En Hong Kong señalan que el roedor fue transmisor de varios casos de la cepa Delta a personas. Todo empezó en una tienda de mascotas. Tras la sospecha que ubicó al murciélago en el inicio de la Pandemia y de los contagios a humanos a través de visones en Europa, hoy esta especie aparece en el centro de las miradas. Tuvieron que sacrificar a miles.
Por Gabriel Michi
Murciélagos. Pangolines. Visones. Y ahora hámsters. El reino animal vuelve a estar en el centro de las miradas por la transmisión del COVID 19. La sospecha bastante instalada de que este virus (que ya ocasionó más de 400 millones de casos y casi 6 millones de muertos en todo el Mundo) se hizo presente en primer término en los murciélagos que a su vez pudieron haber contagiado a un tercero (quizás un pangolín u otro animal) y que así se habría trasmitido al primer humano (en la ciudad china de Wuhan, a fines de 2019), ahora adquiere un nuevo capítulo dentro de este reino. Una investigación realizada en Hong Kong señala que los hámsters domésticos probablemente llevaron la variante Delta del SARS-CoV-2 a esa ciudad y provocaron un brote de COVID-19 en seres humanos. Así surge del análisis genómico de muestras virales de los roedores que fueron tomadas para el estudio.
Esta investigación confirmaría los temores anteriores que señalaban que una tienda de mascotas sería la fuente del brote, que hasta ahora ha infectado a unas 50 personas y llevó al sacrificio de unos 2.000 hámsters en toda la ciudad. En ese negocio, que importaba a estos pequeños animales desde los Países Bajos, un empleado y al menos un cliente contrajeron la cepa Delta del COVID 19. Y la sospecha es que se lo contagiaron de dichos roedores, que a su vez previamente se lo habrían contagiado de seres humanos.
El estudio reveló, no sólo que los hámsters pueden contagiarse el SARS-CoV-2, sino que además pueden infectarse fuera del laboratorio (es decir, no solamente cuando se experimenta con ellos) y que pueden transmitir el virus a otros hámsteres y las personas.
Así, este simpático roedor que se convirtió en una mascota doméstica en distintos lugares del Mundo, sería el el segundo animal que se sabe fehacientemente que puede infectar a las personas. El otro es el visón. A fines de 2020, pequeños brotes de COVID-19 en personas en Dinamarca y los Países Bajos se vincularon con visones de granja, lo que provocó pánico y sacrificios masivos que despertaron más de una polémica.
Leo Poon, virólogo de la Universidad de Hong King y uno de los autores de la investigación apuntó al comercio de estas mascotas como una "ruta" de transmisión del virus. Sin embargo señaló que "para ser justos con los hámsters, hay que decir las personas siguen siendo mucho más propensas a infectarse entre sí que con las mascotas".
Pero no es un dato a descuidar. Es más, los científicos aseguran que es importante monitorear de cerca el comercio de mascotas. Así lo señala, por ejemplo, Marion Koopmans, viróloga del Centro Médico de la Universidad Erasmus en Rotterdam, Países Bajos. Según la especialista, el SARS-CoV-2 podría continuar circulando en los animales, evolucionando de manera inesperada y luego volver a propagarse a las personas. "No necesitamos más sorpresas con este virus", sentencia.
Sin embargo, Arinjay Banerjee, virólogo de la Universidad de Saskatchewan en Saskatoon, Canadá, asegura que no se puede descartar la posibilidad de que los hámsteres fueran infectados por primera vez por una persona en Hong Kong y no fueran responsables de importar el virus al país: “Hay muchas personas que manipulan hámsteres durante el proceso de transporte”. Si bien señala que el riesgo para los seres humanos de contagiarse de COVID 19 de estos roedores sigue siendo bajo es "algo a tener en cuenta".
Murciélagos. Pangolines. Visones. Y, ahora, hámsters. Otro especie animal que entra al centro de las miradas de la ciencia por el COVID 19. Y no faltarán la desconfianza ni la sospecha.
Commentaires