¿Bélgica es un narcoestado? El país que se volvió la puerta de entrada de la droga en Europa
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El puerto de Amberes se convirtió en el lugar de mayor ingreso de la cocaína proveniente, sobre todo, de Sudamérica. Cómo el narco infectó la realidad de una nación que fue modelo.
Por Gabriel Michi

"¿Nos estamos convirtiendo en un narcoestado? ¿Exagerado? Según nuestro comisionado antidrogas, esta evolución ya ha comenzado". Las alarmantes palabras no las dice cualquier persona. Surgen de la boca de una jueza de Amberes que investiga el narcotráfico en esa ciudad cuyo puerto se convirtió en una de las principales entradas de cocaína -en especial de Sudamérica- en Europa. Bajo la protección del anonimato -por las frecuentes y peligrosas amenazas que recibe- la magistrada describió al narcotráfico como una "amenaza organizada que mina las instituciones". Y agregó: "Se han consolidado grande estructuras mafiosas, que se han convertido en una fuerza paralela que desafía no sólo a la policía, sino también al poder judicial". Por eso la jueza no duda en entender que Bélgica se ha convertido en un narcoestado. De hecho, más de la mitad de todos los cargamentos de cocaína que se realizan en Europa, se dan en el puerto de esa pequeña nación que por años fue un ejemplo en institucionalidad.
La carta abierta de la magistrada, que generó mucho revuelo, reclamó medidas "urgentes" al gobierno de su país ya que subrayaba que el Estado de Derecho está amenazado en esta nación ubicado en el corazón de Europa y cuya capital es también, nada más y nada menos, la capital de la Unión Europea (UE). La funcionaria judicial también reveló que tuvo que pasar cuatro meses escondida bajo vigilancia policial por amenazas e intimidaciones por sus investigaciones sobre casos de narcotráfico.
Si bien hay expertos que consideran que esta definición de "narcoestado" es una exageración, todos coinciden en que el tráfico de drogas se transformó en un problema gigantesco en este país europeo siembre tomado como referencia por su desarrollo económico, cultural e institucional. Pero la creciente demanda de drogas ilegales en toda Europa ha encontrado en en puerto de Amberes -uno de los más grandes de todo el "Viejo Continente"- esa puerta de entrada que se les había cerrado en otros países que aumentaron sus controles. Los narcotraficantes aprovechan la ubicación estratégica de Bélgica y del puerto de Amberes, como punto de distribución de las drogas, en especial de la cocaína llegada desde Sudamérica. Y se señala que las dimensiones y el movimiento que se genera en esa terminal portuaria hicieron que Amberes se haya convertido en el lugar elegido para esconder los cargamentos ilegales en medio de flujo constante de contenedores.
Por todo eso es que las autoridades belgas han intensificado los controles y las consecuencias se hicieron sentir: en 2024 se interceptaron 44 toneladas de cocaína en el puerto; un tercio de las 121 toneladas incautadas en 2023. Sin embargo, las autoridades belgas afirman que estas cifras no son necesariamente una señal de progreso. ¿Por qué? Porque durante el primer semestre de este año, 51 toneladas de cocaína con destino a Bélgica fueron interceptadas en Sudamérica, un aumento del 155% en comparación con las 20 toneladas del mismo período del año anterior.
Según Letizia Paoli, criminóloga y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lovaina (Bélgica), "Amberes tiene el segundo puerto más grande de Europa y tradicionalmente recibe mercancías de América Latina. Por eso, se ha convertido en un punto de entrada natural, junto con el puerto de Róterdam, para la cocaína. Y las autoridades neerlandesas comenzaron a intensificar los controles en Róterdam antes que las belgas". Sin embargo, la especialista consideró: "La acusación de 'narcoestado' es exagerada, pero hay tendencias preocupantes, sin duda".
Más allá de la droga que llega a Bélgica directamente desde Sudamérica también se han encontrado otros cargamentos que hicieron una escala en otros lados o bien que cambiaron de ruta pero que el destino final era justamente el mismo: Amberes. Por ejemplo, en diciembre de 2024, las autoridades de República Dominicana informaron la incautación de más de nueve toneladas de cocaína -la mayor en la historia del país- escondidos en contenedores de banano procedentes de Guatemala y que tenían como destino el puerto de Amberes.

Si bien todas las miradas se depositan en lo que está ocurriendo en el puerto de Amberes, otras ciudades belgas también están lidiando con el flagelo del narcotráfico. En Bruselas, la capital del país y de la UE, en 2023 se registraron 1.977 casos de tráfico de drogas, un aumento del 26% respecto a 2022 y del 76% desde 2015. También en el año 2023 se registraron en la capital belga 6.595 incidentes de posesión de drogas. Y esos abusos aparecen reflejados, según los expertos, en un incremento de la violencia: en 2024 se registraron 89 tiroteos en la capital belga y los reportes apuntan que este año la cifra será aún mayor. Por eso, desde el año pasado, Bruselas ha catalogadas 16 zonas que se consideran especialmente "peligrosas" llamadas "hotspots", principalmente relacionadas con bandas criminales y el narco.
Todo eso ha despertado las luces de alerta de las autoridades belgas. Y ni hablar con el tema de los muertes relacionadas con las drogas, algo que era una extrañísima excepción hace tan sólo una década. Los datos: mientras que en 2013 no había ningún asesinato relacionado con el comercio de cocaína en Bélgica, entre 2014 y 2025 en Amberes hubo seis. Según la criminóloga Letizia Paoli, "si consideramos que en un solo año ocurren alrededor de 160 homicidios en Bélgica, los asesinatos relacionados con las drogas no son muchos. No representan ni siquiera el 10% de los asesinatos asociados con el tráfico de cocaína de alto nivel en Amberes, fueron solo seis en diez años", matiza.
La carta abierta escita por la magistrada agitó el avispero y el debate público. En ella se señala que las organizaciones criminales se han infiltrado en los puertos, las aduanas, la policía e incluso en los sistema penitenciario y judicial, lo cual es algo inusual para un país donde siempre la lucha contra la corrupción ha sido un estandarte. La jueza remarca que así como ella otros colegas fueron amenazados de muerte. Y, por eso, pide la intervención de las autoridades. Así como ella, otros especialistas también apuntan a que las autoridades deberían destinar más recursos y una mayor protección a los magistrados.
Eso es compartido por Paoli: "Son peticiones realmente razonables y necesarias". Sin embargo, a ella le sigue pareciendo exagerado afirmar que Bélgica se haya convertido en un "narcoestado". Y señala que para eso debería reunir tres condiciones: un nivel muy alto de violencia que afecte la vida comunitaria; una corrupción relacionada con las drogas tan extendida que alcance las más altas esferas del gobierno y una economía de la droga que aporte mucho al PIB. Y ella señala que "ninguno de estos tres criterios se aplica a Bélgica".
Pero no deja de ser preocupante la situación y el hecho de que Bélgica se haya convertido en la puerta de entrada a Europa de la cocaína del sur y el centro de América, lugar que antes ocupaba España. Pero el mayor control en los puertos españoles y la pérdida de protagonismo y poder de las bandas narcos locales, con sus conexiones internacionales. Fue así cómo el tráfico se destino primero a las terminales náuticas holandesas y después a las belgas. Y fue así como Amberes se convirtió en la principal puerta de la droga sudamericana, con hitos como el decomiso de más de 100 toneladas de cocaína en un año, una cifra que ningún país europeo había protagonizado hasta el momento. Hoy se calcula que Bélgica es el destino de casi la mitad de la cocaína que llega a Europa. Y ya se sabe que las consecuencias de eso van perforando sus instituciones. y hasta poniendo en riesgo su Estado de Derecho. Por eso es que hoy la pregunta es si se trata de una exageración cuando se habla de un "narcoestado".






