Brasil: La debacle de Bolsonaro, condenado por el intento de Golpe contra Lula
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Junto a otros siete acusados, el ex presidente fue sentenciado a 27 años de prisión por el plan desestabilizador de enero de 2023. Es la primera vez en la historia brasileña que ocurre algo así. El gobierno de Trump amenaza con represalias. Pero Da Silva dice que no le teme.
Por Gabriel Michi

Ostentó todo el poder. Y corrió todos los límites. Incluso algunos que lo colocaron al borde de la legalidad. Pero hubo una acción de esas tan polémicas que es la más grave de todas. Y así lo entendió la Justicia. El hecho de haber participado en la orquestación de un siniestro intento de Golpe de Estado es, sin duda, uno de los peores delitos de alguien se se supone llegó a lo más alto del poder político de un país por el voto popular. Y que cuando la voluntad mayoritaria decidió por otro candidato, decide romper las reglas de juego, atentar contra la democracia y alentar un golpe institucional. De eso se trata la histórica condena a 27 años y tres meses de prisión que recibió el ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro (70) -junto a otros siete imputados- por la intentona golpista contra el gobierno de Luis Inácio "Lula" Da Silva.
El ultraderechista Bolsonaro -que ya cumple con prisión domiciliaria con una pulsera electrónica para evitar su fuga- fue declarado "culpable" -por 4 votos contra 1- de haber participado del planeamiento de un pretendido Golpe de Estado contra "Lula", tras desconocer el resultado de las urnas (en 2022) e incentivar una insurrección militar y civil contra el presidente electo. Todo eso terminó en bloqueos en rutas, campamentos de protestas, hechos de violencia de todo tipo y la toma de los edificios de los tres poderes del Estado en Brasilia el 8 de enero de 2023, una semana después de la asunción de "Lula". Bolsonaro no participó del traspaso del poder porque estaba en EE.UU:
La sentencia condenatoria -repudiada por el gobierno de EE.UU. de Donald Trump- fue emitida por un panel de cinco jueces de la Corte Suprema de Brasil: a favor de la culpabilidad votaron los magistrados Alexandre de Moraes (juez relator que encima también era víctima de esta trama golpista ya que entre los insurrectos se llegó a hablar de su asesinato como también del de "Lula"), Flavio Dino, Carmen Lucía y Cristiano Zanín. El único magistrado que se inclinó por la absolución (e incluso por la nulidad del juicio) fue Luiz Fux. Es la primera vez en la historia de Brasil que un ex presidente es condenado por atacar la democracia.
La jueza Carmen Lucía dijo;: "Este caso penal es casi un encuentro entre Brasil y su pasado, su presente y su futuro", antes de votar para condenar a Bolsonaro, refiriéndose a una historia marcada por golpes militares e intentos de derrocar la democracia. Los cuatro jueces que se inclinaron por responsabilizar al líder ultraderechista señalaron que hay amplia evidencia de que Bolsonaro actuó con el propósito de erosionar la democracia y las instituciones. Esos magistrados votaron para condenar al ex presidente por cinco delitos: "participar en una organización criminal armada"; "intentar abolir violentamente la democracia"; "organizar un Golpe de Estado"; "dañar propiedad gubernamental" y "bienes culturales protegidos".
La condena de Bolsonaro, un ex capitán del ejército que fue durante tres décadas un ignoto diputado y que nunca ocultó su admiración por la dictadura militar que mató a cientos de brasileños entre 1964 y 1985, es un fuerte golpe para la extrema derecha internacional que ya alistó otras derrotas judiciales contra otros líderes como la francesa Marine Le Pen -inhabilitada para ser votada- y el filipino Rodrigo Duterte -detenido por la Corte Penal Internacional por violaciones a los Derechos Humanos-. El gobierno de Donald Trump -quien había calificado el caso de "caza de brujas"- ya avisó sobre su rechazo al procedimiento judicial contra Bolsonaro y ahora su secretario de Estado, Marco Rubio, amenazó con que va a haber consecuencias contra Brasil. De hecho, incluso antes de que se conozca la condena, EE.UU. impuso aranceles del 50% a la importación de productos brasileños no por cuestiones comerciales sino en rechazo a la causa judicial contra Bolsonaro. Además anunció sanciones contra el juez Alexandre de Moraes y la revocación de visas para la mayoría de los magistrados del alto tribunal.

Mientras observaba la condena de su padre desde Estados Unidos, el congresista brasileño Eduardo Bolsonaro dijo que esperaba que Trump considerara imponer más sanciones a Brasil y a sus jueces de la Corte Suprema. En ese sentido, Marco Rubio, señaló que tribunal había "dictaminado injustamente" y agregó: "Estados Unidos responderá en consecuencia a esta 'caza de brujas'".
Frente a ello, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil emitió un comunicado en el que calificó el comentario de Rubio como una amenaza que "ataca a la autoridad brasileña e ignora los hechos y la evidencia contundente que consta en los registros". La Cancillería afirmó que la democracia brasileña no se dejaría intimidar por Estados Unidos. El presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva también dijo que no teme nuevas sanciones del gobierno de Trump horas antes de que se confirmara la condena de Bolsonaro. La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, afirmó que la condena "garantiza que nadie se atreva nuevamente a atacar el Estado de derecho ni la voluntad del pueblo expresada en las urnas".
Como se mencionó, el veredicto no fue unánime. El juez Luiz Fux -designado en la Corte por la ex presidenta Dilma Roussef- rompió el miércoles con sus pares al absolver al ex presidente de todos los cargos y cuestionar la jurisdicción del tribunal. Ese único voto podría abrir la puerta a impugnaciones del fallo, lo que podría acercar la conclusión del juicio a las elecciones presidenciales de octubre de 2026. Bolsonaro reiteró en varias ocasiones que se presentará como candidato a esas elecciones a pesar de tener prohibido presentarse a cargos públicos. Sus abogados aseguraron que la sentencia “fue absurdamente excesiva” y que presentarán los recursos correspondientes.
La debacle de Bolsonaro, que permanece detenido en su domicilio con la pulsera electrónica, marca el piso de su sinuosa trayectoria. Una carrera que lo llevó desde los escaños más bajos del Congreso hasta la creación de una poderosa coalición conservadora que puso a prueba los límites de las instituciones democráticas del país. Su trayectoria política comenzó en la década de 1980 en el ayuntamiento de Río de Janeiro, tras una breve carrera como paracaidista del Ejército. Fue durante tres décadas congresista en Brasilia, donde sólo se hizo conocido por sus escandalosas defensas de la dictadura. A tal punto que cuando se llevó adelante el polémico juicio político que destituyó a Dilma Roussef, el dedicó su voto al militar que torturó a la presidenta en su juventud, mientras estuvo ilegalmente detenida por ese régimen criminal militar. En una entrevista, Bolsonaro llegó a decir que Brasil sólo cambiaría "el día que estalle una guerra civil aquí y hagamos el trabajo que el régimen militar no hizo: matar a 30.000 personas".
Durante años fue considerado un actor menor de la política brasileña pero la proscripción de "Lula" Da Silva por una causa judicial que luego fue anulada, le dio la posibilidad a este ex militar de llegar al poder con un mensaje conservador, apoyado especialmente por la poderosa Iglesia Evangélica, que se asentó en la supuesta defensa de valores familiares tradicionales. Pero también encontró terreno fértil durante las protestas masivas que estallaron en todo Brasil en 2014 y 2015 en medio del extenso escándalo de corrupción "Lava Jato", que salpicó a cientos de políticos, incluido el presidente da Silva, cuya polémica condena fue posteriormente anulada, tras un proceso instruido por el juez Sergio Moro, quien luego se convertiría en ministro de Justicia de Bolsonaro. La indignación antisistema allanó el camino para su exitosa campaña presidencial de 2018, con decenas de legisladores de extrema derecha y conservadores elegidos gracias a su apoyo, que transformaron al Congreso en un obstáculo permanente para la agenda progresista de "Lula". Además, un atentado que sufrió en un acto de campaña, también ayudó a catapultar la candidatura de Bolsonaro hacia el triunfo frente al referente del PT, Fernando Haddad, quien cumplió esa misión por la proscripción y encarcelamiento de "Lula" .
La presidencia de Bolsonaro estuvo marcada por un intenso escepticismo hacia las vacunas durante la pandemia y una aceptación de la minería ilegal y la ganadería en la selva amazónica, donde la deforestación aumentó, además de una escandalosa y peligrosa liberalización del uso de armas entre los civiles. Mientras enfrentaba una dura campaña de reelección contra "Lula" en 2022 (que el PT finalmente ganó), los comentarios de Bolsonaro adquirieron un carácter cada vez más mesiánico, lo que generó inquietudes sobre su disposición a aceptar los resultados. "Tengo tres alternativas para mi futuro: ser arrestado, asesinado o la victoria", dijo en una reunión de líderes evangélicos en 2021. "Ningún hombre en la Tierra me amenazará".
En 2023, el tribunal electoral de Brasil inhabilitó a Jair Bolsonaro para ejercer cargos públicos hasta 2030 por hacer afirmaciones infundadas sobre el sistema de votación electrónica del país, elemento que fue clave en la agitación que derivó en los ataques contra los edificios públicos de Brasilia, el 8 de enero de 2023.
La Corte Suprema también decidió condenar a siete aliados de Bolsonaro, incluidos cinco oficiales militares. Seis de los ocho condenados son de las Fuerzas Armadas. Además de Bolsonaro, está el excomandante de la Marina Almir Garnier. También hay tres generales de la reserva en la lista: Augusto Heleno, Paulo Sérgio Nogueira y Walter Braga Netto. Los cuatro fueron condenados a penas de entre 19 y 26 años de cárcel.
El veredicto marca la primera vez desde que Brasil se convirtió en una república hace casi 140 años que oficiales militares han sido castigados por intentar derrocar la democracia . El juicio es una llamada de atención para las fuerzas armadas, quienes deben aprender de una vez que la democracia no se negocia. Y que las actitudes golpistas van a ser condenadas. Algo que debería hacer reflexionar al propio Jair Bolsonaro, el presidente que llegó al poder por las urnas pero que luego quiso violar la voluntad popular. El hombre que marca un hito en la historia de Brasil: la del primer mandatario condenado por atentar contra la democracia.

LOS OTROS CONDENADOS
1. Mauro Cid:
Teniente coronel y antiguo edecán de Bolsonaro. Hizo un acuerdo de colaboración con la Justicia y su testimonio sirvió de base para la investigación.
2. Almir Garnier:
Almirante y excomandante de la Marina. Según la investigación, apoyó presuntamente el plan golpista de Bolsonaro para anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2022, en las que "Lula" se impuso a Bolsonaro.
3. Walter Braga Netto:
En prisión preventiva desde diciembre de 2024, Braga Netto es general de la reserva del Ejército y fue ministro de la Presidencia y de Defensa con Bolsonaro. En las elecciones de 2022, fue su candidato a vicepresidente.
4. Paulo Sérgio Nogueira:
También general retirado del Ejército, actuó como ministro de Defensa con Bolsonaro. La acusación defiende que apoyó la idea de intervenir la Justicia Electoral y que sirvió de puente entre Bolsonaro y la cúpula militar.
5. Anderson Torres:
Fue ministro de Justicia hasta diciembre de 2022 y al mes siguiente asumió la Secretaría de Seguridad de Brasilia, poco antes del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas invadieron las sedes de los tres poderes en el último intento por derrocar a "Lula". La Policía encontró en su casa un borrador del decreto presidencial que planteaba una "intervención militar" sobre la Justicia Electoral.
6. Augusto Heleno:
General de la reserva del Ejército. Fue ministro de la Seguridad Institucional en el Gobierno de Bolsonaro. La Fiscalía lo acusó de elaborar un plan para incumplir órdenes judiciales y propagar sospechas infundadas sobre los comicios. Los investigadores sostienen que, de haber triunfado el golpe, él habría sido el "jefe del gabinete de crisis" instaurado para conducir el país.
7. Alexandre Ramagem:
Fue comisario de la Policía Federal y actualmente es diputado. Dirigió la Agencia Brasileña de Inteligencia durante la Administración de Bolsonaro. Tuvo un "papel importante" a la hora de crear un estado de opinión que pusiera en duda la legitimidad de las elecciones, además de construir un servicio secreto paralelo para monitorear a adversarios políticos. En su caso, parte de las acusaciones están suspendidas por su condición de aforado como diputado y se retomarán cuando termine su mandato.
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