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Esa manía de deforestar el presente y el futuro

En 2022 se destruyeron bosques y selvas por una superficie que equivale a dos provincias de Tucumán o a toda Suiza. El Brasil de Bolsonaro encabezó la lista de países con más daño.


Por Gabriel Michi



La destrucción de bosques y selvas volvió a ser alarmante en 2022. La desforestación de las selvas tropicales, por ejemplo, alcanzaron una superficie que equivale a dos provincias de Tucumán o a todo el territorio de un país como Suiza. Es decir, fueron más de 40.000 kilómetros cuadrados los que se perdieron, según un informe del Instituto de Recursos Mundiales. Esa deforestación es producto de la multiplicación de los incendios forestales (muchos de ellos provocados por la mano del Hombre en forma directa o por el calentamiento global), por el avance de la agricultura intensiva y la tala indiscriminada. Cada cinco segundos en el Mundo se destruye una superficie equivalente a un campo de fútbol.


Los países donde se produjeron las mayores pérdidas en términos de superficie fueron Brasil, por lejos el más damnificado en un contexto en el que el gobierno de Jaír Bolsonaro apoyó el avance descontrolado sobre la Amazonia, seguido por la República Democrática del Congo y Bolivia. Y en términos de porcentaje de su territorio, uno de los más afectados en Ghana cuya explotación forestal aumentó un 71% de un año a otro.


. "La deforestación también está provocando un aumento inmediato de la temperatura en las zonas cercanas que tiene el efecto de duplicar el aumento de las temperaturas provocado por el efecto invernadero. Este otro cambio climático hacia condiciones más cálidas y secas como resultado de la deforestación en los trópicos está amenazando la actividad agrícola y afectando a la salud humana. De nuevo, lo que pasa en el bosque no se queda en el bosque" , señala Frances Seymour, Senior Fellow del Instituto de Recursos Mundiales. Semejante situación no sólo está provocando muchos perjuicios en el presente (demostrado en las graves crisis climáticas que se repiten cada vez con más frecuencia e intensidad) sino que significa una amenaza medioambiental para al futuro. Deforestando el hoy y el mañana. Una trágica manía suicida.







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