En Río de Janeiro cuatro sicarios asesinaron a tiros a tres médicos e hirieron a otro. A uno de ellos lo confundieron con un rival. Entre los galenos estaba el hermano de una diputada. Para evitar que la Policía ingrese a las favelas bajo su control, el cártel ejecutó a los homicidas.
Por Gabriel Michi
Río de Janeiro se vistió de sangre. Desde hace tiempo pero en las últimas horas un nuevo capítulo de violencia extrema (o varios en una misma saga) pusieron al desnudo una realidad dramática. La historia comenzó con el asesinato de tres médicos (otro quedó herido de gravedad) mientras tomaban unas cervezas en un bar de la elegante Barra de Tijuca. En un principio se pensó que el crimen -con más de 30 disparos- había tenido connotaciones políticas porque uno de los galenos ultimados era hermano de una diputada nacional y cuñado de otro legislador, ambos del PSOL, partido aliado al presidente Lula Da Silva, quien ordenó que la investigación sea supervisada por la Policía Federal. A las horas de estallado este caso que conmocionó a todo Brasil, los cuatro sospechosos del ataque -que formaban parte de la banda Gardenia Azul- aparecieron asesinados en dos vehículos en el Oeste de Río de Janeiro. Aparentemente los criminales habían cometido un error, confundiendo a uno de los médicos (por su parecido físico) con un narco rival que vive en la zona y que acaba de ser liberado hace unos días. Ese "error" fue muy mal recibido por el peligrosísimo Comando Vermelho quien decidió ejecutar a los asesinos, como una especie de venganza pero también de "ofrenda" a la Policía para evitar que ingresen para buscarlos en las favelas que ellos dominan.
Fue la Policía Civil la que encontró los cuatro cuerpos de los asesinos. Estaban en dos vehículos y en zonas diferentes. Uno en el baúl de un auto en el ingreso al barrio Gardenia. Los otros tres en otro vehículo a varias cuadras de allí. Todos ellos formaban parte del grupo criminal Gardenia Azul. Fueron identificados por los seudónimos Ryan, Petro Foso, BMW y Lesk, quien era el jefe de la banda y cuyo nombre verdadero era Phillip Motta Pereira.
Según trascendió los criminales habían recibido la información de que en las mesas exteriores del bar Naná 2 -en el paseo marítimo de Barra de Tijuca- estaba sentado Taillon de Alcántara Pereira Barbosa (26), de la milicia rival Rio Das Pedras, quien acababa de conseguir la libertad condicional el 26 de septiembre pasado y que vive en un departamento a 220 metros del lugar. La confusión habría partido del parecido físico que ese hombre tendría con el ortopedista Perseu Ribeiro Almeida (33), quien fue uno de los galenos asesinados. Y, allí fueron a atacarlos con más de 20 disparos, antes de huir hacia la famosa favela -por la película homónima- Cidade de Deus.
En el brutal ataque, además de fallecer Perseu Ribeiro Almeida, y quedar herido Daniel Proença (32) , murieron los traumatólogos Marcos Corato (62) -quien era director del Instituto de Ortopedia y Traumatología del Hospital de Clínicas de la Universidad de San Pablo, el mayor hospital público de América Latina- y Diego Bomfim (35) -hermano de la diputada federal Samia Bomfin, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y cuñado del también legislador nacional Glauber Braga, famoso por sus discursos contra las milicias de Río de Janeiro, los grupos parapoliciales de ultraderecha conocidos como escuadrones de la muerte que le disputan negocios a los narcos-. Fue por esto último que en un primer momento se sospechó que la matanza podría tener connotaciones políticas. Y frente a eso el gobierno de Luis Inácio "Lula" Da Silva instruyó a la Policía Federal para que colabore con la investigación,
El caso escaló en la opinión pública y ocupó la primera plana de todos los medios, mientras se desplegaba un enorme operativo para dar con los asesinos en fuga. Según trascendió eso despertó la alerta de los jefes del Comando Vermelho, que recurrieron a la formación inmediata de un "Tribunal de trata" que decidió la ejecución de los criminales del grupo aliado Gardenia Azul, con el famoso Lenk a la cabeza. Los convocaron a la favela Penha -una de las más grandes bajo su control junto con Alemao- y allí les dieron muerte por su imperdonable error en la matanza de los médicos. Eso sería también una supuesta demostración de "buena fe" hacia la Policía para evitar que ingresen en sus territorios. Una especie de "ofrenda" y/o "sacrificio" para evitar un masivo allanamiento o redada en esas favelas donde son amos y señores.
Las "narcomilicias" como Gardenia Azul -muchas integradas por ex miembros exonerados de las fuerzas de seguridad- que crecieron por doquier en Río de Janeiro, suelen financiarse no sólo con el negocio de las drogas sino también en la extorsión a comerciantes a los que les exigen el pago de un peaje para garantizarles compulsivamente "protección". En 2021 se unieron narcos y milicias después de años de enfrentamientos, y uno de los articuladores fue justamente Lenk, el líder que acaba de ser asesinado por el "error". Gardenia Azul forma parte del entramado de bandas que son aliados locales del Comando Vermelho (CV), el cártel más grande que opera en Brasil y que compite con el también peligroso Primer Comando Capital a nivel nacional; y el Terceiro Comando Puro (TCP, Tercer Comando Puro) y Amigos Dos Amigos (ADA, Amigos de los Amigos), a nivel local carioca.
El "Comando Rojo", tal su traducción al español fue creado en 1979 por Rogério Lemgruber en la prisión de Ilha Grande. Si bien su principal dominio es Río de Janeiro (a diferencia del PCC que es más fuerte en San Pablo) ya extendió sus tentáculos a Bolivia, Perú, Paraguay, Ecuador, Colombia y hasta Argentina. Se calcula que hoy contaría con 50.000 o 60.000 miembros sólo en Brasil.
En tanto, la banda Gardenia Azul -de la que formaban parte los criminales asesinados- tuvo su origen en una barriada pobre homónima del Oeste de Río de Janeiro. Este grupo criminal está conformado por milicias (grupos paramilitares, normalmente formados por ex policías, bomberos o militares) en el que por años hubo enfrentamientos con el narcotráfico con el que luego pactaron. En su caso, vinculándose con el Comando Vermelho.
Según un estudio del Geni/UFF, en Río de Janeiro, dos millones de personas viven bajo el yugo del narcotráfico y otros 1,7 millones son rehenes de la milicia. En ese contexto es que aparece este caso de violencia extrema, donde primero asesinan a unos médicos por una confusión y después esos criminales son ultimados por el grupo delincuencial del que forman parte, como un nuevo mensaje mafioso. Allí en la "Cidade De Deus" y del Cristo Redentor, la misma que por momentos parece un infierno,
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