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El racismo del primer mundo

Mientras los países europeos muestran con orgullo sus mejores condiciones de desarrollo, la población negra sufre una discriminación "omnipresente e implacable". Cómo se expresa esa segregación en la vida cotidiana del Viejo Continente. Las diferencias con América Latina.


Por Tomás Michi


En un contexto global que muestra un crecimiento exponencial y peligroso de ideas de extrema derecha, con posturas segregacionistas y discriminatorias, cuestiones como el combate contra el racismo se hacen cuesta arriba. Una alarmante paradoja primermundista que muestra cómo la problemática tendencia que se sostiene a través del tiempo provoca que los discursos de odio se impongan frente a los avances en muchos otros planos en territorio europeo. Un continente que muestra un desarrollo mayor que otras regiones, pero que parece no poder superar los prejuicios. La situación se hace visible mediante manifestaciones y campañas que buscan desarmar los estigmas, pero nunca alcanza. Un informe elaborado por la Unión Europea concluyó en una increíble y desgarradora realidad: la población negra sufre una discriminación "omnipresente e implacable", que se observa desde la educación primaria hasta el mundo laboral en el Viejo Continente.


"Imagina que solicitas trabajo pero nunca te contestan. Imagina que buscas un hogar para tu familia pero nunca lo consigues. Imagina que sufres acoso o violencia que te dejan profundamente traumatizado", es uno de los pasajes del texto donde el director de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), Michael O'Flaherty, retrata los "vergonzosos" niveles de racismo en Europa. Discriminación social, acoso y violencia son situaciones a las que ese grupo de personas se enfrenta regularmente. "Esta es la realidad de muchas personas en la UE hoy en día, sólo por el color de su piel", se lamenta O'Flaherty en su documento.


De acuerdo al estudio de la FRA, casi la mitad de la población negra que habita en esa región sufrió alguna vez actos de discriminación, con un aumento significativo desde 2018, año en que se publicó el anterior informe en esta materia. "Omnipresente e implacable" son las palabras que utilizó la entidad europea para referirse a un fenómeno que ocurre diariamente, pero que muchas veces pasa a desapercibido. La encuesta no dejó ningún tipo de duda: alrededor de 6.750 personas negras de 13 Estados miembros de la UE participaron del estudio que arrojó cifras preocupantes. Los casos de Austria y Alemania son los más sorprendentes. Según el 67% de los encuestados, Austria se convirtió en el país europeo más racista, seguido por Alemania (65%) y Finlandia (57%).



En ese sentido, O'Flaherty afirmó: "El racismo no tiene cabida en Europa. Enfrentarse a la verdadera magnitud del racismo es chocante y vergonzoso. Estas conclusiones deberían ser una llamada de atención para que se tomen medidas en favor de la igualdad y la inclusión de los afrodescendientes". Uno de los motivos por los cuales es tan inquietante el informe es porque demostró que el paso del tiempo se convirtió en un aliado del racismo, contrariamente a lo que se espera. Según la FRA, las experiencias de discriminación se incrementaron en la mayoría de los países europeos entre 2016 y 2022, con Austria y Alemania a la cabeza. Sólo en ese período, los casos de racismo aumentaron del 42% al 64% y del 33% al 64%, respectivamente.


Este fenómeno se encuentra presente a lo largo y ancho del continente europeo y se traslada a los ámbitos más cotidianos de las personas. Uno de cada cuatro encuestados (23%) aseveró no haber podido alquilar una vivienda debido a su origen racial o étnico y, además, haberse encontrado con comentarios ofensivos e incluso amenazadores por parte de personas racistas. Asimismo, casi dos de cada cinco padres de Irlanda (39%), Alemania y Finlandia (38% en ambos casos) y Austria (37%) afirmaron que sus hijos fueron intimidados por su color de piel o su condición de inmigrantes. El abuso de la autoridad policial fue otro de los temas abordados por la encuesta: uno de cada cuatro negros declaró haber sido parado por oficiales de la policía en los últimos cinco años, y cerca de la mitad de los encuestados lo asoció con la existencia perfiles raciales.



El racismo comienza con del nacimiento de las personas y los acompaña hasta su muerte. En el medio, las afecta en cuestiones tanto educativas -de acuerdo a la FRA, los jóvenes afrodescendientes tienen tres veces más probabilidades de abandonar prematuramente los estudios que el resto de la población- como laborales -casi un tercio trabajaba en "ocupaciones elementales" (32%) y con contratos temporales (30%)-. El 35% de los encuestados que cuentan con un título universitario ocupan puestos de menos cualificación de la que deberían, frente al 21% de la población general.


En el polo opuesto, la población negra de Francia, Luxemburgo y Portugal es la que sostuvo haberse enfrentado a menos situaciones vinculadas con el racismo. Pero es importante remarcar uno de los aspectos reflejados en el informe de la FRA: el racismo "sigue siendo invisible", debido a que "los incidentes de discriminación racial, acoso racista y violencia a menudo no se denuncian, negando a las víctimas el apoyo que legalmente tienen derecho a recibir de las instituciones destinadas a protegerlas", dijo O'Flaherty, que concluyó: "Las voces de la gente no se escuchan".



Discriminación en Latinoamérica: los más afectados


La discriminación no es un fenómeno que se limita únicamente a Europa: se observa en la vida cotidiana. Según una encuesta de la Corporación Latinobarómetro, que se llevó a cabo en 18 países latinoamericanos a fines de 2020, casi el 28% de los entrevistados afirma que los pobres son las personas más discriminadas en Latinoamérica. Asimismo, un 11% considera que los indígenas son el grupo más expuesto a la discriminación; mientras que otro 8% cree lo mismo para la población afrodescendiente. El caso de Brasil es complejo. El 52% de los encuestados señaló que la población negra es la más discriminada, seguido por Colombia (17%) y Uruguay (15%). Por su parte, los guatemaltecos y los mexicanos, ubican a los pueblos originarios bajo el acoso de los discursos de odio, con alrededor del 27% y el 25%, respectivamente. No obstante, en países como México y Paraguay, los más discriminados, según los entrevistados, son los pobres, con un 36% y un 42%, respectivamente.


En Colombia la mayoría de las personas indica que los más discriminados son los homosexuales (13%). Esa tendencia se extiende a El Salvador, Nicaragua y Honduras, donde la comunidad homosexual ocupa más del 10% de las respuestas. Las opiniones dependen fuertemente de la población de cada país. Por ejemplo, en Venezuela más del 28% de los encuestados creen que ningún grupo o etnia se ve afectada por algún acto o discurso discriminatorio: mientras que en Chile, menos del 2% afirma que no existe.



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