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Las contradictorias dos Iglesias que conviven en Argentina

Foto del escritor: MundoNewsMundoNews

SI bien es un fenómeno internacional, la existencia de dos formas completamente opuestas de vivir al catolicismo queda al desnudo en la tierra del Papa Francisco. La designación que hizo el Sumo Pontífice de un cura "villero" para el Arzobispado porteño despertó la furia de los sacerdotes conservadores, entre ellos de un ex capellán castrense que lo descalificó.


Por Gabriel Michi



Unos recorren los barrios más humildes y se empapan de esas duras realidades. Otros sólo se rodean de una vida suntuosa sin sobresaltos y con todo tipo de privilegios. Unos tienen "olor a oveja" por su trabajo de "pastores" entre sus fieles. Otros sólo conocen las fragancias más caras que perfuman una vida sin contratiempos. Unos están atravesados por ese dolor de los más desposeídos, de los que viven en las periferias de todo. Otros transitan por vidas palaciegas que no ven ni escuchan esas realidades. Sin embargo ambos desarrollan sus tareas enarbolando un mismo Dios, reproduciendo su mensaje y representando a la Iglesia Católica. Eso que parece tan contradictorio es uina realidad presente en todo el Mundo, y particularmente en la Argentina, la tierra del máximo representante de ese culto: el Papa Francisco.


Fue justamente una designación propuesta por el Sumo Pontífice la que dejó al desnudo esa interna intestina entre los sectores "progresistas" de la Iglesia, representados por los denominados "curas villeros" a los que Jorge Bergoglio defiende y promueve, y aquellos grupos ultraconservadores tan afincados en el poder real que nunca aceptaron el perfil popular que el "Papa argentino" le viene dando a su mandato desde que asumió hace 10 años. Que Francisco haya elegido nada más y nada menos que para la Arquidiócesis de Buenos Aires (por la renuncia de Mario Poli, que cumplió los reglamentarios 75 años) a un "cura villero" como Jorge Ignacio García Cuerva (hasta el momento obispo de Río Gallegos, Santa Cruz) enfureció a esos grupos retrógrados que pusieron el grito en el cielo o, mejor dicho, en el infierno.


La evidencia más clara de la furia conservadora quedó expuesta en un audio de WhatsApp que trascendió con los dichos del ex capellán militar Rodrigo Vázquez quien, en un grupo con otros sacerdotes, no sólo se mostró indignado con la decisión del Papa Francisco sino que señaló al designado García Cuerva como “peronista”, “kirchnerista", "recontrafrancisquista” y “gay”. Además le endilgó cierta simpatía con el mundo "LGBT ” y el “terrorismo”.


El polémico y discriminatorio mensaje comienza diciendo: “Muy buenos días a todos, queridísimos amigos, camaradas de este grupo tan distinguido. No soy de escribir ni hablar mucho, pero participo asiduamente de este grupo, escuchando y rezando por las intenciones de cada uno de ustedes, la Santa Misa y el Santo Rosario. Y a partir de esa introducción se despacha contra la designación de García Cuerva como arzobispo de Buenos Aires. Le atribuye ser “una persona gay, que apoya el LGTB, toda esa porquería”. Así como se lee. También se mete en cuestiones políticas y señala: “además apoya el terrorismo, es kirchnerista, peronista y es recontrafrancisquista”. Pareciera que apoyar al jefe de su propia Iglesia fuese un pecado para Vázquez. Por otro lado lo señala como “anti militar" y "amigo de las Abuelas de Plaza de Mayo", como si este último punto tuviera algo de malo. El ex vicario castrense concluye: “lo peor que puede haber sucedido así que a rezar mucho y pedirle al Señor que con su providencia nos acompañe. Que viva Cristo Rey, viva María Reina y el glorioso Patriarca San José”.


Fue tal escándalo que se suscitó que Vázquez debió salir a pedir disculpas, aunque para quienes conocen esas internas esto no es más que una demostración de cómo los sectores más conservadores de la Iglesia Católica están agazapados para atacar los posicionamientos y designaciones que propone el Sumo Pontífice si eso significa un guiño hacia lo popular y hacia los sectores más vulnerables de la sociedad. Los polémicos dichos de Vázquez fueron rápidamente repudiados por los organismos de Derechos Humanos. "Forman parte de un discurso de odio que puede provocar reacciones más violentas, y por eso hay que denunciarlos", señalaron.


Uno y otro


El designado arzobispo de Buenos Aires tiene 55 años y fue ordenado sacerdote en 1997. Su debut como cura se dio en la villa de La Cava, en San Isidro y desde allí siempre estuvo relacionado con los más pobre y marginados. Así, por ejemplo, participó de la Pastoral Carcelaria y estuvo al frente de capillas en los lugares más humildes. Forma parte de los denominados "curas villeros" a los que Bergoglio apoyó siendo el cardenal de Buenos Aires. Y, finalmente llegó a obispo.


Por el el otro lado, Vázquez no es un cura más. Su poder y su ascendencia dentro del catoliscismo vernáculo es muy importante ya que es sacerdote de la diócesis de San Nicolás, que se extiende desde la localidad de San Pedro a la ciudad de Rosario. Según cuentan los entendidos, este hombre cursó unos años de seminario de la Diócesis de San Isidro, pero que de ahí lo habrían expulsado. Finalmente se ordenó como sacerdote cuando terminó el Seminario Castrense, convirtiéndose posteriormente en capellán militar.


En 2020 Rodrigo Vázquez encabezó una misa en conmemoración por el último alzamiento carapintada (3 de diciembre de 1990) , del que en ese momento se cumplían 30 años . Fue allí que ante un público muy particular (militares y sus familiares), el polémico religioso señaló que hay “un plan organizado” para imponer “un nuevo orden mundial subversivo al orden natural dado por Dios”. Y en esa insólita visión conspiranoide incluyó “la perspectiva de género, que niega que el sexo es algo impuesto por la naturaleza” y condenó a aquellos que promueven esas ideas "con un manto de solidaridad, de lucha por los derechos humanos, cuando en realidad lo que intentan es aniquilar a las personas y hasta impedir que nazcan”.

Como si todo eso fuera poco, en diciembre de 2022, Vázquez participó de una transmisión en un sitio web de la ultraderecha católica, donde sostuvo: "Satanás ha aumentado su poder, lo vemos en la defensa que se hace del aborto y en la promoción agresiva del transgénero y la identidad de género como una verdad no negociable, que parecería que no se puede rechazar, que todos deberíamos aceptar si deseamos participar de la sociedad, terrible ataque demoníaco". Y relacionó eso con "la tiranía del Gobierno".


Pese al posterior pedido de disculpas, los dichos de Vázquez no hacen otra cosa que ratificar y dejar al desnudo una interna feroz que hace años divide a la Iglesia Católica argentina. Enfrentamiento entre esos curas "con olor a oveja" y otros con perfume francés y privilegios. Dos iglesias. Una vinculada a los pobres y otra recostada en el poder. Una con un compromiso sin igual -que incluso terminó con la muerte a varios de sus miembros que tenían una militancia social como Carlos Mujica o monseñor Enrique Angelelli- y otra que le da la comunión a los genocidas o brinda misa el favor de los golpistas y represores. Así es la contradictoria historia de las dos Iglesias que conviven en Argentina, la tierra del Papa Francisco.



Rodrigo Vázquez criticó al Papa Francisco por designar a Jorge Ignacio García Cuerva como arzobispo de Buenos Aires.


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