ABBA y Foo Fighters se sumaron a la larga lista de artistas que le exigen al republicano que no utilice más sus obras en los actos de campaña. Pero al magnate no le importa y sigue.
Por Gabriel Michi
"No en mi nombre". "No en nuestro nombre". Esas frases parecen haberse extendido en el mundo de los grandes músicos y bandas para frenar la utilización de sus canciones en los actos de campaña del ex presidente Donald Trump. Muchas personalidades de la cultura han criticado la forma de hacer polìtica del candidato republicano, sus modales, sus ideas y todo lo que él representa. Y no quieren, de ninguna manera, que sus creaciones artísticas sean utilizadas por ese personaje al que no le tienen la más mínima simpatía ni respeto. Pero a él y su equipo de campaña parece importarle poco lo que digan esos artistas y siguen usufructuando sus canciones -algo parecido a lo que ocurre en Argentina con Javier Milei y sus disputas con bandas como La Renga o Bersult Vergarabat- a pesar de las quejas y las demandas judiciales. No es algo nuevo: ya en la campaña de 2020 y hasta en la del 2016, muchos músicos le habían exigido a Trump que deje de usar sus canciones. Pero en los últimos días se han sumado más, de los EE.UU. y de otros países del mundo.
Uno de los casos más recientes fue el de la banda Foo Fighters. Sus integrantes se sintieron muy tocados cuando en un acto de campaña, Trump acompañó el anuncio de que el candidato independiente Robert F. Kennedy Jr. había suspendido su campaña para apoyarlo a él y cuando el personaje en cuestión subió al escenario por los parlantes del estadio sonó con fuerza el éxito de 1997 de Foo Fighters "My Hero" ("Mi Héroe")’. Los representantes de la banda informaron: “No se pidió permiso a Foo Fighters, y de haberlo hecho, no lo habrían concedido”. Y agregaron que el grupo tomaría “las medidas pertinentes” para evitar que se siguiera utilizando esa canción. Pero fueron más allá: prometieron que el dinero recaudado de los derechos de autor por el uso del mitín de Trump se donará, en su lugar, a la campaña de los demócratas Kamala Harris y Tim Walz. Es decir, a los adversarios del republicano.
A los estadounidenses de Foo Fighters se sumaron también en las últimas horas los integrantes del grupo sueco ABBA, que por la utilización de su canción "The Winner Takes it All", pasó a engrosar la larga lista de músicos que piden a Donald Trump que deje de usar su repertorio en la campaña presidencial. Sin embargo, el equipo que trabaja en la candidatura del magnate que aspira con volver a la Casa Blanca argumentó que tiene permiso para utilizar esas canciones. Algo que contradice lo que expresan los suecos: "ABBA descubrió recientemente el uso no autorizado de su música y videos en un evento de Trump a través de videos que aparecieron en línea", dijeron a Associated Press a través de un comunicado de la banda, que ganó el Festival de la Canción de Eurovisión en 1974 con "Waterloo" y se convirtió en una de los grupos más exitosos de la historia a escala planetaria. El decargo siguió: “En consecuencia, ABBA y su representante han solicitado de inmediato la eliminación y borrado de dicho contenido. No se ha recibido ninguna solicitud, por lo que no se ha concedido ningún permiso ni licencia”. En respuesta, un portavoz de la campaña de Trump dijo que había obtenido una licencia para reproducir esa música. “La campaña tenía una licencia para reproducir música de ABBA a través de nuestro acuerdo con BMI y ASCAP”, señaló el portavoz a AP.
Foo Fighters y ABBA son los últimos en agregarse a la larga lista de artistas que se han opuesto a que Trump use sus canciones. Ya antes de las elecciones de 2020 otras figuras de la música como The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Rihanna, Phil Collins, Pharrell Williams, John Fogerty, Neil Young, Eddy Grant, Adele, Queen, REM y Guns N' Roses, habían hecho lo mismo. Y ahora, en esta campaña 2024, a la nómina se sumaron Céline Dion, Beyoncé, The Smiths y hasta Village People. Pero también los herederos de artistas que fallecieron como los de Sinéad O'Connor o los de Isaac Hayes.
En el caso de Céline Dion, la cantante canadiense le exigió a Trump que deje de utilizar su canción "My Heart Will Go On" (de la película "Titanic"). Al enterarse que el tema había sido usado en un mitín del republicano, la artista escribió en las redes sociales: “¿Es en serio? ¿ESA canción?”. Su equipo criticó al candidato por el “uso no autorizado” de la canción y la familia de James Horner, el compositor de la misma -que murió en 2015- fue más allá: “la familia Horner no avala o apoya la campaña de Trump/Vance o el uso de la canción en sus eventos. La campaña no refleja las creencias y valores de James Horner ni de su familia. Para sus familiares es importante que su música no sea usada por aquellos que buscan beneficiarse indebidamente de su obra tras su muerte”.
En tanto, la cantante estadounidense Beyoncé hizo lo mismo con su tema "Freedom", al que el republicano usa en un vídeo de su campaña presidencial. Sin embargo, ese "himno" es utilizado también por la campaña de Kamala Harris, a la que la artista sí autorizó; pero nunca lo hizo ni lo hará con el magnate al que advierten -desde su productora- con iniciarle una demanda.
Por su parte, la familia de Sinéad O'Connor pidió que el multimillonario deje se echar mano a la canción más popular de la fallecida cantante, "Nothing Compares 2 U", que se escuchó en mitines políticos como los de Maryland y Carolina del Norte. Sus herederos enviaron una comunicación a Variety donde, sin medias tintas, señalaron: “No exageramos cuando decimos que Sinéad se hubiera sentido asqueada, herida e insultada de que su trabajo fuera tergiversado de esta manera por alguien a quien ella misma se refirió como un ‘demonio bíblico’”. Y concluyeron contundentemente: “Como los guardianes de su legado, exigimos que Donald Trump y sus asociados dejen de usar su música de inmediato”.
Lo mismo reclamaron los herederos de de la leyenda del soul Isaac Hayes, quienes ya presentaron una demanda judicial contra la campaña de Trump exigiendo 3 millones de dólares por "daños." Piden que deje de reproducir "Hold On, I’m Comin" en distintos eventos, incluyendo la convención de la polémica y poderosa NRA, la Asociación Nacional del Rifle, el lobby armamentista que tanto apoya (y se apoya) en el republicano. El hijo de Hayes, Isaac Hayes III, sostuvo que decidieron demandarlos cuando se enteraron de que el equipo de Trump había usado la canción unas 135 veces sin la licencia ni haber pedido permiso. “Eso me enojó”, le explicó Hayes hijo al Hollywood Reporter. Pero lo que más le indignó es que lo hayan usado en el encuentro de la NRA: “Acababa de pasar un tiroteo masivo, ¿por qué reproducirla en la convención de la NRA? Quería tomar acción legal porque Trump ha hecho declaraciones en contra de las mujeres, y es un hombre que fue declarado culpable de abuso sexual. Tengo seis hermanas, y no quisiera que nadie oiga ‘Hold On’ y piense en Donald Trump’.
Es llamativo que en la campaña del ex presidente también se utilcen temas musciales de bandas alternativas como The Smiths. Sin embargo eso ocurre y, por ejemplo, ‘Please, Please, Please, Let Me Get What I Want’ se escuchó en más de un mitín republicano. Eso indignó al guitarrista de la banda -y autor de la canción-, Johnny Marr, quien tuiteó: "Ahh… bueno… OK. Nunca en un millón de años hubiera pensado que esto pasaría. Consideren esta mierda detenida ya mismo”.
Pero de todos los que han criticado y/o le han pedido a Trump que deje de usar sus canciones sin duda uno de los que más le debe haber dolido es el de Village People, cuyos hits ‘Y.M.C.A.’ y ‘Macho Man’ son casi un himno en los actos del magnate. Si bien en un principio el fundador del grupo Victor Willis no dijo nada, en 2020 cambió de parecermientras explotaban las protestas contra la injusticia racial, con el asesinato de George Floyd en manos de la Policía como telón de fondo. En mayo de 2023, Willis envió una carta para que dejen de utilizar sus creaciones luego de que se difundiera un video del ex mandatario en su mansión de Mar-a-Lago bailando ‘Macho Man’ con un grupo vestido como los Village People, algo que “no había sido autorizado”.
Vale recordar que este camino de repudio a la utilización de canciones por parte de Trump ya había tenido sus antecedentes en las campañas de 2016 y de 2020. En aquel contexto, los integrantes de The Rolling Stones le exigieron a Trump, en 2020, que deje de usar “You Can’t Always Get What You Want’" en mitines, bajo la amenaza de demandarlo judicialmente.
Por su parte, John Fogerty le prohibió al republicano que siga reproduciendo ‘Fortunate Son’ de John Fogerty (“I ain’t no millionaire’s son, no”) en sus actos. “Escribí esa canción, porque, como veterano (de la guerra de Vietnam), me indignaba que se permitiera que algunas personas fueran excluidas de servir a nuestro país por tener acceso a privilegios políticos y económicos. También escribí sobre gente adinerada que no paga lo que le corresponde de impuestos; el Sr. Trump siendo un claro ejemplo de ambos problemas”; remató.
En tanto, la familia del fallecido Tom Petty pidió al republicano que deje de usar "I Won’t Back Down" porque “no estaba autorizado de ninguna manera a utilizar esta canción para promover una campaña que deja a un lado a demasiados estadounidenses y al sentido común”. Y agregaron: “Tom escribió esta canción para el marginado, para el hombre promedio y para TODOS…. Creemos en EE. UU. y creemos en la democracia. Pero Donald Trump no representa los nobles ideales de ninguno de los dos”.
Phil Collins emitió un reclamo para que cese la utilización de su hit de 1981 "In the air tonight" en los actos de campaña del republicano. En la carta a Trump, el ex baterista y cantante del grupo Genesis, criticó al candidato por usar su canción “como una referencia satírica al Covid-19″ cuando Iowa estaba pasando por un pico en los contagios. “El Sr. Collins no aprueba la aparente trivialización del Covid-19″, decía el documento, añadiendo que el músico tenía “serias preocupaciones” porque el uso de Trump de su música “dañara” su reputación.
Steven Tyler, cantante de Aerosmith, estuvo a punto de iniciarle una demanda a Trump por usar ‘Livin’ on the Edge’ y ‘Dream On’ en los mitines. Por su parte, Rihanna le exigió que deje de reproducir ‘Dont’ Stop the Music’. Y, en 2018, el que se había plantado fue Pharrel Williams que le pidió al republicano que no siga utilizando su hit "Happy" ("Feliz" ) en los actos políticos. Al músico lo enfuereció que en un mitín, tuvieran el desatino de pasarlo festivamente cuando por esas horas había habido una masacre: "El día del asesinato en masa de 11 seres humanos de manos de un nacionalista loco, usted tocó la canción 'Happy' ante una multitud en un evento político en Indiana. No hubo nada 'feliz' respecto a la tragedia infringida a nuestro país el sábado y no se concedió ningún permiso para el uso de esta canción para este propósito", escribió un indignado Pharrel.
En tanto, Neil Young ya en 2015 (en la primera campaña protagonizada por Trump cuando compitió y le ganó la Presidencia a Hillary Clinton) había puesto el grito en el cielo cuado el candidato republicano reprodujo ‘Rockin’ in the Free World’ después de anunciar su intención de presentarse a las elecciones presidenciales. Young protestó una y otra vez por el uso de su canción en los actos de Trump y hasta amenazó con demandarlo.
En aquel 2015 el grupo R.E.M. también se indignó con la campaña del republicano por utilizar "It’s the End of the World as We Know It’ (And I Feel Fine)’; Michael Stipe, su cantante, expresó su rechazo de manera contundente: “Váyanse a la mierda, todos ustedes, hombres pequeños, tristes y hambrientos de poder y atención. No usen nuestra música ni mi voz para su estúpida farsa de campaña”.
Sin embargo, los especialistas señalan que, en realidad, las campañas políticas de los candidatos no necesitan el permiso expreso de un artista para reproducir sus canciones en manifestaciones y mitines, siempre que la organización política o el lugar del evento hayan obtenido lo que se conoce como una "licencia general" de las organizaciones de derechos de interpretación ASCAP y BMI, algo parecido a SADAIC en Argentina. Por eso, es bastante común que políticos utilicen canciones populares en sus eventos y actos electorales.
Sin embargo, la antipatía que genera la figura de Trump en gran parte del mundo de la cultura y el espectáculo dispara estas reacciones de rechazo de los autores de esas obras. Sin distinciones. De los más variados géneros y procedencias. Que se plantan frente al megapoderoso que quiere volver a la Casa Blanca. Y que, con sus ambiciones desmedidas a flor de piel, no parece importarle nada. Se lleva todo por delante. Con la prepotencia con que se manejó toda su vida. Pasando incluso por encima de derechos y de voluntades. De gustos e ideologías. Sin pedir permiso. Por eso, la bronca de los artistas y esta suerte de boicot para que Trump no use más sus obras. En defensa propia y con un canto al unísono: "No en mi nombre".
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