rebeldes, incluidos algunos clanes y saqueadores que han estado robando ayuda contra la castigada población de Gaza que atraviesa una crisis humanitaria sin precedentes.
Una muestra de que esos grupos se han vuelto un problema está dada en el hecho de que Hamás envío a algunos de sus principales agentes a matar a un líder rebelde, Yasser Abu Shabab, pero hasta el momento no lo consiguió. Aparentemente estaría en la zona de Rafah que hoy está controlada por tropas israelíes, lo que complica a Hamás para poder liquidarlo. Un Hamás que aparece cada vez más debilitado, que ha perdido el control de gran parte del territorio -y de los estratégicos túneles donde se supone que escondía a los 53 secuestrados de los 251 que se llevó el 7 de octubre- y que se encuentra sin un mando centralizado. Vale decir que Yasser Abu Shabab -que hoy puede ser un aliado clave para Israel a través de su organización Fuerzas Populares que se enfrenta a Hamás- tenía sobre sí sospechas muy complicadas: desde presuntos vínculos con el narcotráfico como también con el ISIS. Pertenece a la tribu beduina de Tarabin en Rafah .
Israel calcula haber matado a 20.000 hombres armados en Gaza desde que estalló la guerra el 7 de octubre de 2023 y se estima que otros 1.600 terroristas murieron durante la masacre. Por eso, ahora Hamás está reclutando a decenas de miles de jóvenes -cada vez más chicos- empobrecidos, desempleados y desplazados. Mientras los clanes locales están ganando influencia.
Fundado en 1987, Hamás viene gobernando Gaza con mano de hierro desde que derrocó violentamente a las fuerzas leales al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, jefe de la facción secular Fatah, su principal rival. Desde que comenzó los ataque post-7 de octubre, Israel ha diezmado a Hamás, matando a la mayoría de los principales comandantes del grupo terrorista, incluido su líder, Yahya Sinwar, en octubre de 2024.
En ese contexto, las tribus palestinas que se fortalecieron se convirtieron en una pieza atractiva en la estrategia de Israel para contrarrestar a Hamás. De hecho el propio Netanyahu reconoció que estuvieron armando a esos clanes para enfrentar al grupo que protagonizó el ataque del 7 de octubre, matando a 1.200 personas y secuestrando a 251. El premier israelí no aclaró a cuáles está ayudando en esa misión.
En ese escenario interno, uno de los desafíos más importantes para Hamás proviene de Abu Shabab, un beduino palestino que tiene su mayor presencia y su base operativa en la zona de Rafah que, hoy por hoy, está bajo control de las FDI, lo que blinda a ese rebelde. Por eso Hamás lanzó una campaña para poder capturarlo vivo o muerto, acusándolo de colaborar con Israel y de planificar ataques contra ellos. Abu Shabab mantiene un especial dominio sobre el Este de Rafah y, según diversas fuentes, se estaría moviendo con mucha libertad de acción sobre gran parte de esa ciudad. Por ejemplo, se han conocido imágenes que muestran a ese líder y sus hombres armados organizando la entrada de camiones de ayuda desde el cruce de Kerem Shalom.
A través de las redes sociales, el grupo de Abu Shabab anuncia que quiere establecer una administración independiente en la zona, sin llegar a ser una autoridad que la gobierne en el futuro. También le están pidiendo a los habitantes de Rafah que se han desplazado forzosamente a otras zonas de la Franja de Gaza que regresen a sus hogares, garantizándoles supuestamente alimento y un refugio seguro.
La agencia de noticias Reuters consultó al grupo de Abu Shabab si ellos recibían apoyo de Israel o protección de las FDI, y ellos lo negaron terminantemente. Y aclararon que son "una fuerza popular" que protege la ayuda humanitaria del saqueo -por parte de Hamás- escoltando camiones de ayuda. En el mismo sentido, acusó a Hamás de violencia y de silenciar a la disidencia.

Del otro lado, prometieron que se vengarán de quien consideran que es un traidor. Hamás advirtió que “atacarán con puño de hierro para erradicar las bandas del colaborador Yasser Abu Shabab sin piedad ni vacilación" y acusándolo de ser parte de “un esfuerzo para crear caos y anarquía”.
En abril pasado la unidad Arrow de la Policía de Gaza, creada durante la guerra para, entre otras misiones, proteger los convoyes de ayuda humanitaria de los saqueos, realizó dos redadas en el sur de la Franja en las que mató a once personas acusadas de "colaborar" con el Ejército israelí. Entre los fallecidos estuvo la mano derecha de Yasser Abu Shabab. Ya hacía meses que Hamás venía acusando al líder de banda gazatí de asaltar camiones de ayuda humanitaria sin que el Ejército israelí actuara para evitarlo. Mientras se supone que el propio Abu Shabab continúa escondido en el aeropuerto Yasser Arafat (fuera de servicio), a unos 700 metros del paso fronterizo con Israel de Kerem Shalom.
Además, esta unidad de Policía ejecutó castigos disparando en las piernas a más de 300 personas, acusadas de crímenes como "robo", "comercio en el mercado negro" o "crímenes de guerra". La unidad Arrow de la Policía de Gaza está formada por miembros de distintas milicias del enclave, como las Brigadas Al Qasam (el brazo armado de Hamás) o Yihad Islámica, y hoy han sumado como objetivo acabar con los grupos rebeldes.
El jueves pasado, una alianza tribal afirmó que sus hombres habían protegido camiones de ayuda humanitaria de saqueadores en el norte de Gaza, que atacan los convoyes, se roban la mercadería y después la revenden a precios exorbitantes o la usan para conseguir adeptos.. Desde Hamás afirmaron que el grupo había aprobado la participación de la alianza en esas tareas. Israel denunció que hombres armados de Hamás se habían apoderado de los camiones, algo que tanto los clanes como el grupo acusado negaron.
La irrupción de Abu Shabab y su grupo está relacionada con el debilitamiento de Hamas, que no la vio venir porque creyó que iba a fracasar porque los palestinos rechazan ampliamente cualquier indicio de colaboración con Israel. Aun así, y sin que hoy ese clan no se tan grande no poderoso representa un problema adicional para Hamás: tener un enemigo de la misma cultura es realmente peligroso y amenazante para ellos.
Todo eso adquiere particular relevancia no sólo porque Hamás ha recibido golpes muy duros de las FDI sino porque ahora se enfrenta a una enorme incertidumbre tras la denominada "Guerra de los 12 días" entre Israel e Irán, ya que no sabe si el país persa le va a poder seguir enviando ayuda porque tiene sus propios y agravados problemas. El respaldo de Teherán a Hamás influyó significativamente en su capacidad para lanzar misiles a gran profundidad contra Israel. Aunque tanto Irán como Israel han declarado su victoria, Netanyahu indicó el domingo que la campaña israelí contra Teherán fortaleció aún más su posición en Gaza: “nos ayudará a acelerar nuestra victoria y la liberación de todos nuestros rehenes”, dijo el premier.
Así Hamás se enfrenta a una nueva encrucijada ya no sólo por su antagonista Israel sino por esos grupos rebeldes internos que están apareciendo en la Franja de Gaza, castigada por la destrucción, el hambre y la muerte. Así como para el gobierno israelí sus colonos radicalizados que están en los territorios ocupados de Cisjordania -a los que tanto defendió- se están convirtiendo en un verdadero problema para su Ejército, Hamás ve florecer esos clanes rebeldes que -con respaldo israelí- se le oponen en Gaza. Ambos se enfrentan, en definitiva, a enemigos propios.

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