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El "espanto" cambió el sentido de las elecciones francesas

La izquierda se impuso en la segunda vuelta de las legislativas y le dio un duro golpe a la ultraderecha. Le Pen había triunfado en la primera ronda, pero ahora quedó tercera -después de Macron- en cantidad de bancas, pese a tener más votos. Funcionó el "cordón sanitario".


Por Gabriel Michi



Una semana pasó. Y el escenario es totalmente distinto. En realidad, es virtualmente inverso a lo que había arrojado en ese primer acto tan cercano en el tiempo pero, a la vez, tan lejano. La segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia dio como triunfador en cuanto a la cantidad de bancas para la Asamblea Nacional a la izquierda representada por el Nuevo Frente Popular, encabezada por Jean-Luc Mélenchon, pese a que hace apenas 7 días quien se había alzado con la victoria era la extrema derecha de la Agrupación Nacional (RN) liderada por Marine Le Pen. Ahora, ese espacio no sólo perdió el liderazgo legislativo frente a la izquierda sino que quedó relegado al tercer lugar, detrás de Ensemble, el frente de centroderecha encabezado por el presidente Emmanuel Macron, que tuvo una recuperación que sorprendió a todos.


Y lo que ocurrió es que -en palabras de Jorge Luis Borges- no los unió el amor sino el espanto. Se aplicó el denominado "cordón sanitario", donde fuerzas que están enfrentadas se unen en pos de frenar a un "enemigo indeseable". Y es que, después de la votación en la primera vuelta donde el frente de Le Pen había alcanzado el 33% de los votos (mientras que el NFP se quedó con el 28% y el partido de Macron sólo con el 20%), se encendieron todas las luces de alerta ante la posibilidad de que la extrema derecha alcance el número para empujar la caída del gobierno y forjar uno propio.


Por eso, el centrismo y la izquierda establecieron una estrategia que instrumentaba el "cordón sanitario": bajar a los candidatos de sus espacios que quedaron relegados en sus distritos para favorecer a los que quedaron primeros o segundos del partido ahora aliado y así hacer frente a los postulantes de la extrema derecha y concentrar los votos en su contra, más allá de las históricas diferencias que mantuvieron esas agrupaciones. Y tuvieron éxito: el Nuevo Frente Popular obtuvo 182 escaños, la coalición de Macron cosechó 168, la Agrupación Nacional quedó con 143 y otros conservadores se llevaron 60. Aún así, ninguna formación política alcanzó la mayoría absoluta de 289 escaños de los 577 en el Parlamento, lo que presagia una dura negociación y un escenario complejo y atomizado hacia el futuro.




El principal referente de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, señaló: “El Presidente debe convocar al Nuevo Frente Popular a gobernar”, mostrando la debilidad con la que quedó Macron, aun cuando su fuerza logró cierta recuperación de la primera a la segunda votación. Vale recordar que el presidente francés hizo la arriesgada jugada de convocar a elecciones anticipadas cuando -a principios de junio- se dio la victoria de la ultraderecha RN en las elecciones europeas


Es importante destacar que en esta segunda ronda electoral en realidad la agrupación de Le Pen obtuvo muchos más votos que los otros espacios políticos: 8,7 millones (en 451 circunscripciones), mientras que el NFP se quedó con 7 millones (en 288 distritos) y Ensemble (en 238 circuitos) cosechó 6,3 millones. Pese a esos números, como los diputados se eligen por lugares y no por sumatorias de votos, la Agrupación Nacional se llevó 125 diputados electos, el Nuevo Frente Popular se quedó con 178 bancas y el partido de Macron con 150 escaños. Es decir, pese a ser la opción más votada y haberle sacado más de 1,7 millones de votos a la segunda, la extrema derecha tendrá una menor representación parlamentaria. Algo similar a lo ocurrido en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016 cuando Hillary Clinton ganó en cantidad de votos pero Donald Trump se impuso en el Colegio Electoral y así el republicano llegó a la Casa Blanca.


Quizás por eso, Marine Le Pen, advirtió que no sentía el resultado como un fracaso, sino como un aplazamiento de lo que ella anticipa inevitable y que no sería otra cosa que ocupar en el futuro el sillón de Emmanuel Macron. "Nuestra victoria solo se ha visto postergada", dijo la líder de la extrema derecha francesa, asegurando que ve las "semillas de la victoria de mañana en el resultado de hoy". Le Pen también consideró que la situación del presidente Macron es "insostenible". El "cordón sanitario" que parece haberla frenado hoy y que le ha dado este éxito al NFP funcionó por la retirada de más de doscientos candidatos del bloque para no dispersar el voto, pero no es garantía que ese cerco pueda durar para siempre ni que las fricciones internas entre aliados circunstanciales no afloren en poco tiempo, dividiendo esos forzados (y frágiles) matrimonios políticos por conveniencia.




El Nuevo Frente Popular que se quedó con más bancas de la Asamblea Nacional es una alianza en la que confluyen socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa encabezada por Mélenchon. Esa alianza se formó después de que el presidente Macron convocara elecciones parlamentarias anticipadas el 9 de junio, tras la debacle en los comicios europeos. Y, entre sus propuestas de izquierda, el NFP quiere derogar las reformas de pensiones e inmigración aprobadas por el gobierno actual, crear una agencia de rescate para inmigrantes indocumentados y facilitar las solicitudes de visa. Además, buscará poner límites al precio de productos básicos para combatir la crisis del costo de vida y aumentar el salario mínimo, a la vez que impulsará la energía verde.


Ahora hay que ver qué se plantea como objetivo el bloque de izquierda porque al no tener mayoría deberá negociar con otros espacios. Y es probable que alguno de los sectores que lo componen -como por ejemplo los socialistas moderados- hasta puedan pactar con Emmanuel Macron la creación de un gobierno de centroizquierda. Pero ese es sólo uno de los escenarios posibles. La moneda está en el aire. Como un "cordón sanitario" Sobre todo, después de una votación en donde el espanto cambió el sentido de las elecciones.





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