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Alarma mundial: hay un millón de especies en peligro de extinción

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    MundoNews
  • hace 2 días
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El alerta lanzado por la ONU denuncia que el 75% de los ecosistemas terrestres y 66% de los marinos han sido "alterados significativamente" por el Hombre. Y que el 40% de la población del planeta -3.200 millones de personas- está afectada por la degradación de la naturaleza.


Por Gabriel Michi



Los datos son alarmantes. Y hablan de cómo el Hombre está hipotecando el futuro de la naturaleza, del Mundo y, por ende, de sí mismo. La pérdida de biodiversidad en el planeta está despertando un sinnúmero de alertas de los expertos e incluso de los máximos referentes de organizaciones internacionales como la propia ONU. Y es que se sabe que hay un millón de especies que están en peligro de extinción em el Mundo. Es más, el 75% de los ecosistemas terrestres y dos tercios de los marinos han sido "alterados significativamente" por la actividad humana, según los especialistas.


Es más, hay estudios que son aún más pesimistas y que señalan que el cambio climático, el avance del Hombre sobre los espacios y hábitats naturales, colocaron a muchos animales (y plantas y árboles) al borde del abismo y del exterminio total. Se estima que más del 20% de las 7,7 millones de especies de la Tierra pueden desaparecer. Eso se traduciría en alrededor de 1,5 millones de especies que entrarían en esa cornisa que divide la vida de la muerte. Sin embargo, para ingresar en la categoría de “peligro de extinción” todos los representantes de ese conjunto de animales deben correr riesgo de morir sin dejar descendencia, por eso puede haber calificaciones que no los contemplan.


Entre los animales más emblemáticos que integran esa lista están: "gorila de montaña" (sólo quedan dos poblaciones en libertad en África Oriental); el "oso polar" (habita el Hemisferio Norte y es el único gran predador del Ártico); el "visón europeo" (se estima que quedan 500 ejemplares); el "tigre de Sumatra" (en peligro por caza furtiva y la reducción del hábitat de la jungla); el "rinoceronte blanco" (quedarían sólo 18.000 ejemplares en África); el "leopardo de las nieves" (habita en Asia Central); el "ocelote" (perdió gran parte de su hábitat y el víctima de la cacería ilegal); el "chimpancé" (su población disminuye por la desaparición de los bosques a causa de la minería, la ganadería y la tala en África); el "pangolín" ( víctimas del comercio ilegal a gran escala para alimentar la demanda de su carne en Asia); el "orangután de Borneo" (habría en total unos 14 mil individuos); el "ajolote" (especie típica de México); el "atún rojo" (la sobre explotación en el Atlántico Norte y sus mares adyacentes lo está haciendo desaparecer); el "oso pardo europeo" (con escasas poblaciones aisladas entre sí, lo que limita su reproducción); el "guacamayo rojo" (en peligro de extinción en libertad, pero aún en cautividad hay muchos ejemplares).


Ya en la geografía argentina, además del yaguareté, figuran en peligro las siguientes especies: el "pudú" (amenazado por la pérdida y fragmentación del hábitat, los atropellamientos en rutas, la depredación por perros, la caza ilegal y el impacto de especies exóticas invasoras); el "huemul" (se calcula que habría 1.500 ejemplares en el área patagónica de la cordillera de los Andes); el "aguará guazú" (la cacería, el atropellamiento en rutas, la modificación de su hábitat, y el contagio de enfermedades por cánidos domésticos lo ponen en peligro); la "ballena franca austral" (´por la caza indiscriminada. su población original se redujo hasta en un 90 % del el siglo XIX); el "cóndor andino" (amenazado por envenenamiento por consumo de cebos tóxicos), y el "pingüino de Magallanes" (afectado por el cambio climático, las interacciones con las pesquerías, la contaminación por hidrocarburos, el turismo no controlado, entre otros factores).






La diversidad biológica -que tiene su propio día conmemorativo, el 22 de mayo- sustenta la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia, la salud y la resistencia al cambio climático. Se calcula que alrededor de 3.000 millones de personas consumen pescado para el 20% de su ingesta de proteínas animales, y el 80% de las poblaciones rurales de los países en desarrollo dependen de la medicina basada en plantas. Sin embargo, la destrucción de los hábitats naturales también está aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, por lo que la preservación de la biodiversidad es un factor clave para la salud mundial.


En ese sentido, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Antonio Guterres hizo un llamamiento para que se aplique urgentemente el "Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal", un acuerdo histórico adoptado para detener e invertir la pérdida de naturaleza para 2030. En ese contexto, los Estados, las empresas y las sociedades deberían cumplir (y hacer cumplir) los planes de acción nacionales sobre biodiversidad. En esa misión se debe garantizar el aumento de la financiación para la conservación, el cambio de subvenciones perjudiciales y el apoyo a las comunidades locales, los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes. “Vivir en armonía con la naturaleza y el desarrollo sostenible es el camino de la humanidad hacia un mundo mejor para todos”, dijo Guterres, haciéndose eco del tema de este año, "Armonía con la naturaleza y desarrollo sostenible".


Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el organismo internacional de protección de las especies que elabora la llamada “lista roja”, más de 40.000 especies de animales se encuentran en peligro crítico de extinción en la actualidad, según las condiciones de cada una. Este número se traduce en el 28% de las especies evaluadas. Y enumeran: serían el 13% de las aves, el 21% de los reptiles, el 26% de los mamíferos, el 41% de los anfibios, el 37% de los tiburones y rayas y el 28% de los crustáceos lo que están en estado de serio peligro.


En el mismo sentido un trabajo de investigación de 2010 concluyó que una extinción desenfrenada de especies podría generar, para el año 2050, una pérdida equivalente al 18% de la producción total de la economía global.




Desde la ONU vienen exigiendo a los países que se replanteen radicalmente su relación con la naturaleza, advirtiendo que la pérdida de biodiversidad es una crisis mundial que ninguna nación puede ignorar. Por eso, en la celebración del Día Internacional de la Biodiversidad, Guterres alertó sobre el “ritmo vertiginoso” de la degradación del mundo natural: “La biodiversidad es la base de la vida y la piedra angular del desarrollo sostenible. Sin embargo, la humanidad está destruyendo la biodiversidad a un ritmo vertiginoso, como consecuencia de la contaminación, la crisis climática, la destrucción de los ecosistemas y, en última instancia, los intereses a corto plazo que alimentan el uso insostenible de nuestro mundo natural”. Y completó con la idea de que ningún país, “por rico o poderoso que sea”, puede hacer frente a la crisis de forma aislada, ni prosperar sin la riqueza ecológica que define la vida en la Tierra. Según el titular de la ONU, “la degradación del mundo natural ya está socavando el bienestar de 3.200 millones de personas o, lo que es lo mismo, el 40 % de la humanidad”,


Quizás uno de los ejemplos más amenazados por el riesgo de extinción en Argentina sea el yaguareté (Panthera onca"), el felino más grande de América. Este bellísimo animal. que se alimenta de presas salvajes, ha tenido que mutar sus costumbres y en en los últimos años, depreda ocasionalmente animales de granja y mascotas debido a la pérdida de su hábitat natural, lo que afecta la convivencia con la especie humana.  Por eso, el Programa de la ONU ara el Desarrollo (PNUD) en Argentina, el gobierno de Misiones, la empresa Río Uruguay Seguros y la ONG Aves Argentinas diseñaron el primer seguro de yaguareté. Ese seguro "compensa" a los productores ganaderos ante la muerte de animales causada por la depredación del felino y, con eso, desalentaron su aniquilamiento. Sin embargo, los números son alarmantes y se encuentra en peligro crítico de extinción: hay menos de 250 adultos en toda el país, divididos en tres poblaciones distintas: Yungas de Salta y Jujuy, Región Chaqueña y porciones de la Selva Misionera. La caza furtiva y la destrucción de su hábitat natural provocaron que el felino pierda más del 95% de su área de distribución histórica. Existen otras iniciativas para preservarlo: por ejemplo, el "Proyecto Yaguareté", que diseña estrategias de conservación de su hábitat, realizando actividades de rescate y generando conciencia y compromiso entre la población local. Además, 14 países de América Latina se han unido para la conservación del yaguareté. Pero el peligro de su extinción está latente.





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