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¿Otro Irak?: Las dudas sobre si Irán estaba realmente cerca de tener la bomba atómica

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  • hace 5 minutos
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Parte de la Inteligencia de EE.UU. asegura que faltaban años para que los iraníes llegaran a esa arma nuclear. Chocan con la versión de Israel para lanzar su "ataque preventivo". Desde la OIEA, Rafael Grossi sostuvo que la República Islámica estaba a punto de conseguirla.


Por Gabriel Michi


Algunas de las centrales nucleares iraníes atacadas por Israel.
Algunas de las centrales nucleares iraníes atacadas por Israel.

En 2003 el gobierno de George W. Bush argumentó que el régimen de Sadam Hussein en Irak contaba con "armas de destrucción masiva" y, con esa excusa, EE.UU. invadió a ese país y mató a su líder. El "ataque preventivo" había sido una falacia. Irak no contaba con ese arsenal. En 2022, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó otra suerte de "ataque preventivo" sobre Ucrania al que llamó "Operación Militar Especial". Su explicación fue una supuesta "nazificación" del gobierno de Volodymyr Zelensky que, según el Kremlin, perseguía a los ciudadanos pro rusos de las regiones de Donbass y Lugansk, en el Este ucraniano, además de la potencial incorporación de esa país a la OTAN, algo que nunca ocurrió. Ahora, en este 2025, Israel lanzó su "ataque preventivo" sobre Irán con la explicación de que la República Islámica estaba muy cerca de conseguir armar la bomba atómica ya que había logrado enriquecer uranio al 60%. Sin embargo, ahora fuentes de inteligencia de los Estados Unidos (país aliado de Israel) acaban de señalar que a Irán le faltaban más de tres años para alcanzar ese objetivo y, encima, no parecía particularmente interesado en ese desarrollo. Algo que abre un profundo debate y opiniones cruzadas incluso dentro de los espías estadounidenses. Pero también en el plano internacional ya que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), presidida por el argentino Rafael Grossi, había advertido hace unos meses sobre que el programa nuclear de Irán había avanzado más de lo establecido. Ahora el propio Grossi, contradiciendo a los espías de EE.UU. asegura que en realidad esa probabilidad de desarrollar la bomba estaba bastante cerca para los iraníes.


Al menos cuatro altos mandos de la Inteligencia de EE.UU. le dijeron a la CNN que, de acuerdo a sus evaluaciones, Irán no sólo no estaba buscando activamente un arma nuclear, sino que además estaba a más de tres años de poder producirla y usarla. Eso contradice la posición de Israel que, cuando en la madrugada del 12 al 13 de junio lanzó su ataque, sugirió que su enemigo se estaba acercando peligrosamente rápido a un punto de no retorno en la obtención de armas nucleares y que eso precipitó su embestida.


Esos funcionarios de Inteligencia estadounidenses creen que, hasta el momento con sus bombardeos a las centrales nucleares, Israel -que sí tiene entre 70 y 400 ojivas- podría haber retrasado el programa iraní en tan solo unos meses, aunque ha habido daños muy importantes en las instalaciones de Natanz, donde están las centrifugadoras necesarias para enriquecer uranio. En cambio, Fordow, otro centro de enriquecimiento, quedó prácticamente intacto. Para poder afectar esta central, Israel necesita de armas específicas que tiene Estados Unidos: las bombas capaces de dañar instalaciones subterráneas y los bombarderos B-2 que las transportan. Brett McGurk, ex diplomático de alto rango en Medio Oriente durante las administraciones de Donald Trump y Joe Biden, sostuvo que "Israel puede planear sobre esas instalaciones nucleares y dejarlas inoperables, pero si realmente quiere desmantelarlas, necesita de un ataque militar estadounidense o un acuerdo”.




Vale aclarar que si bien hoy las fuentes de Inteligencia ponen en duda el nivel de avance -y por ende, de peligrosidad- del plan nuclear iraní, en los días previos el Comando Central de Estados Unidos -responsable de las operaciones militares estadounidenses en Medio Oriente- había defendido la idea de ponerse más duros con ese país ya que consideraba que podría obtener un arma nuclear utilizable más rápidamente si se apresuraba hacia ese objetivo. En ese sentido,  el general Michael Kurill, jefe del Comando Central había pedido más recursos para defender y apoyar a Israel, aunque sin participar de una ofensiva. Sin embargo, los movimientos de tropas y armamentos estadounidenses se está haciendo cada vez más evidente en Medio Oriente. Incluso ya hay barcos de guerra de EE.UU. que se dirigen al Mediterráneo oriental.


No es la primera vez que hay discordancias entre lo que plantean la Inteligencia de Israel y la de EE.UU. Suelen haber diferencias de interpretación de la información sobre el programa nuclear de Irán. En marzo pasado, la directora de Inteligencia Nacional de Trump, Tulsi Gabbard, testificó que la comunidad de inteligencia estadounidense “continúa evaluando que Irán no está construyendo un arma nuclear y que el líder supremo Jamenei no ha autorizado un programa de armas nucleares que suspendió en 2003”. Posición que se contrapone por completo con la del gobierno de Benjamin Netanyahu que basó su "ataque preventivo" en el supuesto del avance sobre ese plan. El domingo -durante una entrevista con Fox News- el premier israelí se defendió de esa divergencia con la directora de Inteligencia Nacional de EE.UU. Los periodistas de Fox le preguntaron a Netanyahu si algo había cambiado entre finales de marzo y esta semana o si la información de Inteligencia estadounidense era errónea, y el primer ministro respondió: “La información que obtuvimos y compartimos con Estados Unidos era absolutamente clara, absolutamente clara: estaban trabajando en un plan secreto para convertir el uranio en armamento. Avanzaban muy rápido”. Pareciera que algo pasó en el medio porque la propia Tulsi Gabbard -ante el escándalo por la supuesta desmentida de que Irán estaría lejos de la bomba atómica- ahora aclaró que todo el aparato de inteligencia de EE.UU. coincide que la República Islámica estaba "a punto" de tener armas nucleares con uranio enriquecido al 90%, y apuntó contra los medios por tergiversar sus palabras para intentar generar una grieta con el Presidente.


En su favor, Israel hecha mano al informe de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), que depende de la ONU, y en el que se señaló la semana pasada que Irán había acumulado suficiente uranio enriquecido a niveles apenas por debajo del grado de fabricación de armas como para potencialmente desarrollar hasta ocho bombas nucleares. El organismo calificó eso como “un asunto de seria preocupación”. El director general del OIEA, Rafael Grossi, sostuvo en las últimas horas que Irán posee material nuclear suficiente para fabricar entre seis y ocho armas nucleares, aunque aclaró que esto no quiere decir que tengan hoy un arma nuclear”. El argentino señaló que la República Islámica acumuló uranio enriquecido al 60%, muy cerca del 90% necesario para uso militar y aclaró: “De querer hacerlo, es un pasito más”. Además agregó que Irán ya tienen técnicamente la capacidad para alcanzar ese nivel crítico de enriquecimiento.


Las sospechas disparadas por Israel apuntaban a que los iraníes no sólo estaban en camino a producir un arma nuclear rudimentaria -de la que, según su mirada, estaba muy cerca- sino también que pretendía desarrollar un sistema de lanzamiento funcional, lo que podría llevar mucho más tiempo. Por lo primero fue que precipitaron esa decisión de "atacar preventivamente", particularmente tras el informe de la OIEA, frente al fantasma que han agitado autoridades iraníes de querer "borrar" a Israel del mapa.


Ahora funcionarios de Inteligencia de EE.UU. y la OIEA trabajan para evaluar los daños que las bombas israelíes provocaron en la infraestructura nuclear de Irán, ya que hay mucha preocupación de que pueda haber algún riesgo radiactivo. Y, además, porque temen que esa embestida pueda generar un efecto inverso: que los iraníes se encaminen ahora sí al desarrollo de armas. Aunque se sabe que quizás sus posibilidades hoy se hayan retrasado en el tiempo por la destrucción ocasionada. Una de las fuentes estadounidenses que habló con CNN dijo: “Irán se tambalea. Ya no estoy seguro de que tenga la capacidad ni la experiencia para hacerlo”.




Sin embargo, el objetivo de Israel de destruir la fortaleza más impenetrable del programa nuclear de Irán, Fordow (instalación de enriquecimiento enterrada en las profundidades de una montaña) no pudo concretarse porque no cuenta con armas para eso. En ese sentido Brett McGurk, el ex diplomático que estuvo en Medio Oriente, señaló que todo el mundo pregunta qué pasa con Fordow. Y agregó: “Eso es algo que Estados Unidos puede eliminar. Es algo que a los israelíes les resultará muy difícil. Si esto termina con Fordow intacto, el problema podría ser aún peor. De hecho, Irán podría estar más inclinado a desarrollar armas nucleares, y esa infraestructura está intacta”.


Por el momento el gobierno de Trump se muestra oscilante en cuanto a este conflicto. Así como en un primer momento el secretario de Estado, Marco Rubio, había calificado de "unilateral" la decisión de Israel de atacar a Irán y se desligó de cualquier tipo de participación estadounidense, horas después el propio presidente calificó de "excelentes" los bombardeos y equipos de defensa de ese país colaboraron con el derribo de misiles iraníes. Ahora Trump dice que no hay margen para ninguna negociación de "cese al fuego" y que el único final sería que Irán abandone su plan nuclear y que se rinda de manera inmediata.


El lunes 16 de junio, en la reunión del G7 en Canadá -que abandonó precipitadamente por este conflicto- Trump aclaró: “No estamos involucrados. Es posible que nos involucremos. Pero en este momento no estamos involucrados”. E instó a Israel e Irán a iniciar conversaciones “antes de que sea demasiado tarde”. Pero después viró a esa posición intransigente en la que le exige a la República Islámica a correrse del camino del desarrollo nuclear y no quiso firmar el documento junto a sus pares del G7 donde se pedía una tregua entre ambas naciones en conflicto.


Así, entre versiones que se contraponen incluso dentro de los EE.UU., la guerra entre Israel e Irán continúa provocando muerte y destrucción. Y encima ahora lo hace con las dudas sobre si todo partió de un hecho real (la cercanía de conseguir la bomba por parte de los iraníes) o pudo partir de una mentira malintencionada, una errónea interpretación de la información o un riesgoso "teléfono descompuesto". Demasiadas preguntas. Y pocas respuestas sobre un "ataque preventivo" que disparó la guerra más peligrosa.




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