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Separados por amor

Actualizado: 23 abr 2020

José y Fernanda están juntos desde hace 15 años. Tienen tres hijos. Y el COVID 19 los puso ante uno de los desafíos más duros de sus vidas. Como médico de dos hospitales, él tomó la decisión de alejarse mientras esté batallando contra el Coronavirus, para no exponer a los suyos. La conmovedora historia de una familia que antepuso la responsabilidad al dolor. El relato de una mujer que aprendió con su esposo cómo estar unidos a la distancia.


Por Gabriela Carchak

@GabyCarchak




Hace algunas horas, una foto conmovedora con un texto aún más concientizador y emotivo, sensibilizó a miles de personas. En la foto un papá, sentado en un sillón, abrazado por tres hijos varones y una mamá, todos con los ojos cerrados, todos con las manos unidas.

Al principio, la imagen parecía encantadora y digna de su autora, ya que Fernanda Terpolilli dejó el periodismo para dedicarse a su otra pasión, la fotografía. Pero esa foto, se volvió mucho, muchísimo más que una bella imagen cuando se la unió al relato que acompañaba a la publicación.


“Hoy no es un día más, no es un día fácil. Hoy, como tantas otras familias, la nuestra se separa por un tiempito. La palabra es triste y suena fuerte, pero el motivo está cargado de amor. José decide irse de casa para protegernos, para no exponernos (a los nenes y a mí) a un eventual contagio”. Así comienza el relato (en Instagram) de “Terpo”, como le decían sus amigos periodistas en la calle. Junto a su marido son padres de Joaquín (12), Lautaro (9) y Pedro que acaba de cumplir 6 en cuarentena.


José, es José Luis Caorsi, (43) , cirujano general especialista en Tórax en el Hospital Militar de la Ciudad de Buenos Aires y en el de Moreno.


El 1 de marzo, cuando regresaban de unos días de vacaciones, escucharon en la radio acerca del acecho del COVID 19 sobre la Argentina; en ese momento, José le dijo a Fernanda: “Amor, si esto llega a explotar acá, yo me voy a ir de casa porque no me voy a perdonar nunca si llego a pasarles el virus a ustedes, llevarlo a casa”. Fernanda, mate en mano, lo miró y pensando en el calor de aquellos días, no le dio demasiada importancia. Pero el virus no sólo llegó, empezó a extenderse y José todos los días repetía la frase que en aquel auto, cuando todo era felicidad, su esposa había tomado a la ligera.


- MundoNews: ¿Cómo tomaron la decisión de la partida de José?


- Fernanda Terpolilli: En los primeros días de marzo José volvió a trabajar. En el Hospital Militar ya desde ese momento se estaban preparando: instruían con procedimientos, protocolos, reuniones permanentes, conferencias por Zoom en donde se pasaban las últimas actualizaciones de protección. Entonces, el hospital tomó la decisión y se empezaron a dividir en grupos de médicos. Unos trabajan fuerte durante 15 días de corrido y se aíslan 14 por si aparecen síntomas. Ante esta situación, cuando se dividen los grupos, José me lo platea como algo firme. Me dijo: “Amor, cuando me toque a mí, me voy a ir de casa”. Y ahí me lo empecé a tomar más en serio.





Mirando al futuro


Como todos los argentinos, en cada casa, en cada familia, en cada comercio, todo empezó como una suposición, pero el Coronavirus llegó y en todos los centros de salud esperan un pico de contagio para el mes de mayo. O, quizás, para junio. Ellos ya se resignaron a que no van a compartir ni su aniversario de casados, ni sus cumpleaños, que se acercan en pocos días.


- MundoNews: ¿Qué pasó cuando a José le tocó el turno de asumir la guardia?


- FT: Su grupo arrancó el lunes 20 de abril; entonces, dos semanas antes empezamos a buscar un lugar en donde José pudiera estar. Gracias a Dios tenemos un montón de buenos amigos, de buena gente que nos rodea y preguntamos en nuestros grupos. Enseguida respondieron y ahora está en el departamento de un amigo. Y así puede estar abocado a la Pandemia en el Hospital Militar. Si bien él es cirujano de tórax, en este momento todos los médicos cumplen todas las funciones. Así que está hisopando y demás. De hecho, no opera porque todas las cirugías fueron suspendidas, salvo las urgencias.

- MundoNews: ¿Cómo se lo dijeron a sus hijos?


- FT: Si bien los chicos entienden que su papá a veces no está porque hace guardias, esto es totalmente distinto. Cuando empezamos a buscar un lugar a donde José pudiera irse, sentamos a los chicos y se los dijimos. Cuando los chicos pedían “por favor, papá no te vayas”, José, que tiene una paz interior inigualable que yo no tengo (se ríe por primera vez), les explicó perfectamente lo que pasa con el virus, que él puede llevarlo encima, sin que le pase nada pero sí portarlo y pasarlo a otras personas. Entonces era importante que se mantuviera lejos. Así que a los nenes se lo fuimos diciendo con tiempo para que todo esto no los afecte de golpe y creo que eso ayudó mucho porque se lo están tomando tranquilos.

- MundoNews: ¿Y vos?


- FT: Yo no les paso mi real preocupación de lo que a José puede llegar a pasarle. Eso a ellos no les llega… sí que está peleando contra el virus, que está como todos los otros trabajadores de la salud trabajando todos a la par. Pero el verdadero riesgo ellos no lo conocen, salvo Joaco que es el mayor y lee mucho y está muy actualizado todo el tiempo, aunque yo se lo minimizo explicando que papá tiene un montón de elementos de protección y si llegara a pasarle, papá es joven y sano… ¿Yo? Minimizo, minimizo, minimizo…. Y después exploto sola.

- MundoNews: ¿Explotás? ¿Cómo hiciste y hacés para llevar este proceso adelante con tres chicos chiquitos y en cuarentena?


- FT: Desde que José me lo planteó en firme, esos primeros días de marzo hasta el domingo que se fue, explotaba todos los días. Exploto es: lloro. Lloré, lloré, lloré, lloré, lloré, todos los días; si cocinaba me ponía música, pero lloraba igual. Probé poniendo “Los Palmeras” (el grupo de cumbia santafesina que se caracteriza por sus temas divertidos y movidos): Me dije: ”no puedo llorar con esto. Y lloré también. Lloré con amigas por teléfono, por videollamadas. Pero siempre traté de hacerlo sola. Sin embargo hubo un día que fue el más feo de todos: el domingo, el día de la despedida: era ver que José cortaba el pasto y yo lloraba; ver que hacía el asado y yo lloraba; ver que se puso a jugar a la pelota con los nenes y yo lloraba. El domingo fue un día espantoso. José se iba el lunes a las 5 de la mañana.


Fernanda no puede contener la emoción a la hora de recordar aquel domingo de despedida: “A la noche cenamos e hicimos lo que hacemos todas las noches de nuestra vida. En casa no hay tele en la cocina para poder hacer esto. Todas las noches, todas las cenas, siempre, nosotros hacemos un brindis por algo lindo que nos haya pasado en el día a cada uno; si nos pasó algo feo también lo contamos… Siempre hacemos un brindis por Pedro, Lauti, Joaco, José y por mí. Esa noche hicimos un brindis porque ‘papá se va y va a estar todo bien’ y todo lo lindo que se nos ocurrió. A nosotros nos gusta que todos puedan sacar afuera sus emociones y que ninguno se quede con nada. Después de eso, los más chicos fueron a la cama, José les leyó el cuento como todas las noches y se quedaron dormidos y Joaco quedó esperando en el sillón. Así que nuestra despedida fue delante de él. Horrible… lloramos, lloramos, lloramos y después nos quedamos con Joaquín despiertos como hasta las 2 se la mañana tomando té, llorando y charlando.

- MundoNews: Pero llegó el lunes…


- FT: El lunes, no me preguntes de dónde saqué una fuerza, una seguridad y una templanza que ni yo sabía que tenía. Pero la saqué y del lunes hasta hoy no lloré más. Es como que confío mucho en que todo va a estar bien. Hace 3 días que no lloro, como si hubiera llorado todo antes y ahora estoy plantadísima. Porque tengo que estar así: estoy siendo sostén de tres nenes chiquitos, no está mal que me vean llorar, porque habilito para que ellos lloren también si lo necesitan; pero no quiero que me vean llorar todo el tiempo para que no se desmoronen. Estuve todo el lunes sin hablar con nadie: Ese día fue muy fuerte. Pero no estoy explotando. Tal vez a la noche pienso y se me caen lágrimas y listo… tengo que seguir.

- MundoNews: Cuando tu marido te contó el formato que iban a implementar en el Hospital Militar y te dijo que se trataba de “trabajo fuerte”. ¿Qué quiso decir?


- FT: El modo de trabajo de ellos son 15 días de trabajo fuerte en el hospital. Eso quiere decir, trabajan las horas que tengan que estar, 20, 24, 28 horas sin parar. Después de van a dormir y sólo se quedan los médicos de guardia. Es decir, trabajan, trabajan, trabajan y se van. El tema es que esperan un pico fuerte para mayo y ahí es cuando se va a venir lo más ´heavy’. Es como cuando surge una cirugía… sabés cuando entran pero no cuando terminan. Como cuando yo era periodista y nos mandaban a una toma de rehenes o cuando nos tocó (el incendio en la disco) Cromañón, que ni dormimos. Eso es "trabajo fuerte".


La dura realidad de los médicos


Ese esfuerzo casi heroico del personal de salud de ese hospital, no termina ahí. Cuando deberían volver a sus hogares, con sus familias, hay una nueva misión. Así lo cuenta Fernanda: “Después de esos 15 días, tocan 14 días de estar aislados; si tiene algún tipo de síntomas, se cuidan entre ellos y si es necesario ser hospitalizado, se los interna; si no tienen nada, vuelven a trabajar otros 15 días y así hasta que todo esto termine. Sabemos que se fue el 20 (de abril) pero no tenemos la menor idea de cuando vuelve. Si le preguntás a Pedro, él cree que vuelve en 15 días. Si le preguntás a Lauti (vuelve) en un mes y si le preguntás a Joaco, no sabe cuándo vuelve; es hasta que termine. Incluso cuando termine, él se tiene que aislar 14 días para asegurarse que no tiene nada y recién ahí puede volver tranquilo a casa”

Y, encima de todo, hay otro inconveniente: “José está en dos hospitales. Entonces eso también es complejo, porque tiene que ir de un hospital a otro, tomando todas las precauciones habidas y por haber para no llevar el virus de un lugar a otro. Esa también es una realidad de los médicos. José tiene siete trabajos… sí, siete, entre los hospitales, clínicas privadas y consultorios a los que ahora no está yendo. Los médicos no viven de un solo sueldo porque ganan chirolas (poco dinero). Entonces si no tienen varios trabajos, no pueden sostener una familia”.

- MundoNews: Tu publicación en Instagram, la foto de los cinco unidos con los ojos cerrados y las manos juntas, y tus palabras en el texto posterior generaron cientos de respuestas… ¿Qué mensaje quisiste transmitir?


- FT: Tenemos muchísimas fotos mirando a cámara y sonriendo, pero ésta la quise diferente. Quise hacerla así, porque me parece que cerrar los ojos es contar que estamos todos en un momento de gran introspección. Y usé ese recurso para mostrar la introspección que se está viviendo a nivel mundial y, en nuestro caso, a nivel familiar. Nosotros estamos metidos hacia adentro, viviendo todo esto de una manera especial y diferente a otras personas y, en esa introspección, si bien cada uno hace su trabajo, a la vez nos encontramos y estamos juntos también. Si bien como adultos, José y yo estamos tomando esta decisión de separarnos por un tiempo, seguimos estando unidos. Es una determinación que se toma en un marco de dolor y de tristeza, porque nos duele estar separados. Pero es una decisión tomada desde el amor y desde la unión. Es eso: estamos tan unidos que elegimos separarnos para poder seguir así de juntos después de todo esto. Ese es el mensaje, estamos unidos en el dolor y unidos en el amor.







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