top of page

El mundo del revés: Trump da asilo a sudafricanos blancos mientras echa a refugiados vulnerables

  • Foto del escritor: MundoNews
    MundoNews
  • hace 1 día
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 horas

El gobierno de EE.UU. recibe a la primera tanda de ciudadanos de ese país y les da protección con la excusa de la supuesta persecución de la mayoría negra que gobierna tras la caída del "Apartheid". Sin embargo, expulsa a otros que escapan de guerras y catástrofes.


Por Gabriel Michi


El primer grupo de "refugiados" blancos sudafricanos que serán reubicados en EE.UU. fueron recibidos el lunes 12 de mayo por subsecretario de Estado, Christopher Landau, en Virginia.
El primer grupo de "refugiados" blancos sudafricanos que serán reubicados en EE.UU. fueron recibidos el lunes 12 de mayo por subsecretario de Estado, Christopher Landau, en Virginia.

Es el mundo del revés. En un momento en el que Donald Trump expulsa violentamente a miles y miles de inmigrantes ilegales y refugiados de muchos países (mandándolos a sus países de origen o la cárceles de El Salvador, o negándoles directamente su entrada), en paralelo le brinda asilo a ciudadanos blancos sudafricanos, conocidos como "afrikáners"  -descendientes de colonos holandeses y franceses- por una supuesta persecución de la mayoría negra que gobierna el país desde la caída del "Apartheid" en 1994, algo que las autoridades niegan y los datos también. La administración "trumpista" ya recibió a un grupo de 59 sudafricanos blancos que llegó el lunes 12 de mayo de 2025 a los Estados Unidos a bordo de un avión chárter y le ofreció estatus de "refugiados" al amparo de un nuevo programa que fue dado a conocer en febrero pasado y "rescatándolos" de una supuesta "discriminación racial" en su país. El mismo día anunció que pondría fin a las protecciones contra la deportación de refugiados de Afganistán que son perseguidos por el régimen talibán.


El grupo de "afrikáners" -que se convirtió en el primero en pisar territorio estadounidense- incluye a familias y niños pequeños. Arribaron al Aeropuerto Internacional Dulles, cerca de Washington. Fueron la avanzada de muchos más sudafricanos blancos que serán reubicados en EEUU tras la decisión de Trump de emitir una "orden ejecutiva" el 7 de febrero en la que acusó al gobierno sudafricano, liderado por funcionarios de raza negra, de discriminación racial y de perseguir a las minorías blancas. En Sudáfrica hay alrededor de 2,7 millones de "afrikáners", lo que representa el 5% de un total de los 62 millones de habitantes, cuya población es 80% de raza negra. Pero los "afrikáners" son apenas una parte de la minoría blanca del país. La respuesta del gobierno sudafricano -encabezado por el presidente Matemela Cyril Ramaphosa- subrayó que es “completamente falso” que esos ciudadanos sean perseguidos.






Lo paradójico es que mientras el gobierno republicano de los EE.UU. acelera la recepción de estos sudafricanos, suspende otros programas de refugiados y frena las llegadas de ciudadanos que escapan de peligrosas guerras como las que se dan no sólo en Afganistán, sino también en Irak, la mayor parte del África subsahariana y otros países que atraviesan crisis terminales, conflictos armados, hambrunas y hasta genocidios. Y lo hace pese a que la Justicia viene emplazando a las autoridades para que desista de esas prácticas expulsivas.


La contradictoria situación entre unos y otros ha llevado a que grupos de refugiados cuestionaran ese privilegio y esa prioridad a los sudafricanos blancos que no tienen mayores urgencias ni atraviesan conflictos graves, por encima de personas procedentes de países devastados por la guerra y desastres naturales. Encima, mientras que los "afrikáners" están teniendo un tratamiento exprés para la evaluación de sus casos en busca de recibir el estatus de "refugiado", en Estados Unidos esa misma situación para otros inmigrantes (que escapan de sus naciones por cuestiones extremas) suele enfrentar un proceso de varios años.






La Casa Blanca -de la mano del máximo cruzado de esta historia, el multimillonario empresario y funcionario, el sudafricano Elon Musk- afirma que el las autoridades de aquel país vienen implementando políticas racistas contra de los blancos a través de leyes de acción afirmativa y una nueva ley de expropiación de tierras que, según ellos, apunta a las de los "afrikáners". Es más, Trump llegó a hablar de una supuesta "matanza a gran escala de agricultores" blancos, un argumento que fue respaldado públicamente por Musk, nacido en Pretoria, quien llegó a hablar incluso de un "genocidio de blancos". Sin embrago, los datos oficiales los contradicen: en 2024 se registraron 44 homicidios en zonas agrícolas, de los cuales ocho fueron de granjeros. Por eso, el Instituto Sudafricano de Relaciones Raciales (SAIRR) concluyó que los ataques afectan tanto a trabajadores blancos como negros y suelen estar motivados por robos o conflictos laborales.


Por su parte, el gobierno de Sudáfrica denuncia que esas acusaciones parten de la desinformación, que no existe ningún elemento que demuestre el presunto racismo contra los "afrikáners" y que no se les expropió ninguna tierra. Sin embargo, es real que la controvertida ley ya fue aprobada y está generando polémica en ese país. Según el gobierno, la normativa busca "facilitar" al Estado la expropiación de tierras en beneficio del interés público, pero hasta ahora no se ha confiscado nada a ningún propietario blanco de esos a los que la derecha sudafricana (apoyada por Musk y Trump) define como "perseguidos".


El gobierno de Ramaphosa, por el contrario, señala que los "afrikáners" son algunos de “los más privilegiados económicamente” en Sudáfrica. Y los datos parecen darle la razón: Desde que Nelson Mandela llevó la democracia al país en 1994 y se terminó el "Apartheid", la minoría blanca (que hasta ese momento gobernaba) conservó la mayor parte de la riqueza acumulada desde los tiempos coloniales: los blancos todavía poseen tres cuartas partes de la tierra privada y tienen alrededor de 20 veces la riqueza de la mayoría negra, según la revista académica internacional Review of Political Economy. Y en materia de empleo los guarismos también los tienen como los máximos privilegiados: menos del 10% de los sudafricanos blancos están desempleados, en comparación con más de un tercio de sus homólogos negros.




Ese primer grupo de 59 "refugiados" partió del aeropuerto Tambo en Johannesburgo, adonde fue acompañado por agentes de Policía y funcionarios de la estación aérea para su registro. Previo a eso, revisaron los expedientes de cada uno para asegurarse de que no hubiera casos penales u órdenes de arresto pendientes en su contra. Luego, se subieron a a un chárter de la empresa Omni Air International, hicieron escala en Dakar (Senegal) y para llegar finalmente a Dulles, EE.UU.. La actitud colaborativa del gobierno sudafricano se basa en que, si bien no comparte ni las causas argumentadas por los estadounidenses, ni la salida de la "reubicación", dijo que no los detendría ya que respeta su libertad de elección.


En el aeropuerto cercano a Washington los inmigrantes fueron recibidos por una delegación del gobierno de Estados Unidos que incluyó al subsecretario de Estado y a funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés), cuya oficina de refugiados organizó su reasentamiento. La "Administración Trump" le ha dado tal relieve a esta decisión política que el subjefe de despacho de la Casa Blanca, Stephen Miller, aseguró que éste era el primer vuelo como parte de un “esfuerzo de reubicación a gran escala” y que lo que ocurre con los "afrikáneres" en Sudáfrica encaja con la definición de libro de texto de por qué se creó el programa de refugiados. Esta es una persecución basada en una característica protegida, en este caso, la raza. Esta es una persecución por motivos raciales”.


Mientras, en una conferencia en Costa de Marfil, el presidente Ramaphosa dijo que los sudafricanos blancos se habían marchado aparentemente porque se oponían a las políticas destinadas a abordar la desigualdad racial que persiste desde el "Apartheid": "Creemos que el gobierno estadounidense se ha equivocado en este asunto, pero seguiremos hablando con ellos", afirmó.


¿Cómo seguirá el proceso de "reubicación" de los "afrikáners"? En principio, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS señaló que ya estaba lista para ofrecerles apoyo, incluyendo vivienda, muebles y otros artículos del hogar, así como gastos para alimentos, ropa y pañales, entre otras cosas. Así consta en un documento oficial donde se señala que los "afrikáners" son “una prioridad declarada del gobierno”. Algunos se dirigirán a Minnesota, un Estado de tendencia demócrata que tiene reputación de acoger refugiados, mientras que otros planeaban ir a estados liderados por republicanos como Idaho y Alabama.





Sin embargo, no sólo el gobierno de Sudáfrica rechaza las acusaciones de persecución contra los "afrikáners". Muchos otros sectores lo niegan y, es más, destacan la vida multirracial cotidiana del país de Nelson Mandela. Es más, argumentan que hay muchos exitosos líderes empresariales, e incluso ministros del gabinete y viceministros del gobierno, algo que contradice la justificación de Trump para darles refugio. Como si todo eso fuera poco, su idioma se habla ampliamente y se reconoce como un idioma oficial, y las iglesias y otras instituciones que reflejan la cultura "afrikáner" tienen una gran relevancia en casi todas las ciudades y pueblos, sin ningún tipo de limitación.


Pero la guerra de Trump contra el gobierno de Sudáfrica (que forma parte de los BRICS, junto a Brasil, Rusia, India y China) no es nueva. Desde su regreso a la Casa Blanca, en enero pasado, el presidente cortó toda la ayuda financiera de EE.UU. a Sudáfrica, citando la desaprobación de su política territorial y la denuncia por "genocidio" que los sudafricanos presentaron contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia por la dramática situación en la Franja de Gaza. Ahora esa guerra se traduce en la denuncia contra Sudáfrica por la supuesta persecución contra los "afikáners", algo que parece alejarse bastante de la realidad. Por lo menos, hasta el momento. Y así como Trump privilegia dar asilo a esas personas, en paralelo les quita la posibilidad de refugio a otros que realmente escapan del infierno de las guerras, la miseria extrema y las catástrofes. El mundo del revés.

.


El
El presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa rechaza la acusación del presidente de EE.UU. Donald Tump de que se persiga a los blancos en su país.



Comments


bottom of page