Insólito: Una mega represa china cambió el eje de la Tierra y alargó los días
- MundoNews
- 19 jun
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Actualizado: 20 jun
La NASA confirmó que la "Presa de las Tres Gargantas" -la más grande del Mundo- desplazó dos centímetros al eje terrestre e hizo que cada jornada tenga 0,06 microsegundos más. Es porque el impresionante peso del agua del embalse en altura ralentizó la rotación del planeta.
Por Gabriel Michi

Pareciera que en los últimos años las noticias que llegan desde China no escatiman de grandilocuencia y espectacularidad. Su creciente poderío económico la ubicó como la segunda potencia económica del planeta, sólo por detrás de EE.UU. (y acercándose a pasos agigantados) y empujó no sólo grandes desarrollos tecnológicos sino también impresionantes obras de infraestructuras que cambiaron la vida de sus ciudadanos. Y no sólo eso: también modificaron el devenir del Mundo entero. Literalmente. No es una exageración ni una metáfora. La mega "Presa de las Tres Gargantas" (la más grande del planeta) logró cambiar el eje de rotación de la Tierra y hasta llegó a alargar los días. ¿Cómo lo hizo? Por el descomunal peso del agua que contiene: son unos 40 kilómetros cúbicos que pesan más que los 8.000 millones de personas que habitan el planeta, es decir, más que toda la población global junta. Como esa mega masa se acumula en un mismo punto, presiona al planeta desde una altura superior al nivel medio del mar y, por eso, la superficie cede milimétricamente. Así es como el eje terrestre se está ladeando (con un desplazamiento de unos dos centímetros) y el día se alarga: cada jornada ya tiene 0,06 microsegundos más.
Esta información que se sospechaba desde hace un tiempo fue confirmada ahora por la NASA. Y los expertos del Centro de Vuelo Espacial Goddard señalaron que el problema no radica en el volumen del agua, sino el lugar donde se concentra. La "Presa de las Tres Gargantas" -construida entre 1994 y 2012- transformó el curso del río Yangtsé (también llamado río Azul) en un embalse gigantesco capaz de contener hasta 39.300 millones de metros cúbicos de agua. Según la Agencia Espacial estadounidense esa acumulación masiva, concentrada por sobre el nivel del mar, modificó la distribución de la masa planetaria. Es un fenómeno excepcional aunque la propia NASA ya había detectado efectos similares tras el tsunami de 2004 en el Océano Índico: en ese momento el movimiento tectónico redujo la duración del día en 2,68 microsegundos, es decir 44 veces más que el resultante de la represa pero al revés. La represa lo extendió y el mega terremoto lo redujo.
Para describir esos tipos de variaciones, el geofísico Benjamin Fong Chao señaló que la redistribución de masas, tanto por fenómenos naturales como por obras humanas, "puede tener consecuencias sobre el momento de inercia del planeta". Y hay una explicación física: cuanto más lejos se sitúa una masa del eje de rotación, mayor es su capacidad para ralentizar el giro. Sí, aunque parezca increíble, ese peso descomunal en altura del agua de la mega represa china logró hacer más lenta la rotación de la Tierra.
Esa conclusión llevó a que varios equipos científicos analicen esa mole de infraestructura no sólo desde la cuestión de la ingeniería, sino también en lo ambiental y en lo geofísico. Ya en 2010, la revista Geophysical Research Letters publicó un preocupante estudio que vinculaba determinados cambios en el eje terrestre con actividades humanas, entre ellas la construcción de esta mega obra que tiene un sistema de esclusas y un ascensor de barcos que permite mover embarcaciones de hasta 3.000 toneladas en forma vertical, superando los obstáculos por el desnivel de más de cien metros.
La "Presa de las Tres Gargantas", ubicada en el centro de China, interrumpe el paso del río Yangtsé, el más largo de Asia (y el tercero del mundo, detrás del Amazonas y el Nilo) que drena una cuenca de casi dos millones de kilómetros cuadrados, alimentando de agua el 40% del territorio chino. En el curso medio del río hay tres desfiladeros naturales llamados Qutang, Wu y Xiling: las famosas "Tres Gargantas". La represa genera más electricidad que ninguna otra central hidroeléctrica en el planeta superando el récord de Itaipú (compartida por Brasil y Paraguay sobre el río Paraná). Tiene más de 2 kilómetros de longitud y 180 metros de alto. Y ha sido dinamizadora no sólo la navegación fluvial sino, con eso, de todo el desarrollo económico de la región. Además de haber frenado grandes inundaciones y permitido regular el caudal de acuerdo a las necesidades. Pero también tuvo consecuencias en la población: 1,3 millones de personas debieron ser mudadas durante su construcción, además de que el río Yangtsé y su entorno cambiaron radicalmente sus fisonomías.
La mayor central hidroeléctrica del mundo genera más de 80.000 millones de kilovatios-hora anuales. Esa producción equivale al consumo de países enteros y ha reducido en gran medida el uso de combustibles fósiles en China. Aun así, la comunidad científica remarca que hay que analizar con atención el equilibrio entre los beneficios energéticos y las consecuencias globales. Una de las conclusiones del estudio elaborado por la NASA es que “cualquier evento que provoque desplazamientos masivos de agua o tierra puede afectar sutilmente la rotación”.
Ese cambio en la rotación registrado demuestra cómo las acciones humanas (más allá de las cuestiones naturales) pueden impactar en algo a escala planetaria. El caso de la "Presa de las Tres Gargantas" no es una excepción, sino una muestra más del impacto acumulativo que puede ejercer la ingeniería sobre el funcionamiento global de la Tierra.
Desde IFLScience señalaron que, en la actualidad, los seres humanos también influyen en la rotación del planeta de otras maneras. El caso más claro es lo que está ocurriendo con el "cambio climático" . ¿Por qué? Porque el impacto en la distribución de la masa terrestre -por los fenómenos extremos- está provocando un efecto similar. Encima, esas modificaciones están desatando confusión en los dispositivos de medición del tiempo super precisos, como los relojes atómicos. "El problema ha llevado a algunos científicos a afirmar que en la próxima década habrá que tener en cuenta un segundo bisiesto negativo, es decir, un minuto con solo 59 segundos", recalca IFLScience.
Así, la mano del Hombre está cambiando la dinámica de la vida cotidiana, desde las pequeñas cosas hasta aquellas a escala planetaria. Con todo lo que eso implica. Y generando algo que antes era patrimonio exclusivo de la naturaleza, la única fuerza que podía modificar el movimiento de la Tierra. Ahora el accionar irresponsable del ser humano muestra que también puede lograrlo a través del peligroso e inexorable "cambio climático". Pero también a través de obras de infraestructura que, se supone, vienen a mejorar la vida de sus habitantes. Pero que no son inocuas.

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