top of page

El cambio climático pone en jaque a los cultivos y la comida

  • Foto del escritor: MundoNews
    MundoNews
  • hace 8 minutos
  • 4 Min. de lectura

Estudios señalan que, por el calentamiento global, ya se perdió el 10% de la productividad de los cultivos, afectando a 1.700 millones de personas. A futuro el panorama es más oscuro.


Por Gabriel Michi


ree

Las previsiones no pueden ser más alarmantes. Como tampoco el hecho de que las respuestas nunca lleguen. Es sabido que el cambio climático está afectando de la peor manera al planeta, ocasionando fenómenos extremos que ya en el presente causan estragos. Y las promesas y compromisos asumidos por los países -en especial las grandes potencias más contaminantes- no quedan más que en eso: palabras incumplidas. Pero más allá de ese presente dramático, las proyecciones a futuro son aún más alarmantes. Incluso en materia de alimentación. Partiendo de la base de lo informado en el reporte "Estado de la Alimentación y la Agricultura 2025" de la ONU en el que surge que la degradación del suelo causada por el ser humano ya redujo la productividad agrícola un 10% a nivel global (afectando directamente a 1700 millones de personas), un nuevo estudio de esa Organización ONU señala que, a futuro, el cambio climático socavará dramáticamente la productividad agrícola y el bienestar humano en toda la Tierra, con algunos de los mayores riesgos concentrados en los países menos capacitados para adaptarse a semejantes circunstancias. Los datos son contundentes: según la plataforma "Human Climate Horizons" más del 90% de los países evaluados (161 de 176 analizados) experimentarán disminuciones en el rendimiento de los cultivos básicos para finales del siglo XXI, incluso teniendo en cuenta la adaptación forzosa de los agricultores.


En ese sentido, el director de la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, Pedro Conceição, señaló que: "el cambio climático no es solo un desafío ambiental; es una profunda crisis de desarrollo. Las altas cosechas no solo son importantes para la seguridad alimentaria; también sustentan los medios de vida y abren caminos para la diversificación económica y la prosperidad. Las amenazas a los rendimientos agrícolas son amenazas para el desarrollo humano hoy y en el futuro".


Y las desigualdades e inequidades también se expresan en estas cuestiones., Según las estimaciones son las naciones más pobres las que afrontarán mayores inconvenientes. A tal punto que los expertos proyectan que los países con un Índice de Desarrollo Humano bajo protagonicen algunas de las pérdidas más pronunciadas. Y los números son demoledores: se calcula una caída media en el rendimiento de los cultivos de alrededor del 25-30% para fines de siglo bajo un escenario de emisiones muy altas. Por ejemplo, África subsahariana y partes de Asia aparecen como regiones especialmente vulnerables y, encima, en esos lugares los agricultores dependen en gran medida de la lluvia en lugar del riego y tienen menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes que se proyectan en semejante horizonte cuasi apocalíptico.


Perol no sólo los más pobres y vulnerables enfrentarán semejante desafío: también las economías consideradas "graneros del mundo" —incluidas las principales productoras de trigo y soja— no están exentas de esos efectos. De hecho, de producirse un calentamiento severo, esas potencias podrían atravesar incluso las mayores pérdidas de rendimiento, con caídas que alcanzan el 40% en estas regiones. Y la hecatombe podría impactar en todo el Mundo ya que podría empujar efectos en cadena sobre los precios de los alimentos, el comercio y la estabilidad global.


Las conclusiones del informe de la ONU se hicieron en base a estudios realizados sobre seis cultivos básicos —maíz, arroz, trigo, soja, yuca y sorgo—, entre los más extendidos y utilizados en materia alimentaria. Pese a lo desalentador que resultan esas proyecciones se plantea que todavía se estaría a tiempo de frenar o, al menos, amortiguar esa tragedia si se cumple con los compromisos asumidos por las naciones de reducir las emisiones contaminantes. Y el diagnóstico es elocuente: cuando los países cortan las emisiones a niveles moderados, las pérdidas de cultivos para el 2100 son menos de la mitad que bajo escenarios de altas emisiones.


Por eso, Conceição argumenta: "El camino hacia un futuro sostenible y equitativo reside en una acción climática centrada en las personas. Garantizar que cada persona mantenga el acceso a alimentos suficientes, nutritivos y confiables no es solo una cuestión de supervivencia; es una piedra angular de la dignidad y el desarrollo humano".


Todas estas conclusiones y hallazgos llegan en la previa del encuentro mundial de cambio climático -el COP 30- que se realizará en los próximos días en la ciudad brasileña de Belem. Allí los se emitirá una "Declaración sobre el hambre, la pobreza y la acción climática centrada en el ser humano" que busca profundizar el interés en los sistemas alimentarios y la equidad, planteando que esos vínculos deben ser centrales en las estrategias climáticas globales. Pero más allá de las enunciaciones y de las expresiones rodeadas de buenas intenciones, se necesitan acciones concretas y comprometidas ya que el cambio climático golpea un sistema alimentario ya debilitado y vulnerable. Y eso promete agravarse a futuro sino no se ponen manos a la obra.


ree

Comentarios


bottom of page