Donald Trump fue encontrado culpable de la violación a una escritora y condenado a resarcirla con 5 millones de dólares. Mientras avanzan otras causas judiciales. Sin embargo, nada de eso parece hacerle mella entre los republicanos y puede volver a la Casa Blanca.
Por Gabriel Michi
Cuando el fanatismo gobierna todo, ni la confirmación de los peores delitos ni de los peores pecados pareciera hacer cambiar de opinión a los que defienden radicalmente una posición. Se podr{a mostrar que un líder, una agrupación o lo que sea coimetió un acto aberrante by sus seguidores, enceguecidos por esa dovoción o por un odio desenfrenado a los contricantes, se mantengan incolumnes en la defensa de su trinchera. Más en sociedades totalmente polarizadas donde todo es blanco o negro y donde no hay lugar para los grises. Esa parece ser la clave para entender por qué el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, puede volver a la Casa Blanca pese a la cantidad de causas judiciales y denuncias en su contra. Ni siquiera la última sentencia por la que un jurado popular lo encontró culpable de haber abusado sexualmente y luego difamado a una periodista y escritora parecen hacerle mella en el convencimiento de la mayoría de los votantes republicanos de querer elegirlo nuevamente en 2024.
La condena por la que Trump deberá pagarle 5 millones de dólares a Elizabeth Jean Carroll -por una violación ocurrida en un probador de una tienda en 1996- es un antecedente muy grave para el magnate aunque desde el punto de vista legal no le impide postularse nuevamente a la Presidencia de los EE.UU. Si bien esta era una causa civil, tampoco una condena penal lo excluiría de la carrera hacia la Casa Blanca porque en ese país hasta una persona sentenciada y en prisión puede gozar de ese derecho. De todas las causas que hoy se le siguen a Trump (donde figuran el soborno a la actriz porno Stormy Daniels para que no haga público su amorío, la sustración de documentos clasificados que fueron encontrados en su mansión de Mar A Lago, los "dibujos" fiscales en sus finanzas, entre otros) la única que podría excluirlo de la carrera presidencial es la que se le sigue por su presunta responsabilidad en la violenta toma del Capitolio (el 6 de enero de 2021) por parte de fanáticos suyos que no querían aceptar la derrota electoral y que Joe Biden asuma como Presidente. En este caso, si se lo encuentra culpable de haber instigado semejante ataque a la democracia, entonces sí quedraría fuera de competencia.
Pero más allá de lo que dicen las leyes y de cómo avanzan las causas judiciales en su contra, lo que realmente sorprende es que, a pesar de semejante situación, Donald Trump sea el precandidato republicano que más mide con vista a las elecciones presidenciales de 2024. Hoy por hoy le pasaría el trapo a cualquier contrincante interno, incluso el que más mide, el gobernador de Florida, Ron De Santis. En el promedio de varias encuestras Trump le saca entre 15 y 20 puntos al segundo que aparece en su disputa republicana.
Y la cosa no termina allí. Con un Joe Biden ya lanzado se repetiría la contienda de 2020 y en este caso hay varias encuestas que lo ubican a Trump por arriba del actual Presidente de los EE.UU. Según un sondeo publicado por el Washington Post, el 44% de los estadounidenses aseguró que votaría a Trump, contra el 38% que lo haría por Biden. Es cierto también que en esa encuesta hay un 18 % de indecisos.
Ese escenario se da en medio de una crisis de la popularidad del gobierno de Biden que cayó a su mínimo histórico del 36% de aprobación, 6 puntos menos que en febrero pasado. Y hay otro dato muy contundente: existe un alto porcentaje de la población que duda de la “agudeza mental” así como de la salud física de Joe Biden. En ese sentido los números son lapidaros: el 94 % de los republicanos, el 69 % de los independientes y el 21% de los demócratas creen que Joe Biden carece de la capacidad para ser Presidente de Estados Unidos por demostrar un comportamiento relacionado con “demencia senil”. Y el 68 % de todos los encuestados indicó que es demasiado viejo para un segundo periodo presidencial.
Joe Biden actualmente tiene 80 años de edad, mientras que su posible rival republicano Donald Trump tiene 76 años.
Pero, más allá de las propias falencias que pueda afrontar la candidatura de Biden, lo que es cierto es que Trump sigue cosechando apoyos incondicionales de los republicanos más allá de todo lo que se lo acuse. Y, más allá, de que se pruebe que cometió delitos tan graves como una violación contra una mujer, un soborno por silencio, la sustracción de documentos secretos, la evasión o elusión impositiva o incluso la instigación al más violento intento de Golpe de Estado de la historia de EE.UU. Pareciera que nada importa cuando el fanatismo gobierna todo. Ni siquiera el peor de los pecados. Ni siquiera el peor de los delitos.
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