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Río de Janeiro: la peor matanza policial de la historia en la guerra contra el narco

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    MundoNews
  • hace 27 minutos
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Un megaoperativo contra el "Comando Vermelho" en las favelas de Penha y Alemao terminó en masacre con más de 132 muertos. Las excusas del gobernador Castro y su pelea con Lula.


Por Gabriel Michi


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Balas. Sangre. Muertes. Horror. Dolor. Miedo. Son sólo algunas de las cosas que se vieron o se vivieron en Río de Janeiro en las últimas horas, después del guerra desatada tras un megaoperativo policial contra el grupo narco "Comando Vermelho" ("Comando Rojo"), que domina el delito en la ciudad desde hace años. La operación policial se convirtió en la más mortífera de la historia de Brasil y dejó hasta el momento al menos 132 muertos, entre ellos 4 policías. Las imágenes de decenas de cadáveres semidesnudos y acribillados a balazos en fila, uno pegado a otro, en la calle San Lucas de la favela Penha impactó en todo el mundo. Esos casi 70 cadáveres fueron rescatados por los propios habitantes de la barriada y estaban desparramados a través de un bosque que se ubica detrás de ese complejo y Alemao, el otro punto de la matanza. Además del saldo letal, las autoridades aseguran haber detenido a 113 sospechosos -33 provenientes de otros Estados y 10 adolescentes- y haber secuestrado 118 armas (91 rifles de guerra), explosivos y toneladas de drogas. En el medio se dio un enfrentamiento letal donde incluso los narcocriminales usaron una forma de ataque inédita con drones con explosivos contra la Policía y hasta robaron un centenar de autobuses que atravesaron en calles y autopista y los incendiaron en forma de barricadas. Pero la respuesta policial fue aún más fuerte: al menos 2.500 agentes de seguridad de Río de Janeiro salieron a ejecutar 100 órdenes de arresto, sea como sea.


El gobernador de Río de Janeiro, el bolsonarista Claudio Castro -cultor de la mano dura y aspirante a una senaduría cuando se le venza este último mandato- festejó el sangriento resultado del operativo y señaló que había sido un "éxito". Y agregó: "No creo que nadie estuviera caminando por el bosque el día del conflicto. Las únicas víctimas reales fueron los agentes de policía", dijo. Pese a que todavía no se sabe las identidades de los muertos, el gobierno estadual -enfrentado con el de Luis Inácio Lula Da Silva- insiste en que las únicas víctimas eran los cuatro policías que murieron en los enfrentamientos y que el resto de lis caídos eran todos delincuentes. Es más, la Policía estatal afirmó que las redadas contra una importante banda de narcotraficantes el día anterior habían sido minuciosamente planeadas durante más de dos meses, diseñadas para acorralar a los sospechosos en una ladera boscosa donde una unidad de operaciones especiales los esperaba para una emboscada. El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, Víctor Santos, señaló que "la elevada letalidad de la operación era esperada, pero no deseada". Lo hizo en una rueda de prensa en la que reconoció que hubo 119 fallecidos, entre ellos esos cuatro agentes, muchos menos de lo que dicen los organismos de Derechos Humanos y los vecinos de Penha y Alemao.

Para que se tenga en perspectiva la dimensión de esta matanza basta con analizar que antes de esta la redada policial más mortífera en la ciudad fue en 2021 y dejó 28 muertos en el barrio de Jacarezinho. Un año después -en 2022- estuvo la "masacre de Vila Cruzeiro" -también en un sector del complejo de favelas Penha- donde un operativo de varias policías -Batallón de Operaciones Especiales de la Policía -BOPE-, Policía Federal, Policía de Caminos y Policía Militar- terminó asesinando a 23 presuntos delincuentes. A nivel país, la nueva matanza también es la peor de su historia: la anterior más grave había sido en 1992, con 111 personas que murieron cuando la Policía de São Paulo irrumpió en la Penitenciaría de Carandiru para sofocar un motín.


Si bien se conoce de la peligrosidad y el dominio creciente que tiene el Comando Vermelho -el grupo criminal más grande de Brasil, que con más de 50.000 hombres activos es el que impone el horror en Río de Janeiro- han aparecido críticas muy fuertes al accionar de las autoridades y aparecieron manifestaciones con carteles que decían "Castro Asesino" o "Castro Terrorista". Eso en medio de las escenas de dolor de muchas familias del barrio de Penha, cuyos vecinos fueron los encargados de recolectar alrededor de 70 cuerpos que habían quedado tirados en el bosque circundante para entregarlos a la Defensa Civil que los llevo a las morgues para sus reconocimientos.


El Gobierno del Estado de Río se jactó de haberle dado un golpe letal al Comando Vermelho, con la mayor operación de la Historia contra este grupo criminal creado en 1979 en la cárcel de Isla Grande por Rogério Lemgruber quien formó un grupo que incluía desde convictos comunes a políticos de izquierda miembros de la "Falange Vermelha" ("Falange Roja") para luchar contra la dictadura militar. De ahí tomo el nombre de "Comando Rojo" pero se alejó de la lucha política para dedicarse exclusivamente al delito. Pese a que Lemgruber murió en 1992, la red criminal siguió creciendo hasta convertirse en lo que es hoy, un emporio criminal que ya ha extendido sus dominios más allá de Río de Janeiro, lugar donde se desarrolló este megaoperativo que sus autoridades defienden pero que muchos denuncian como abusivo.


De hecho, diversas organizaciones de la sociedad civil y expertos en seguridad pública criticaron el elevado número de víctimas del operativo de estilo militar. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que esto se suma a una tendencia de operativos policiales extremadamente letales contra las comunidades marginadas de Brasil. "Recordamos a las autoridades sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos e instamos a que se realicen investigaciones rápidas y eficaces", declaró la agencia en un comunicado.


En tanto la Fiscalía Federal decidió este miércoles (29) exigir que el Instituto Médico Forense (IML) del estado adopte el “protocolo para identificar víctimas de desastres” para los más de 120 muertos en la megaoperación que tuvo lugar en los complejos de Alemão y Penha. Y ya hay pedidos en la Justicia para investigar si hubo ejecuciones de inocentes dentro de estos operativos.


Por su parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva -que estaba de gira por Asia cuando explotó todo- se mostró sorprendido al enterarse de que la Policía de Río había lanzado una operación "extremadamente sangrienta y violenta" sin notificar ni involucrar al Gobierno federal, según declaró a la prensa el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, quien viajó en las últimas horas para reunirse con el gobernador Castro, con la idea de ofrecer más agentes federales.


Existe una preocupación adicional para el gobierno central ya que en pocos días en la ciudad de Belem se realizará la cumbre climática COP30 de las Naciones Unidas, incluida la cumbre mundial C40 de alcaldes que abordan el cambio climático y el Premio Earthshot del príncipe Guillermo de Inglaterra, con la presencia de importantes líderes de todo el Mundo. Y, aunque sea a más de 3.000 km de Río de Janeiro, la seguridad preocupa. Y es que se sabe que el Comando Vermelho ha extendido sus dominios más allá de Río de Janeiro -donde se calcula que es responsables del 80% de los delitos- y ha crecido en su presencia en todo el país, y en particular hacia el norte de Brasil. Esa extensión de su telaraña delictiva también le ha generado conflicto con sus rivales del Primer Comando Capital, cuya presencia más fuerte está en San Pablo. Así como el "Comando Rojo" domina las cárceles cariocas, el PCC lo hace en las paulistas.


Pese a que el gobernador Castro asegure que el "Operativo "Contención" fue un "éxito" lo cierto es que no lograron atrapar al líder del Comando Vermelho, Edgar Alves Andrade, alias "Doca" o "Urso", un hombre de 57 años que tiene 34 pedidos de detención y se lo responsabiliza de más de 100 homicidios. En tanto, el jefe máximo del CV es Luiz Fernando da Costa (58) , más conocido como Fernandinho Beira-Mar, está preso desde el año 2002 y se recibió en prisión de licenciado en Teología. Fue trasladado por distintas unidades penitenciarias y transita una sumatoria de condenas de 309 años y 2 meses por sus múltiples delitos. Pero el que aparentemente conduce el día a día del grupo criminal es "Doca", el peligroso delincuente que era el objetivo de semejante operativo y que se les escapó.


Mientras, las postales de la masacre ensangrentaron a la ya golpeada población de Penha y Alemao (que tienen unos 54.000 habitantes, con una densidad de 18.000 personas por kilómetro cuadrado), dos complejos que se suman a las 700 barriadas de ese tipo que hay en Río de Janeiro y donde viven 1,3 millones de personas,, es decir el 20% del total de la ciudad. Si eso se extiende a toda el área metropolitana de Río, la población de las favelas se acerca a los 2,1 millones de personas de un total de 13.2 millones de habitantes. Esos brasileños viven una realidad de marginación, hambre y discriminación. Y son atravesados por una violencia todos los días que ahora se agravó con la mayor masacre policial de su historia.



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