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Un fallo que obliga a los países a frenar el "cambio climático"

  • Foto del escritor: MundoNews
    MundoNews
  • 28 jul
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 27 ago

La Corte Internacional de Justicia dictaminó que los Estados a actuar en forma inmediata para poner fin al calentamiento global que hace peligrar a la Humanidad y a ayudar a las naciones insulares que corren riesgo de desaparecer. Es una guía para los 3.000 litigios ambientales que hay abiertos en 60 países del Mundo. La ONU había pedido su opinión.


Por Gabriel Michi


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Es un fallo histórico. Por lo novedoso y por lo que puede llegar a implicar hacia el futuro. Porque está en juego el destino de la Humanidad. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró que el "cambio climático" es un "riesgo universal existencial”, causado inequívocamente por la actividad humana y que los Estados miembros tienen el "deber" de prevenirlo. Las palabras del presidente del tribunal, Yuji Iwasawa, fueron contundentes: las emisiones de gases de efecto invernadero son “inequívocamente causadas por actividades humanas” y tienen efectos que traspasan fronteras. Y agregó: “Las consecuencias del cambio climático son severas y de gran alcance, afectan tanto a ecosistemas naturales, como a poblaciones humanas. Estas consecuencias subrayan la amenaza urgente y existencial que supone el cambio climático."


El dictamen llega después de la "opinión consultiva" de la Corte, solicitada por la Asamblea General de la ONU en abril de 2023. Allí se determinó que el derecho internacional establece que los Estados tienen “el deber de prevenir daños significativos al medio ambiente actuando con la debida diligencia” y de “utilizar todos los medios a su alcance” para impedir que las actividades realizadas bajo su jurisdicción o control causen “daños significativos” al sistema climático y otras partes del medio ambiente. Además la CIJ concluyó que los Estados tienen el deber de cooperar entre sí “de buena fe” para prevenir esos daños.


El fallo de la CIJ -que es obligatorio de ser cumplido por los 193 Estados que integran este máximo estamento judicial de la Organización de Naciones Unidas- fue muy celebrada en distintos ámbitos donde la necesidad de frenar el "cambio climático" es uno de los asuntos más urgente y omnipresentes en los encuentros internacionales de los últimos años. El propio Secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres celebró una opinión "histórica", y sostuvo que "deja claro" que todos los Estados están obligados, en virtud del derecho internacional, a proteger el sistema climático global. También argumentó que se trata de "una victoria para nuestro planeta, para la justicia climática y para el poder de los jóvenes para marcar la diferencia". "Los jóvenes de las Islas del Pacífico iniciaron este llamado a la humanidad al mundo. Y el mundo debe responder", dijo el titular de la ONU.


En cuanto a las consecuencias legales, la Corte Internacional de Justicia indicó que incumplir sus obligaciones constituye un hecho internacionalmente ilícito. Según el tribunal, un Estado responsable debe cesar las acciones u omisiones ilícitas; proporcionar garantías de no repetición si las circunstancias así lo exigen; y reparar íntegramente a los Estados lesionados en forma de restitución, indemnización y satisfacción. En los considerandos de la resolución, la CIJ estableció que el deber de prevenir requiere que los Estados tomen medidas "apropiadas", "consistentes", "rápidas" y "sostenibles" para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y dictaminó que "la falta de certeza científica absoluta no debe usarse como pretexto" para la inacción.


Es más, la Corte Internacional de Justicia acorraló a los países cuando señaló que estas obligaciones no se derivan únicamente de los tratados multilaterales, sino que además forman parte del Derecho Internacional consuetudinario y, por lo tanto, son aplicables a todos los Estados, sean o no partes en los principales acuerdos climáticos. Aun así la CIJ espera que prime el principio de la cooperación y que se articulen los financiamientos, transferencias de tecnología y apoyo a los países más vulnerables. Y eso debe ser algo inmediato, que no se dilate en el tiempo. "Los Estados deben actuar con diligencia, no a su propio ritmo", expresa.


¿Cómo se llegó a este final? El camino tiene su historia: em abril de 2023, la Asamblea General de la ONU pidió a la Corte Internacional de Justicia que dictaminara cuáles son las obligaciones de los Estados para garantizar la protección del sistema climático frente a las emisiones generadas por el ser humano y cuáles son las consecuencias jurídicas de estas obligaciones para los Estados. Las obligaciones tienen que ver, en particular, con los pequeños Estados insulares en desarrollo, que debido a sus circunstancias geográficas y su nivel de desarrollo se ven perjudicados o especialmente afectados por los efectos adversos del cambio climático, o son particularmente vulnerables a ellos, como se viene demostrando en determinados lugares donde incluso corren riesgo de desaparecer. Vale aclarar que esas obligaciones no sólo alcanzan a las autoridades de los países sino que también abarcan a los pueblos y las personas de las generaciones presentes y futuras afectados por los efectos adversos del "cambio climático".


Si bien las "opiniones consultativas" de la CIJ no son vinculantes, sí se establecen como guías a seguir por su carácter moral. En ese punto, servirá de referencia para los tribunales nacionales e internacionales, mientras que ya hay cerca de 3.000 litigios climáticos en marcha en unos sesenta países. El resultado de esa "opinión consultiva" fue emitida tras la celebración de audiencias públicas del 2 al 13 de diciembre de 2024, durante las cuales 96 Estados y once organizaciones internacionales presentaron declaraciones orales al respecto. Se trata del nivel más alto de participación en un procedimiento en la historia del organismo.


El dictamen de la Corte llega tras la publicación de un informe interagencial que revela que la inversión en energías limpias superó en 2024 los recursos destinados a los combustibles fósiles, todo un gran avance a escala planetaria. Según el Secretario General de la ONU, "el futuro de la energía limpia ya es un hecho irreversible". António Guterres hizo un llamamiento a acelerar la transición global hacia las energías renovables, alegando que los costos de generación de electricidad con energía solar y eólica son ya más bajos que los de sus equivalentes fósiles, marcando un punto de inflexión irreversible en la economía energética mundial y quitando la principal excusa de quienes defienden a los hidrocarburos. “La energía limpia no solo combate el cambio climático, sino que impulsa el desarrollo económico, la creación de empleos y la seguridad energética”, señaló Guterres. E insistió en que, mientras el petróleo y el gas siguen generando volatilidad y dependencia geopolítica, el sol y el viento proporcionan autonomía, estabilidad y un recurso inagotable.


Lo que resta ver ahora es si los países y sus respectivas autoridades escuchan y respetan los alcances de este fallo histórico de la Corte Internacional de Justicia, o sí, como viene ocurriendo hace tiempo sólo esgrimen un discurso de preocupación y luego no hacen demasiado para cambiar las cosas. O, directamente, ganan las posiciones extremas sin disimulo que plantean el negacionismo ante la evidencia clara del "cambio climático". Sea como sea, el fallo es una realidad. Como el peligro concreto al futuro del planeta Tierra.



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