Miles de habitantes de ese lejano país asiático festejan con locura ante cada triunfo de la Selección albiceleste. Pero el porqué de esa pasión no sólo tiene que ver con el fútbol.
Por Gabriel Michi

"El corazón tiene razones que la razón no entiende" dijo alguna vez el matemático Blas Pascal. Y esa recordada frase tiene su sentido. Y se podría aplicar a esta historia. Que un país a 17.000 kilómetros de distancia cuente con miles de fanáticos que festejan con locura los triunfos de una Selección de fútbol de otro país con el que aparentemente no tienen nada en común, no deja de llamar la atención. Son esas razones del corazón que la razón no logra entender. Pero es lo que pasa. En Bangladesh viven los triunfos del seleccionado de Argentina como si fueran propios. Multitudes se reúnen en lugares públicos hiper concurridos para ver al equipo albiceleste, gritan sus goles con locura y hasta salen a festejar por la calles, vitoreándola. Así se vio, por ejemplo, en la victoria de la Selección argentina sobre México en el Mundial de Qatar. Miles y miles bangladesíes se enloquecieron con los goles de Lionel Messi y Enzo Fernández y celebraron a más no poder, incluso más que en la propia Argentina, donde también se festejó pero menos desaforadamente. Como ya lo hicieron en el pasado con esta Selección, con las anteriores y, en particular, con un ídolo con forma de Dios pagano también allí: Diego Armando Maradona. Es un fenómeno casi único -aunque en India también se da, en menor medida- pero ese insólito fanatismo que se despierta en Bangladesh hacia la Argentina tiene sus razones.
Según distintos estudiosos en esa nación asiática -con más de 150 millones de habitantes- admiran y quieren a los futbolistas argentinos e hinchan sin prejuicios por la Selección albiceleste no sólo por la indiscutida calidad deportiva que detentan. Sino que también lo hacen por cuestiones históricas y políticas. Este país permaneció por años bajo de designios de la Corona Británica y guardan bastante rechazo (y rencor) hacia aquellos "colonizadores" por los daños que les ocasionaron y por la expoliación de su economía. Cuando Diego Maradona -en el Mundial México '86- humilló a los ingleses con dos tantos imborrables, el de "La mano de Dios" y el de las gambetas infinitas considerado "el mejor gol de todos los Mundiales", los bangladesíes lo sintieron como una forma de venganza por la Guerra de Malvinas y, a su manera, se vieron identificados con ese sentimiento por lo que ellos mismos habían padecido con los británicos. Y allí comenzaría un amor que no se detendría jamás.

Para graficarlo: En 2008 se creó un grupo de Facebook “Argentina Football Fans Bangladesh” que tiene miles de seguidores. Y en 2021 se creó otro, "Argentina Football Fans Group of Bangladesh", también muy concurrido. El primero fue generado por un joven llamado Saif Tanvir, quien contó que: “Todos los años organizamos eventos, especialmente antes de los torneos y todos juntos rezamos a Alá por Argentina para que pueda ganar”. Esa locura por el seleccionado quedó evidenciada también cuando en septiembre de 2011 -mientras era dirigido por Alejandro Sabella- disputó en Daca, la capital de Bangladesh, un partido amistoso en el que le ganó 3 a 1 a la Selección de Nigeria, con un Messi que brilló (aunque no convirtió ninguno de los goles) y que ratificó el fanatismo de los locales por la albiceleste. Y por él en particular, porque así como los mayores adoran a Diego Maradona, los más jóvenes idolatran a Lionel. El gobierno local, sabiendo de la pasión que despierta la Selección argentina, colocó pantallas gigantes en toda la ciudad para que nadie se pierda el partido. La cuestión reverencial de Bangladesh hacia Argentina se pudo ver también el día que murió el "Diez": Ese 25 de noviembre de 2020, hubo un minuto de silencio en todas las actividades, incluso en la liga de cricket, el deporte nacional.

Otro dato: el tema de la devoción de los bangladesíes por Argentina llegó hasta la Unión Europea y en el trámite del estudio que encararon para desentrañar ese misterio hasta hubo un memo del Reino Unido en el que señalaba que, pese a la presencia de ese país en Bangladesh por años “apenas hay banderas de Inglaterra visibles en las calles”. Claro que justamente esa parece ser la raíz de todo esto, la que emparenta el sentimiento argentino por la Islas Malvinas, usurpadas desde 1833 por esa potencia, y los que los bangladesíes ven en su propia historia: el control que durante siglos detentó sobre esos territorios (desde la llegada de comerciantes ingleses en el siglo XV), la presencia de la Compañía Británica de las Indias Orientales que ejerció su dominio en toda la región de Bengala por mucho tiempo y la sangrienta “Rebelión de los Cipayos” (1857) que convirtió a esas latitudes en colonia. Una colonia donde sus habitantes de morían de hambre mientras los ingleses se llevaban sus riquezas. La "Gran Hambruna" de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, que mató a más de tres millones de personas en Bangladesh, es vista por los locales como el resultado de la estrategia militar de Inglaterra contra Japón. Y aún hoy la culpan por ello. Finalmente en 1971 este país se independiza de Pakistán y con mucha inestabilidad económica, social y política, hoy mantiene un enorme rechazo a los británicos por todo lo que los padecieron. Rechazo que los une simbólicamente con los argentinos y que se traduce en el fútbol. Por eso, cada vez que la Selección argentina gana, festejan, más allá de que el rival no sean los ingleses.
Para el periodista Ifty Mahmud "el apoyo a los argentinos tiene un carácter anticolonial, porque Maradona venció a los ingleses, mientras que (David) Beckham nunca fue popular aquí. Maradona era un loco ¡y los bangladesíes aman a los locos! La forma en que engañó al poder colonial, porque fue un engaño a la luz del día, tuvo una resonancia simbólica”. Y esa parece ser, más allá de los indiscutibles talentos futbolísticos de los jugadores argentinos la explicación de porqué, a 17.000 kilómetros de distancia y sin demasiados nexos en común, existe un país llamado Bangladesh donde el fanatismo por Argentina es casi religioso. Y es ahí donde las razones del corazón comienzan a ser entendidas por la razón.

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