La muerte de Isabel II, la reina con más años al frente del trono británico, trajo sobre el tapete la discusión por un régimen anacrónico. Hay 29 casos en el Mundo, que llegan a 44 si se suman los que integran el Commonwealth. Los parecidos, las diferencias y las curiosidades.
Por Gabriel Michi
Parece una imagen anacrónica. Extraída de otra época. Un época donde la voluntad de las personas parecía subsumida a aceptar, sin más, los designios divinos o de sangre por la que una elite de privilegiados se imponen para gobernar los destinos de todos. Sin posibilidad de elegirlos. Pero, en el siglo XXI, eso permanece. Aún en el mundo existen 29 países que cuentan con monarquías y, si se suman los territorios que están dentro del Commonwealth británico, llegan a 44 naciones. La muerte de la reina Isabel II y todas las costosas pompas fúnebres volvieron a traer al tapete de la discusión pública el tema de las monarquías, sus alcances y su poder. Si bien hay distintos tipos de regímenes monárquicos, algunos más figurativos y otros donde los reyes o reinas tienen una incidencia importante en las políticas públicas de esos países, no deja de llamar la atención que esos sistemas se mantengan en la actualidad.
La corona británica es la más conocida y poderosa del Planeta. Aún siendo una monarquía parlamentaria, donde las decisiones del día a día las toma la política, que los primeros ministros necesiten de la "bendición" real para asumir, entre otras concesiones, son claras postales que remiten al pasado. Más si se tiene en cuenta que el Reino Unido sigue oficiando como un verdadero imperio (demostrado en su despliegue colonial, por ejemplo, en las Islas Malvinas) pero al que se alistan verdaderas potencias como Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Aunque el Commonwealth incluye en total a 54 naciones soberanas (desde 1950 no implica una sumisión a la Corona británica) muchos de ellos siguen manteniendo esa figura.
En la mayoría de las monarquías, la sucesión es "hereditaria", de manera tal que el poder político permanece en manos de una familia a lo largo de varias generaciones, que constituyen verdaderas dinastías. Sin embargo, las monarquías también pueden ser "electivas" o "autoproclamadas". Las cabezas de esos regímenes son en general reyes o reinas, aunque también llevan otros títulos: emperador, califa, emir o sultán (en árabe), rajá (en malayo), tlatoani (en náhuatl). O el poder máximo lo puede detentar un príncipe (como el Principado de Mónaco) o un Papa, como en el Vaticano.
Si bien aquellos supuestos designios divinos que en el pasado se utilizaban para justificar sus reinados ya casi quedaron en el olvido, lo cierto es que en muchas sociedades modernas ni siquiera hay una opinión mayoritaria para acabar con esas monarquías. Aunque en algunos países ya hay corrientes cada vez más fuertes en ese sentido. Incluso por el costo que significa para los ciudadanos sostener y mantener a los miembros de las familias reales. Una encuesta realizada recientemente en España por la consultora YouGov muestra que hay una intención de más de la mitad de la población de, al menos, someter a un plebiscito su existencia en esa nación. Y son las nuevas generaciones las que más quieren esa alternativa, mientras que los españoles mayores tienen una opinión dividida.
En base a su poder hay distintos tipos de monarquías: "Absoluta" (tienen todo en sus manos, por ejemplo en Brunéi, Omán, Arabia Saudita, los emiratos que integran los Emiratos Árabes Unidos y la Ciudad del Vaticano), "Constitucional" (conviven con la existencia de otros poderes políticos y ceden una parte del poder real, tal es el caso de Marruecos, Jordania y Kuwait, entre otros), "Parlamentaria" (el monarca sigue siendo Jefe de Estado pero el poder político reside en un primer ministro designado por el Congreso, tal como ocurre en todos los casos de Occidente) e "Híbridas" (intermedia entre la monarquía absoluta y la constitucional, como ocurre en Mónaco y Liechtenstein).
Pero otra forma de diferenciar a las monarquías tuene que ver con la forma en que se designa a sus monarcas. Están las "monarquías hereditarias" (sucesión familiar) y las "monarquías electivas" (el monarca es designado o elegido por alguien, habitualmente un pequeño grupo aristocrático, que constituye, así, un colegio electoral). En este último ejemplo, puede ser seleccionado por un período determinado o de manera vitalicia. Es el caso del Vaticano, con el Sumo Pontífice, que surge de la votación del Cónclave de Cardenales.
Como se dijo, en la actualidad), la monarquía en sus distintas formas es el sistema de gobierno que se da en 29 países de cuatro continentes. Estas son:
En Europa:
- Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (gobernado por Carlos III)
- Reino de Bélgica (gobernado por Felipe Leopoldo Luis María)
- Reino de Dinamarca (gobernado por Margarita II)
- Reino de España (gobernado por Felipe VI)
- Reino de Noruega (gobernado por Harald V)
- Reino de los Países Bajos (gobernado por Guillermo Alejandro)
- Reino de Suecia (gobernado por Carlos XVI Gustavo)
- Principado de Liechtenstein (gobernado por Juan Adán II)
- Principado de Mónaco (gobernado por Alberto II)
- Principado de Andorra (gobernado por los copríncipes Joan-Enric Vives y Emmanuel Macron)
- Gran Ducado de Luxemburgo (gobernado por Enrique de Nassau-Weilburg y Borbón-Parma)
En Asia:
- Reino de Arabia Saudita (gobernado por Salmán bin Abdulaziz)
- Reino de Bahréin (gobernado por Hamad II)
- Estado de Brunéi Darussalam (gobernado por Hassanal Bolkiah)
- Reino de Bután (gobernado por Jigme Khesar Namgyel)
- Reino de Camboya (gobernado por Nodorom Sihamoní)
- Estado de Qatar (gobernado por Tamim bin Hamad Al Zani)
- Emiratos Árabes Unidos (gobernado por Mohamed bin Rashid Al Maktum en Dubái y Jalifa bin Zayed Al Nahayan en Abu Dabi)
- Estado del Japón (gobernado por Naruhito Shinno)
- Reino Hachemita de Jordania (gobernado por Abdalá II)
- Estado de Kuwait (gobernado por Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah)
- Estado de Malasia (gobernado por Yang di-Pertuan Agong Adbullah)
- Sultanato de Omán (gobernado por Haitham bin Tariq Al Said)
- Reino de Tailandia (gobernado por Rama X)
En África:
- Reino de Esuatini (gobernado por Mswati III)
- Reino de Lesoto (gobernado por Letsie III)
- Reino de Marruecos (gobernado por Mohamed VI)
En Oceanía:
- Reino Independiente de Samoa (gobernado por Sualauvi II)
- Reino de Tonga (gobernado por Tupou VI)
Si bien en los últimos días escandalizó a muchos conocer el dinero que maneja la Corona británica (según la revista Forbes, unos 88.000 millones de euros en fortuna, castillos, emprendimientos varios), es cierto que la fortuna personal de la reina Isabel II (entre 500 y 600 millones de euros) no la ubicaban entre los monarcas con más riqueza. De hecho, este es el ránking de los más multimillonarios:
- Maha Vajiralongkorn (rey de Tailandia): patrimonio de 30.000 millones de dólares.
- Hassanal Bolkiah (sultán de Brunéi): 20.000 millones de dólares.
- Salmán bin Abdulaziz (rey de Arabia Saudí): 18.000 millones.
- Jalifa bin Zayed Al Nahayan (presidente de los Emiratos Árabes Unidos): 15.000 millones.
- Mohammed bin Rashid Al Maktoum (primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos): 4.000 millones.
- Enrique de Luxemburgo (gran duque de Luxemburgo): 4.000 millones.
- Juan Adán II de Liechtenstein (príncipe de Liechtenstein): 3.500 millones.
- Mohamed VI de Marruecos (rey de Marruecos): 2.100 millones.
- Tamim bin Hamad Al Thani (emir de Qatar): 1.200 millones.
- Alberto II de Mónaco (príncipe de Mónaco): 1.000 millones.
- Isabel II (reina de Inglaterra): Entre 500 y 600 millones.
- Felipe VI (rey de España): 20 millones.
Así las cosas, entre privilegios y anacronismos, entre riquezas y lujos de todo tipo, las monarquías siguen vigentes en pleno siglo XXI. Con sus costumbres, ceremonias y poderes que emulan una escandalosa supuesta superioridad sobre el resto de los mortales. Aunque parezca increíble.
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