Un hombre quedó escrachado en una imagen de la aplicación cuando escondía un cuerpo en el baúl de su automóvil. Ocurrió en Soria, un pequeño pueblo de apenas 56 habitantes.
Por Gabriel Michi

La tecnología le jugó una mala pasada a un asesino. Y su intento por ocultar un cuerpo quedó expuesto y eternizado en la aplicación Google Maps. La fotografía del victimario, Manuel Isla Gallardo (48), escondiendo a la víctima en el baúl de su auto quedó plasmada en medio del recorrido que hacen los vehículos que mapean las calles de todo el mundo. El insólito hecho ocurrió en Soria, un pequeño y tranquilo pueblo de apenas 56 habitantes en el municipio de Tajueco, España. Fue hace dos meses en que quedó retratara la escena del asesino metiendo un bulto en una bolsa blanca en el maletero de su vehículo. Dentro del mismo estaba el cadáver de un hombre cubano (J.L.P.O. de 33 años y residente en Soria) quien estaba desaparecido hace un año y que era intensamente buscado por su familia.
Lo inesperado para el asesino también se dio por lo inusual: el auto de Google Maps hacía 15 años que no hacía su recorrido por Tajueco. Esta imagen tan particular fue rastreada por la Policía Nacional, que avanzó en una investigación donde había otras pistas, como por ejemplo unos mensajes en un celular del sospechoso quien finalmente fue detenido el 12 de noviembre junto a una mujer que resultó ser su ex pareja. Se los acusa de matar y desmembrar a la víctima.
El cubano que fue ultimado había llegado al municipio hace un año para visitar a la mujer que hoy está detenida, quien estuvo casada en el pasado con el otro arrestado, Manuel Isla Gallardo. Los investigadores aún no saben cuál era relación entre la víctima y la mujer detenida, como tampoco el móvil del supuesto crimen. Lo que sí está claro es que es Isla Gallardo el que quedó "escrachado" en la imagen captada por el vehículo de Google Maps, con unos jeans y una campera azul del Club Deportivo Numancia, colocando el bulto blanco que pareciera tener una forma similar a un ser humano. La cuadra retratada aparece vacía, pese a que toda la escena ocurre a plena luz del día. Hay una segunda imagen que muestra, al fondo de una calle cuesta arriba, en otro sitio del pueblo, la silueta borrosa de alguien vestido de azul oscuro que porta un bulto grande y blanco en una carretilla, que podría haber sido retratado un rato antes en el recorrido del vehículo de Google Maps.
Según los vecinos del lugar, Isla “no era conflictivo, no se llevaba ni mal ni bien con nadie”. Por eso la noticia los sorprendió. “¡No imaginábamos que estuviera haciendo nada raro y no le dimos importancia!”. Lo que sí les llamó la atención es que hace unos días empezaron a notar en el pueblo la presencia de personas desconocidas que ahora saben eran policías encubiertos en busca de datos para la investigación. Sobre el vecino bajo sospecha describen: “Era solitario, no lo oíamos hablar de su vida, cooperaba en el bar y últimamente daba la sensación de estar integrándose”.
La investigación policial comenzó en noviembre de 2023, cuando un primo cubano de la víctima, denunció su desaparición. Su preocupación se disparó cuando su familiar empezó a recibir mensajes de WhatsApp de su primo, quien le contaba que había conocido a una mujer y se iría de Soria y dejaría su teléfono. El pariente no se creyó en ningún momento que le hablaba J. L., sino otra persona, y allí fue que alertó a la Policía Nacional quien inició con su pesquisa.
Las investigaciones cobraron un nuevo impulso en octubre pasado cuando apareció la foto de Google Maps que accidentalmente se topó con semejante prueba y se convirtió en una pieza clave para resolver el caso. Finalmente, la Policía detuvo a la pareja sospechosa el 12 de noviembre, quienes habían estado casados en el pasado. Creen que el presunto vínculo amoroso entre la víctima y la mujer podría tener relación con el móvil del crimen. A ambos sospechosos se los acusa de "homicidio" y también de "detención ilegal". Esta figura se aplica porque es un gran misterio que pasó entre noviembre de 2023, cuando se denunció la desaparición del hombre cubano, y octubre de 2024, cuando supuestamente se trasladó el cadáver en el baúl del vehículo. No se sabe si durante todo ese tiempo estuvo secuestrado vivo o muerto en manos de la pareja. Ahora, con las pistas halladas, los oficiales se dirigieron al cementerio de Andaluz donde el 11 de diciembre encontraron enterrado y desmembrado “el torso en avanzado estado de descomposición” de la víctima. Las demás partes del cuerpo todavía no fueron halladas.
Del presunto asesino se sabe que trabajó en el bar local -gestionado por el Ayuntamiento- y que ahí lo llamaban "El Lobo". Antes había sido peón municipal y había desarrollado distintas tareas, hasta pintar un depósito de agua. En los últimos tiempos, a Manuel Isla Gallardo se lo notaba disperso, según los habitués del bar. “Ahora la verdad es que encaja, estaba últimamente como más despistado”, contó un cliente. Eso llevó a que le quitaran la gerencia por las recurrentes quejas sobre su desidia. En tanto, de la víctima se conoce poco. Algunos vecinos de Bayubas lo describen como un hombre “de mucha corpulencia”. Y es allí donde aparecen otro tipo de comentarios: “¿Dónde meterían semejante cuerpo? Hay que tener mucho valor”. Pero lo cierto es que el o los acusados parecen haberse animado a hacerlo. Y a esconder el cuerpo. Usando el baúl del auto. Pero sin imaginar que la tecnología les iba a generar semejante mala jugada.

EL DIA QUE POR EL GOOGLE MAPS CAYÓ UN MAFIOSO PRÓFUGO
En enero de 2022, MundoNews contó otro sorprendente caso descubierto por Google Maps también en España: El del líder mafioso italiano Gioacchino Gammino quien fue identificado por la Policía en un fotograma de la geoaplicación en una frutería de Galapagar, tras permanecer 20 años prófugo. El capo-mafia se sorprendió con que lo hayan ubicado porque hacía más de una década que no tenía contacto con nadie de su familia.
Gioacchino Gammino (61) había logrado esquivar durante 20 años la feroz persecución de la Justicia y la Policía de su país, Italia. Lo hizo cambiando de vida y refugiándose en el anonimato de un pequeño municipio llamado Galapagar (25.500 habitantes), al norte de Madrid, España. Durante esas dos décadas llevó adelante una cotidianidad sin estridencias: se convirtió en comerciante y cocinero. Y puso un restaurante, "La Cocina de Manu" y una verdulería/frutería, "El Huerto de Manu", que lo convirtieron en un vecino más, que no despertaba sospechas. Los negocios eran atendidos por el propio dueño. Y esa habitualidad terminó siendo su paradójica trampa: justamente parado en la puerta de su verdulería, charlando distendidamente con un cliente, quedó retratado en un fotograma de la aplicación de geolocalización Google Street View. La misma que eterniza cada centímetro de las ciudades donde sus vehículos con cámaras circulan. Esa instantánea de Don Gammino, alias "El Español" (porque supo tener familia en ese país), fue la clave para que la Policía italiana pueda dar con su enigmático paradero. Después de dos años de investigaciones y de "peinar" millones de imágenes ante la sospecha de que el capo mafioso se escondía en territorio ibérico, lograron unir esa toma de ese hombre, ya más envejecido, con los emprendimientos que ostentaba. Y un dato que retroalimentó las suspicacias: la especialidad del restaurante era la "cocina siciliana", lugar de origen y territorio de los delitos de Gammino.
Fue justamente en la isla del sur de la Península Itálica donde el hombre formó parte de la familia "Ingaglio" de Campobello di Licata, el clan de Agrigento. Ese grupo criminal en la década del '90 protagonizó una brutal y sangrienta guerra mafiosa con la Cosa Nostra, que ocasionó más de 200 muertes, cometidos por ambos bandos. Eso lo llevó a la cárcel por primera vez en 1984, cuando fue detenido en el proceso conocido como “Abbate + 76”, el primer súper juicio contra la mafia siciliana en Palermo. Después de eso, sobre Gammino pesó una orden de arresto por cargos de "asociación mafiosa". Lo vinculaban con el asesinato de Giovanni Smiraglia y Salvatore Curto. Con esa "Espada de Damocles" sobre su cabeza, encaró su primera huída. Y eligió España para esconderse. Hasta que fue atrapado, extraditado y llevado a prisión para cumplir su sentencia a perpetua.

En aquellos tiempos fue conducido a la cárcel de Rebibbia en Roma de la que también escapó el 26 de junio de 2002. ¿Cómo lo hizo? También de manera cinematográfica. Huyó durante el rodaje de una película en la prisión que fuera protagonizada por la actriz Vittoria Belvedere. En el rodaje comenzó a sonar una alarma cuando sorprendieron a un preso intentando trepar los muros para escapar. Toda la atención de los guardias se centró en ese sujeto. Pero era una maniobra de distracción. En medio de la confusión que se generó, los familiares de los presidiarios que estaban de visita, fueron conducidos a la salida de la cárcel y mezclado entre ellos -y quizás con la ayuda de algún oficial infiel- Gammino salió caminando por la puerta principal como si nada. Y, con sigilo, se fue a iniciar una nueva vida en un pequeño municipio de España, haciendo perder su rastro por dos décadas. Hasta que la menos impensadas de las tecnologías lo hizo caer nuevamente.
Tras esa fuga en 2002, Gioacchino Gammino pasó a integrar la lista de los 100 mafiosos más buscados por Italia y considerado también como uno de los más peligrosos de todos. Pero se había esfumado. Había desaparecido de la faz de la Tierra. Todas las tareas de inteligencia fueron en vano para intentar localizarlo. Cuando desapareció, nunca más mantuvo ni el más mínimo contacto con los suyos. De hecho, en el momento en que los agentes italianos de la DIA (Dirección Investigación Antimafia) lo arrestaron, en colaboración con la Policía española, sólo atinó a preguntar, entre la sorpresa y la indignación: "¿Cómo hicieron para encontrarme? ¡Ni siquiera he llamado a mi familia durante diez años!".
Gioacchino Gammino era conocido, en el ámbito delictivo y policial, como "El Español" porque tenía familia española en la localidad de Sant Pere de Ribes. Y se había casado con una mujer de esas tierras, María Vinet Pérez Ruiz, con quien tuvo una hija en 1992 a la llamó Angela, como su abuela siciliana. Así España representó su refugio pero también su desgracia. De hecho, como se mencionó, ya a finales de la década del '90 había caído preso en su "segundo hogar" y ese arresto ocurrió en Barcelona. Ahora, tras 20 años de fugitivo, volvió a ser detenido en territorio español, el mismo donde encontró su guarida y su anonimato.
La actual debacle se produjo cuando hace dos años los investigadores de la DIA y los fiscales de Palermo, encontraron a Gammino en aquellos fotogramas del Google Street View que lo mostraban en la puerta de su comercio de verduras y frutas en la 'Avenida de los voluntarios' de Galapagar. El cartel de "El huerto de Manu", fue clave para avanzar en la búsqueda de más pistas. Así encontraron la punta del ovillo. El teléfono del comercio los llevó al siguiente paso: el hallazgo de un vínculo con un restaurante cercano: "La cocina de Manu". Si bien había cerrado en 2014, descubrieron que la especialidad más promocionada del antiguo menú era la "cena siciliana". Y después la propia trampa que se tendió sin darse cuenta el propio mafioso, quizás por impunidad o por vanidad, al haber publicado su foto en Facebook para promocionar su restaurante, sirvió para que los investigadores tengan un poco más de certezas sobre que se trataba del prófugo que buscaban. Si bien allí se mostraba al "Chef Manuel", ellos supieron que era, ni más ni menos, el propio Gioacchino Gammino. Y así dieron con él. Dos décadas después de aquella fuga -literalmente- de película de la prisión romana de Rebibbia. Había un detalle que los investigadores no dejaron pasar y que también fue central en el hallazgo: en la foto aún se podía divisar una cicatriz que tiene en el lado izquierdo de la barbilla.

En febrero de 2022 el capo de esta mafia siciliana fue extraditado a Italia, donde lo esperaba su condena a prisión perpetua. En España también están investigando si los comercios que manejaba Gammino eran tan sólo una simple fachada para esconder otros negocios mucho más oscuros. Los antecedentes no lo favorecen. Más allá de aquellos episodios de violencia en la guerra con la Cosa Nostra y de los asesinatos que se le endilgan. se sabe que tuvo vínculos con el tráfico de droga, entre otros delitos. Y en ese historial criminal también se suma su peligrosidad y su capacidad de fuga. Todo ese "currículum" fue el que estuvo sobre el escritorio del Fiscal de Palermo Francesco Lo Voi y el Fiscal Auxiliar Paolo Guido, quienes se quemaron las pestañas hasta dar con este "fantasma". Un "fantasma" que supo desaparecer en un agujero negro sin dejar el más mínimo rastro. Y que ahora cayó, de la manera más insólita, por el registro indiscreto de una cámara de Google Street View. Paradojas del mundo moderno.
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