La guerra de las galaxias: los países llevan sus disputas al Espacio
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Las pujas militares llegaron a la estratósfera. Los 12.000 satélites en órbita son potenciales blancos de ciber ataques y ya hubo algunos muy efectivos. Pero también hay amenazas atómicas contra ellos. EE.UU., Rusia y China planean poner reactores nucleares en la Luna.
Por Gabriel Michi

"El futuro llegó hace rato", reza una canción de Los Redonditos de Ricota. Y eso que antes era producto de la imaginación de los creadores de la ciencia ficción hoy es una realidad. Una peligrosa realidad. Los países ya no sólo trasladan sus disputas y conflictos por tierra, agua y aire en este planeta sino que ya los proyectan al Espacio. Si, la "Guerra de las Galaxias" es un hecho. Pero en este caso no se trata de un choque entre civilizaciones de distintos planetas sino que son los propios seres humanos de la Tierra los que han llevado sus enfrentamientos más allá de su propio hogar. Y, más allá de que la carrera espacial ya representaba de por sí una competencia geopolítica entre las naciones, ahora las peleas se están convirtiendo en algo mucho más tangible y riesgoso. El ataque a satélites que deambulan por la estratósfera (hay 12.000 activos orbitando la Tierra) es hoy una estrategia que los países están empezando a utilizar para provocarle un daño a sus enemigos. No hace falta derribarlos: un ciber ataque a su software puede inutilizarlos o incluso afectar sus funciones más importantes. Y, si se tiene en cuenta que en el presente la información que llega desde los satélites es central para la defensa, la inteligencia, la economía, la comunicación y hasta las previsiones climáticas, eso puede ser un golpe letal.
Más allá de las diputas en la Tierra, la interceptación de satélites interceptados y el desarrollo de ciertas armas espaciales que están en órbita, parece ser el nuevo capítulo de un escenario en el que esas disputas llevarán las pujas por el dominio mundial hasta el Espacio. El ejemplo más reciente de eso se dio el pasado 9 de mayo, cuando Rusia celebraba su desfile del "Día de la Victoria". En ese momento y mientras continuaban los enfrentamientos entre las tropas de ese país y las ucranianas, piratas informáticos que apoyan al Kremlin hackearon y tomaron el control de un satélite orbital que da servicio de televisión a Ucrania. En ese momento se cortó la programación normal y los espectadores ucranianos se sorprendieron al ver aparecer en sus televisores las imágenes del desfile transmitidas desde Moscú, con un sinnúmero de tanques, soldados y armamento de todo tipo que ostentaban desde el otro lado de la frontera. Fue como una especie de "Caballo de Troya" ya que los ciber atacantes utilizando la misma señal de sus enemigos para transmitir su mensaje intimidante y también una táctica de terror psicológico que puede afectar los ánimos de los ciudadanos. Y lo pudo hacer sin disparar ni un solo misil. Sólo atacó un software y con eso interceptó sus comunicaciones. Lo que despertó todo tipo de alarmas. Porque la pregunta que surge es hasta dónde se puede poner en riesgo la seguridad de una nación, afectando la información trascendental que llega desde sus satélites.
Según Tom Pace, director ejecutivo de NetRise, una empresa de ciberseguridad centrada en la protección de las cadenas de suministro, esto puede ser una peligrosa "Caja de Pandora": "Si se puede inutilizar la capacidad de comunicación de un satélite, se puede causar una interrupción significativa". Y lo grafica con lo que puede llegar a ocurrir con los GPS: "imagínese que una población no tuviera acceso a él y la confusión que causaría".
Si se tiene en cuenta que esos 12.000 satélites activos que hoy orbitan en la atmósfera terrestres so sólo cumplen un papel fundamental no sólo en las comunicaciones de radiodifusión, sino también en las de operaciones militares, los sistemas de navegación, la recopilación de informes de inteligencia y, a nivel económico, de las cadenas de suministro, los peligrosos son enormes. Para graficarlo con un tema de defensa: los satélites son claves en la detección temprana de lanzamientos de misiles y eso sirve para alertar a la población, además de activar los mecanismos para interceptarlos. De esa manera, vuelve mucho más vulnerable la seguridad de las naciones. Es otra expresión de esta nueva "Guerra de las Galaxias" pero con proyecciones amenazantes sobre quienes habitan la Tierra.
No es la primera vez que desde Occidente se responsabiliza a Rusia de utilizar ciberataques para dañar la defensa ucraniana. Cuando comenzó la invasión rusa -en febrero de 2022- alguien atacó Viasat, la empresa de satélites con sede en Estados Unidos utilizada por el gobierno y el ejército ucranianos. Desde Kiev culparon a Moscú y apuntaron que habrían utilizado un software malicioso para infectar decenas de miles de módems, provocando un apagón que afectó a amplias franjas de Europa.
Pero las sospechas van mucho más allá. Fuentes de Inteligencia de EE.UU. han señalado que Rusia está desarrollando un arma nuclear con base en el Espacio, diseñada para destruir prácticamente todos los satélites en órbita baja a la vez. El arma, en este caso, iría mucho más allá de una cuestión cibernética: combinaría un ataque físico que se extendería hacia el exterior, destruyendo más satélites, mientras que el componente nuclear se utilizaría para "freír" sus componentes electrónicos. Obviamente eso esta generando mucha preocupación además de advertencias muy serias ya que un arma de ese tipo violaría el Tratado internacional que prohíbe el uso de armas de destrucción masiva en el Espacio.
Según el congresista estadounidense republicano Mike Turner, un arma de este tipo podría incluso inutilizar la órbita terrestre baja para satélites durante un año. Si se utilizara, los efectos serían devastadores: podría dejar a Washington y a sus aliados expuestos a disrupciones económicas e incluso a un ataque nuclear. Si bien un ataque de estas características también podría afectar los satélites que tienen Rusia y China, su dependencia de estos artefactos es menor que la de sus enemigos. "Si este arma nuclear antisatélite se desplegara en el espacio, sería el fin de la era espacial. Nunca debería permitirse que su despliegue en el espacio exterior. Sería la crisis de los misiles cubanos en el espacio", dijo Turner.
Pero esta nueva "Guerra de las galaxias" no sólo se proyecta en la posibilidad de los ataques que afecten a los satélites -ya sea por vía cibernética o con armas destructivas- sino que también se afinca en otras disputas. Un ejemplo es el de la competencia por los valiosos minerales y otros materiales que se encuentran en la Luna y en los asteroides. Eso en el futuro podría escribir un nuevo capítulo de disputas y conflictos, ya que pueden ser un atractivo para la explotación por parte de naciones que están buscando fuentes alternativas de energía.
En ese sentido, Sean Duffy, director en funciones de la agencia espacial estadounidense NASA, anunció que hay planes para enviar un pequeño reactor nuclear a la Luna, afirmando que es importante que Estados Unidos lo haga antes que China o Rusia. La Luna es rica en un material conocido como helio 3, que los científicos creen que podría utilizarse en la fusión nuclear para generar enormes cantidades de energía. Semejante anuncio no deja de generar polémicas. Ya no sólo el Hombre está dejando toneladas de basura en el Espacio e incluso en otros planetas, sino que ahora también hay países -como EE.UU.- que pretenden usar dispositivos nucleares en la Luna.
Esa posibilidad de que el satélite natural de la Tierra se convierta en un escenario de peleas por sus recursos es una amenaza real. La Luna se ha vuelto muy codiciada por esa potencialidad y por cómo el propio ser humano va sobre explotando los recursos de la Tierra. Si bien tras el final de la Guerra Fría se había detenido temporalmente muchas inversiones en el Espacio y que mucho se relacionaban en esa carrera de dimensiones geopolíticas internacionales, en los últimos años volvieron a despertarse esas ambiciones e intereses cruzados y se supone que se van a agravar en los próximos años cuando la explotación de la Luna se vuelva más tangible.
No sólo EE.UU,. está interesado en ese tipo de proyectos atómicos. China y Rusia también anunciado que tienen planes para construir sus propias centrales nucleares en la Luna en los próximos años. Es de suponer que el desarrollo cada vez más avanzado de la Inteligencia Artificial (IA) puede empujar y profundizar aún más esa competencia. Y la propia demanda de la energía que requiere la IA podría retroalimentar ese proceso.
Las pujas por el control de la geopolítica internacional entre las principales potencias del planeta también se proyecta al Espacio. China. que se opone a cualquier carrera armamentística extraterrestre, afirma que es EE.UU., quien más amenaza con militarizar esa última frontera. Según Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, "EE.UU. ha seguido reforzando su presencia militar en el espacio, ha creado alianzas militares espaciales e intenta convertir el Espacio en un campo de batalla". Un campo de batalla muy peligroso. Y que ya se ha vuelto una realidad. Una amenazante realidad llamada "Guerra de las galaxias".

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