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Julian Assange: el alto precio de la libertad

El creador de Wikileaks, que filtró documentos secretos sobre atrocidades cometidas por EE.UU. en Irak y Afganistán, fue excarcelado tras cinco años preso en el Reino Unido. Con un acuerdo con el gobierno de Biden, evitó la extradición y una condena que sería durísima.


Por Gabriel Michi



Fue una batalla larguísima y extenuante. Después de permanecer cinco años preso (más de 1.900 días) en una cárcel del Reino Unido, y -previamente- otros 7 años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres (más de 2.500 días), buscando evitar ser extraditado a Estados Unidos, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, logró salir en libertad y abandonar el territorio británico. El Tribunal Superior de Londres le otorgó ese beneficio bajo fianza, tras llegar a un acuerdo con el gobierno estadounidense de Joe Biden. Para eso Assange tuvo que aceptar declararse "culpable" por violar la "Ley de Espionaje". Como contrapartida, EE.UU. le reconoce los años que estuvo en prisión y con eso compensa el 100% de la condena que se le aplicaría. Así, el comunicador australiano logró zafar de una sentencia mucho mayor que podría llevarlo tras las rejas hasta el final de su vida. Con este acuerdo, Assange no pasará tiempo bajo custodia estadounidense y se le "homologarán" los años que permaneció encarcelado en el Reino Unido.


Vale recordar que Julian Assange fue acusado de conspiración para obtener y divulgar información relevante a la defensa nacional estadounidense, después de que el sitio Wikileaks publicara documentos militares secretos de EE.UU. en los que se revelaban atrocidades cometidas por sus Fuerzas Armadas en Irak y Afganistán. Por eso durante años las autoridades de la principal potencia del Mundo buscaron llevar a Assange a sus tribunales para recibir una sentencia "ejemplificadora" por sus publicaciones. Sin embargo, las principales organizaciones de prensa del planeta consideraron que esta persecución constituía un gravísimo ataque a la Libertad de Expresión.


Ahora, tras la aprobación de la Justicia del Reino Unido, el australiano se subió a un avión con el que abandonó ese país. La aeronave aterrizó en Bangkok para reabastecerse antes de dirigirse a la isla de Saipán en las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico Sur. Allí es donde se concretará una audiencia judicial ante un tribunal local de EE.UU. y se materializará el pacto por el que los fiscales del Departamento de Justicia solicitarán una condena de 62 meses, que es el tiempo que Assange ya pasó en una prisión en Londres. En ese contexto, se declarará "culpable" y luego se oficializaría su libertad para regresar a su Australia natal.


Las campañas pidiendo la libertad de Julian Assange se extendieron por todo el Mundo.

Así pondrá fin a un larguísimo derrotero que empezó con su asilo en la Embajada de Ecuador en Londres (entre junio de 2012 y abril de 2019) con la ayuda original del presidente Rafael Correa que luego fue abandonada por su sucesor Lenin Moreno. En ese momento en que buscó refugio en la sede diplomática ecuatoriana, más allá de la acusación estadounidense, pesaba sobre Assange un pedido de captura por parte de la Justicia sueca por presunto "abuso sexual" contra dos mujeres por haberse negado a utilizar preservativos durante las relaciones que mantuvieron. Sin embargo, tiempo después se retiraron los cargos del país nórdico. Pero se mantuvo en pie la demanda de extradición por parte de los Estados Unidos.


Los fiscales estadounidenses originalmente querían juzgar a Assange por 18 cargos, acusando al fundador de Wikileaks de conspirar para acceder ilegalmente a las bases de datos militares para adquirir información sensible y que podrían configurar una condena acumulada de 175 años de prisión. El australiano siempre negó los cargos, diciendo que las filtraciones fueron un acto de periodismo ya que la difusión de material clasificado y cables diplomáticos -en 2010 y 2011-, a través de su sitio WikiLeaks contribuyó a que la Humanidad conozca la verdad sobre la actuación de las Fuerzas estadounidenses en Irak y Afganistán. El material se lo proveyó el soldado Bradley Edward Maning - luego cambiaría su identidad a Chelsea Manning-, analista de Inteligencia del Ejército de Estados Unidos, quien resultó condenada a 35 años de prisión en 2013, sentencia luego conmutada por el presidente Barack Obama. Maning había copiado documentación secreta en CD que aparentaban ser musicales y se los entregó a Assange.


La Embajada de Ecuador en Londres donde Assange permaneció asilado más de 7 años hasta ser detenido.


La decisión de que la audiencia judicial se haga en las Islas Marianas del Norte tiene que ver con la desconfianza que aún mantiene el propio Assange ante las autoridades (políticas y judiciales) estadounidenses, a las que llegó a acusar en su momento hasta de planificar su asesinato. Por eso, el comunicador no quiere pisar su territorio continental y, en todo caso, aceptó dirigirse a esa superficie insular más cercana a su Australia natal, a 3.200 kilómetros de distancia, adonde se dirigirá ni bien termine este trámite.


La campaña para liberar a Assange cobró un nuevo impulso en las últimas dos semanas, después de la creciente participación del primer ministro australiano, Anthony Albanese, y una decisión de la Corte Suprema en Londres, que permitió al comunicador apelar contra su extradición a Estados Unidos.


Pero para llegar a este desenlace, el creador de Wikileaks debió dar una batalla apoteótica, algo que no hizo solo. Muchas organizaciones, personas, famosos y hasta gobiernos clamaron por su libertad. Así quedó reflejado en las primeras horas de la mañana del martes en Reino Unido, cuando Assange logró la libertad. Wikileaks publicó un comunicado que señala que esto fue "el resultado de una campaña global" que "creó el espacio para un largo período de negociaciones con el Departamento de Justicia de Estados Unidos". Y agregó: "WikiLeaks publicó historias reveladoras de corrupción gubernamental y abusos contra los derechos humanos, responsabilizando a los poderosos por sus acciones. Como redactor jefe, Julian pagó severamente por estos principios y por el derecho de la gente a saber".


Según Stella Assange, esposa del fundador de Wikileaks, luego de todo esto buscarán un indulto después de la esperada declaración de culpabilidad de su esposo. Porque el enjuiciamiento de su esposo por la "Ley de Espionaje" estadounidense es una "preocupación muy seria" para los periodistas de todo el mundo. Cualquier indulto futuro debería ser concedido por quien sea presidente de Estados Unidos.


Tras conocerse la liberación de Assange, las reacciones no tardaron en llegar. Sus seguidores y simpatizantes celebraron la noticia, al igual que periodistas y medios de prensa de todo el planeta. Lo mismo que organizaciones internacionales de Derechos Humanos y referentes de la cultura, del espectáculo y de la política.


Sin embargo, no todos comparten esos sentimientos. De hecho, el ex vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, criticó enérgicamente el acuerdo, describiéndolo como un "error judicial", a la vez que sostuvo que Assange debería haber "sido procesado con todo el peso de la ley". Y fue más allá. En su cuenta de X expresó: "No debería haber acuerdos de culpabilidad para evitar la prisión para cualquiera que ponga en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos. Nunca".


Más allá de todo eso no deja de ser alentador que finalmente el creador de Wikileaks pueda lograr salir de prisión y se deje atrás una persecución que afectaba el derecho colectivo a la Libertad de Expresión y de Información, consagrados en distintos Tratados internacionales. La contribución de Julian Assange en esa materia es reconocida en todo el planeta por quienes han hecho de la protección de esas garantías una cuestión central de la vida en democracia. Por eso el reconocimiento a su lucha. En este largo y sinuoso camino hacia la libertad. Una libertad con un precio muy alto.



Julian Assange pasó 7 años asilado en la Embajada ecuatoriana y otros 5 años en la prisión londinense.

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