Perú: Cómo es la extravagante cárcel en la que los únicos presos son cuatro ex presidentes

El penal de Barbadillo se estrenó con la captura de Fujimori en 2007. Hoy los únicos reclusos son los ex mandatarios Toledo, Humala, Vizcarra y Castillo. Un caso inédito en el Mundo.

Por Gabriel Michi

No hay un complejo así en ninguna parte del Mundo. No existe un lugar que concentre tanto resabios de un poder ya extinguido. Ni que reúna en la misma miseria a quienes en el pasado fueron enemigos políticos pero que hoy transitan el mismo destino. En la enigmática cárcel peruana de Barbadillo hoy hay tres ex presidentes presos. Tres ex mandatarios de la democracia que llegaron al poder por el voto popular pero que luego cayeron en desgracia, siendo destituidos por un Congreso todo poderoso que sobrevive a cualquier embate y que se convierte en permanente verdugo de quien esté al frente del Poder Ejecutivo (incluso a los propios). Película que luego concluye con el accionar de la justica y la aparición en escena de la prisión de Barbadillo, con sus 800 metros cuadrados amurallados, donde terminan todos los ex presidentes de Perú. Y otro dato insólito: son los únicos reos detenidos en ese llamativo penal, pese a la enorme sobrepoblación que tienen las cárceles peruanas que tienen capacidad para 41.000 personas pero hay más de 100.000 presos.

Son apenas 20 kilómetros los que separa esa cárcel del Palacio de Gobierno que otrora tuco como protagonistas centrales a quienes hoy purgan sus condenas entre sus muros y rejas. En este presente están presos allí los expresidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2006-2011), Martín Vizcarra (2018-2020) y Pedro Castillo (2021-2022). Todos ellos muy distintos entre sí pero con un mismo sino en común: esa prisión. En ningún lugar del planeta ocurre algo similar.

Dos de ellos fueron sentenciados en primera instancia, Toledo y Humala, por expedientes vinculados a aportes ilegales de la empresa Odebrecht, de origen brasileño, que tuvo antecedentes similares en gran parte de América Latina, incluido su propio país. Por su parte, Vizcarra está condenado por supuestos actos de corrupción cometidos cuando era gobernador de la región Moquegua. En tanto, Castillo está acusado por el delito de conspiración para una rebelión, por el intento de quedarse con la sumatoria del poder público, algo que derivó en la asunción de su vice Dina Boluarte, quien también fue destituida hace pocos meses. Vizcarra y Castillo fueron condenados a penas que van de los 11 a los 20 años de prisión..

Barbadillo, conocida como la “cárcel de los presidentes”, tuvo otros ex presidentes detrás de sus muros. De hecho, el que la inauguró como recluso fue el fallecido Alberto Fujimori, quien permaneció años allí hasta ser liberado en diciembre de 2023 y murió menos de un año después. Allí había llegado en 2007 cuando el polémico ex presidente fue extraditado desde Chile. Ya en Perú fue condenado por crímenes de corrupción y de lesa humanidad cometidos durante su Gobierno. Cuando lo sentencian a Fujimori no sabían a qué cárcel enviarlo porque no había forma de garantizar su seguridad. .Fue entonces que la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía peruana (DIROES) decidió construir un espacio especial: un edificio dentro de una de sus sedes donde hoy funciona la cárcel de Barbadillo. Por muchos años Fujimori fue el único preso en esa unidad -se movía con total libertad en sus instalaciones- para la que se habían destinado 17 empleados. Por eso se lo consideró "el preso más caro del Perú”.

Una década más tarde, en 2017 llegó el segundo presidente preso a Barbadillo: fue Ollanta Humala, un hombre que había llegado al poder con un discurso de izquierda diametralmente opuesto a Fujimori. Cinco años después. en 2022, el tercero en arribar fue Pedro Castillo -también enemigo político del fujimorismo- en medio de protestas que reclamaban su libertad y denunciaban un golpe de Estado, acompañado por una violenta represión que terminó con decenas de muertos-. En 2023 otro ex presidente que fue llevado a Barbadilllo: se trató de Alejandro Toledo, quien fue extraditado desde los EE.UU. Y finalmente el que completó el actual cuarteto de ex mandatarios detenidos en esa prisión fue Martín Vizcarra quien ingresó en 2025.

En aquellos años iniciales en los que el único detenido era Alberto Fujimori, él mismo abría y cerraba la puerta de su "celda" ´-una habitación con comedor y baño privado- a sus visitas. No había casi ninguna medida de seguridad y se podía mover con muchísima libertad. Incluso Fujimori tenía una biblioteca, un taller de pintura y dos jardines. En uno de ellos construyó una huerta. Ese particular calabozo VIP hoy lo ocupa ex presidente Ollanta Humala. Pero se construyeron otros tres más similares para darle cobijo a los otros mandatarios detenidos.

La diferencia con aquellos libertinos orígenes con Fujimori es que, dado que ahora hay cuatro reclusos, cada unidad se cierra con una puerta de metal, con candado. Sin embargo, cuando se critica a las autoridades penitenciarias por las particulares -y beneficiosas- condiciones de detención de los ex presidentes, ellos argumentan que el régimen es conocido como “cerrado ordinario” y que se les abre la celda a las 7 de la mañana y se cierra a las 18:00, con la posibilidad de algunas salidas diarias a los patios internos. Además argumentan que los controles sobre las visitas son extremos. Y los abogados de los otrora poderosos políticos señalan que los ex presidentes no gozan de privilegios especiales sino que son condiciones de seguridad dada la investidura de los reos.

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En cuanto a la actual distribución de los espacios en Barbadillo que contienen a los ex mandatarios, hay uno donde están las celdas de Humala y Vizcarra y otro en el que se ubican las de Castillo y Toledo.. En el primer "pabellón " hay una zona común similar a un jardín a donde pueden salir Humala y Vizcarra. Y en el segundo ""pabellón" también hay un patio con un pequeño jardín adonde pueden concurrir Toledo y Castillo. Sin embargo, las autoridades de Barbadillo aseguran que los reos no se desesperan por ir al patio y que suelen permanecer en sus "celdas" y no suelen cruzarse en esos espacios al aire libre. Es más, cuentan que los ex presidentes ni siquiera se buscan para conversar ni se buscan para pelearse.

En sus lugares de detención cada ex presidente cuenta con una cocina eléctrica para poder cocinarse -aunque todos reciben la “paila”, tres comidas diarias que se preparan para todos os reclusos-, un pequeño televisor -con los canales de señal abierta- pero tienen prohibido el acceso a Internet. Como se mencionó, las cuatro celdas hoy se cierran con una puerta de metal, cerrojo y candado todos los días a las 18:00 y vuelven a abrirse cada mañana a las 7. Los reos presidenciales cuentan con un servicio de salud permanente que quedó fijo en su momento por los problemas que acarreaba Fujimori y que fueron claves para su liberación.

En el penal de Barbadillo -como en todas las cárceles de Perú-. hay teléfonos públicos para que los presos puedan comunicarse con sus familias, pero no los pueden usar para, por ejemplo, hablar con un medio de comunicación como en su momento lo hizo Fujimori y por lo que fue sancionado y durante dos años se lo privó de ese beneficio. En el caso de la esta particular prisión hay dos de esos aparatos uno en cada pabellón.

Así funciona la extravagante "cárcel de los presidentes" en Perú. Un espacio único en el Mundo ya que no existe otra prisión que albergue a cuatro ex jefe de Estado todos juntos. Y que, encima, sean los únicos reclusos. En un país donde todos los líderes terminan mal: o presos, o enjuiciados o muertos, como Alan García, que se suicidó cuando lo iban a detener. Un país donde el Congreso parece más fuerte que cualquier mandatario por más que sea elegido por una enorme mayoría. Un país que tiene una cárcel donde se amontonan los ex presidentes.

Alberto Fujimori fue el primer preso de Barbadillo. En diciembre de 2023 consiguió salir en libertad. Menos de un año después falleció.