Contra sus promesas, Trump quiere convertir a EE.UU. de nuevo en gendarme del Mundo
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Pese a que por años el presidente se jactó de no haber iniciado ninguna guerra en su primer mandato y de contribuir a la paz retirando tropas en otros países, ahora insinúa meterse de lleno en el conflicto Israel-Irán y atacar a la República Islámica. Su base electoral lo rechaza.
Por Gabriel Michi

"Nunca me darán un Premio Nobel de la Paz. Es una pena. Lo merezco". Con ese particular autoconvencimiento Donald Trump se jactaba de haber ayudado a la paz en el mundo durante su primer mandato, evitando que los EE.UU. inicien o participen de una nueva guerra y facilitando el retiro de sus tropas de conflictos en otros países (como Irak y/o Afganistán), o incluso habiendo tendido puentes con regímenes enemigos como el de Corea del Norte. Por años esa fue una bandera muy agitada por Trump y, además, una consigna muy apoyada por el ala más fanática de sus electores que ven en esas participaciones bélica también un derroche del dinero de los impuestos de los estadounidenses. Sin embargo, esa actitud parece estar cambiando en este momento. El involucramiento cada vez más activo en la guerra desatada entre Israel e Irán, podría significar una ruptura con su posición abstencionista histórica y con esa imagen pacífica (por lo menos en esta materia) que siempre pretendió dar. Así Trump parece romper con su prédica y sus promesas y amaga con convertir nuevamente a su país en gendarme del Mundo, algo que anteriormente criticó y por lo que el republicano acusó a los demócratas.
En los últimos días, EE.UU. habría colaborado con artillería de defensa con Israel, derribando misiles lanzado por Irán. Pero más allá de eso, el propio Trump comenzó a calentar poco a poco su discurso poniéndose cada vez más beligerante y llegando a exigir la "rendición incondicional" e inmediata de los iraníes. También dejó saber que ya no había tiempo de negociar nada, que a los representantes de la República Islámica perdieron la oportunidad de frenar los ataques y les exigió abandonar por completo su plan nuclear, objetivo originar de los bombardeos israelíes. Encima, en las últimas horas se supo que Trump había dado ya la orden de atacar a Irán pero que había pausado los bombardeos ante la posibilidad de que el régimen persa cambie de actitud. La respuesta que llegó de Teherán fue que el pueblo estadounidense sufriría graves consecuencias.
Ese cambio de postura por parte del presidente estadounidense ya expuso divisiones en la coalición de partidarios que llevó al Trump al poder, y algunos de sus partidarios lo instan a no involucrar al país en una nueva guerra en Medio Oriente. Entre los principales aliados republicanos del magnate figura, nada más y nada menos, que su principal lugarteniente Steve Bannon, quien pese a la completa sintonía con su jefe político en casi todos los temas, en este caso está en desacuerdo. Bannon, una de las muchas voces influyentes de la coalición "Estados Unidos Primero" de Trump, instó a la cautela ante la posibilidad de que el ejército estadounidense se una a Israel en la misión de destruir el programa nuclear de Irán. Las palabras del polémico asesor presidencial fueron contundentes "No podemos repetir esto. Destrozaremos el país. No podemos permitir otro Irak".
Bannon no está solo en esa idea anti intervencionista. Hay un importante sector del Partido Republicano que observa con alarma cómo Trump ha pasado rápidamente de buscar un acuerdo diplomático pacífico con Irán a la posibilidad de participar activamente de la campaña militar de Israel. El presentador del popular podcast "War Room", dijo que "los israelíes necesitan terminar lo que empezaron" y que Trump debería desacelerar las deliberaciones sobre la participación estadounidense y explicar su toma de decisiones. Y completó: "Esta es una de las civilizaciones más antiguas del Mundo (Irán), con 92 millones de personas. No se trata de algo con lo que se pueda jugar. Hay que analizarlo a fondo, y el pueblo estadounidense tiene que estar de acuerdo. No se les puede imponer esto sin más".
En esa línea, el presidente estadounidense se podría enfrentar por al ala derechista "Make America Great Again" (MAGA, la coalición que impulsó a Trump al cargo en las elecciones de 2016 y 2024) si se une a la lucha. Y, con la mirada puesta en el futuro, hasta podrían llevar a que le quiten su vita apoyo o incluso a una derrota en las elecciones de medio término de 2026. Voces influyentes de MAGA como el ex presentador del canal Fox News, Tucker Carlson -que manifestó su preocupación al respecto-, y la representante estadounidense Marjorie Taylor Greene, republicana de Georgia y aliada de Trump desde hace mucho tiempo, también se oponen a esa inmersión estadounidense en el conflicto. Green dijo: "Cualquiera que anhele que Estados Unidos se involucre plenamente en la guerra entre Israel e Irán no es un estadounidense de primera línea ni un magnate. Estamos hartos de guerras extranjeras. De todas". En tanto, Carlson mantuvo un duro enfrentamiento por este tema con el senador republicano Ted Cruz de Texas. En su programa de streaming comunicador criticó fuertemente al senador por buscar un cambio de régimen en Irán, mientras que Cruz expresaba su apoyo al presidente. "¡No sabes nada sobre Irán!", le dijo Carlson a Cruz. A lo que el legislador respondió con sarcasmo: "No soy el experto de Tucker Carlson sobre Irán". Y el presentador replicó: "Usted es un senador que pide el derrocamiento del gobierno".
Al ser consultado por el presunto divorcio con estos importantes seguidores, Trump lo intento relativizar: "Mis partidarios me aprecian más hoy, y yo los aprecio más que incluso en época electoral. Solo quiero una cosa: que Irán no pueda tener un arma nuclear". Aunque más adelante, en la misma saga de declaraciones en la Casa Blanca, admitió que que algunos de sus partidarios "están un poco descontentos ahora", pero que otros comparten con él que hay que vitar que Irán se convierta en una potencia nuclear. Y concluyó: "No busco pelear. Pero si se trata de elegir entre pelear o tener un arma nuclear, hay que hacer lo que hay que hacer".
Pese a esos esfuerzos trumpistas por minimizar la ruptura, hay otros referentes importantes que lo ven como una "gran fisura". Esas fueron las categóricas palabras con los que describió esta situación Marc Short, aliado del ex vicepresidente Mike Pence y director legislativo de Trump durante su primer mandato. Aunque sostuvo que él creía que gran parte de la base electoral del presidente lo apoyaría a pesar de las diferencias. Según Short, "las divisiones obviamente están saliendo a la luz en este momento, pero en última instancia creo que la mayoría de los seguidores del presidente son leales a él más que a cualquier cosmovisión". Su mirada no está despojada de otras lecturas: Short afirmó que apoyar a Israel también podría beneficiar políticamente a Trump.
Por su parte, el vicepresidente JD Vance también intentó frenar los rumores de una ruptura entre el gobierno y parte de sus seguidores más fieles. "La gente tiene razón en preocuparse por la intromisión extranjera después de los últimos 25 años de una política exterior absurda. Pero creo que el presidente se ha ganado cierta confianza en este asunto", afirmó.
Es cierto que en términos históricos los votantes tradicionalmente conservadores prefieren apoyar a Israel. Antes de que comience el "ataque preventivo" sobre Irán, una encuesta de Reuters/Ipsos (realizada en marzo) arrojó que el 48% de los republicanos estuvo de acuerdo con la afirmación de que "Estados Unidos debería usar su poder militar para defender a Israel de las amenazas, independientemente de su procedencia", frente al 28% que discrepó con esa idea. Muy distinto es el escenario entre los demócratas: el 25% estuvo de acuerdo y el 52% en desacuerdo.
La decisión disruptiva del presidente de entrar en el conflicto foráneos (algo de lo que siempre renegó) podría incluso generarle problemas no sólo en su frente interno sino también en el externo. Por ejemplo, podría afectar su campaña para fomentar las buenas relaciones en el Golfo Pérsico, donde estuvo de visita hace pocos días. Y también lo pondría en una posición incómoda para seguir con su mediación en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Mientras todo este debate continúa, la agencia Bloomberg publicó que altos funcionarios de Estados Unidos se están preparando para un posible ataque contra Irán en los próximos días, citando a “personas familiarizadas con el asunto”. Pero aclaró que la situación está en constante cambio y aún podría cambiar nuevamente. Ahora todo depende de la decisión de un hombre todopoderoso: Donald Trump. El mismo que parece ir contra sus promesas históricas y fogonear que EE.UU. se vuelva a convertir en gendarme del Mundo. Con las dramáticas experiencias que eso acarrea.

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