top of page

COP 30: Un grito desesperado por el medio ambiente pero sumergido en el escepticismo

  • Foto del escritor: MundoNews
    MundoNews
  • hace 2 días
  • 6 Min. de lectura

La Cumbre Climática que se desarrolla en la ciudad brasileña de Belem comenzó con un llamamiento a la conciencia de los poderosos, aunque con objetivos cada vez más acotados.


Por Gabriel Michi



LÍDERES DE 190 PAÍSES PARTICIOPAN DE UNA COP 30 QUE LLEGA PLAGADA DE INTERROGANTES Y DUDAS.
LÍDERES DE 190 PAÍSES PARTICIOPAN DE UNA COP 30 QUE LLEGA PLAGADA DE INTERROGANTES Y DUDAS.


Demasiada promesas, Demasiados incumplimientos. Con esa lamentable experiencia comenzó la Cumbre Climática COP30 en la ciudad brasileña de Belem. Esa situación bajó la vara de las expectativas de lo que pueda llegar a ocurrir en ese encuentro ya que en el pasado -en las reuniones similares- los países asumieron un sinnúmero de compromisos que luego incumplieron. Por eso, ahora los objetivos parecen ser menores, de una escala más reducida, con la idea de que quizás así se puedan sostener y respetar. El secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, instó a las naciones a cooperar en lugar de luchar por las prioridades, ya que los esfuerzos para limitar el calentamiento global se ven amenazados por un consenso internacional cada vez más fragmentado. Y eso, de por sí, ya implica un retroceso. "En este escenario de la COP30, su trabajo aquí no es luchar unos contra otros, sino luchar juntos contra esta crisis climática", dijo Stiell, responsable climático de la ONU, a los delegados de más de 190 países asistentes, en donde el gran ausente es el gobierno de Donald Trump.


Brasil, país anfitrión, debió utilizar su cintura política para evitar que todo quede en un limbo de palabras bellas pero incumplibles. Y así consiguió construir un acuerdo sobre la agenda de la Cumbre que se desarrolla en esa emblemática ciudad amazónica. ¿Qué hizo? Le puso un freno los intentos de los bloques negociadores de países en desarrollo que buscaban introducir a la fuerza temas polémicos como la financiación climática y los impuestos sobre el carbono en las conversaciones, algo que dilataría cualquier decisión y lo sumergiría en un terreno fangoso y plagado de incertidumbres.


Aun así, no está claro si se va a llegar a un consenso final cuando concluya el evento ya que el escenario internacional está muy convulsionado y, encima, hay un esfuerzo evidente del gobierno de los EE.UU. para obstruir cualquier avance en la transición hacia las energías limpias. El propio Donald Trump hace años que viene siendo un negacionista del cambio climático, a tal punto que en su primera Presidencia retiró a su país del Acuerdo de París. Y siempre ha bregado por potenciar el uso de las energías tradicionales -pese a ser tan contaminantes- en beneficio de la economía de los Estados Unidos. Por eso, el gobierno estadounidense -país que junto a China son los mayores contaminantes del planeta- es el gran ausente en esta Cumbre, aunque si se hicieron presentes referentes de la oposición demócrata.


Algunos países, entre ellos Brasil, atentos a los fracasos anteriores, han sugerido que los países se centren en esfuerzos más pequeños que no necesiten consenso, como el tema de la lucha contra la deforestación -preocupación central en la propia Amazonia donde hoy se celebra el encuentro mundial-, sabiendo que el antecedente son años de cumbres de la COP en las que se hicieron grandes promesas que luego quedaron muchas sin cumplir.


El propio representante de la ONU señaló que estas tres décadas de negociaciones en las que intervino esa organización habían ayudado a reducir la curva de calentamiento proyectado. Según Simon Stiell “gracias a los acuerdos alcanzados en foros como este, con la legislación gubernamental y la respuesta de los mercados. Pero no quiero endulzar la realidad. Todavía nos queda mucho trabajo por hacer”.


Y ese "mucho por hacer" queda demostrado en un nuevo análisis de la ONU sobre los planes de reducción de emisiones de los países. En el estudio se estimó que los gases de efecto invernadero a nivel mundial disminuirían un 12% para 2035 con respecto a los niveles de 2019, mejorando una estimación anterior del 10% publicada el mes pasado. Sin embargo, está muy por debajo de las necesidades de sostenibilidad que requiere la Tierra. Esta nueva cifra tiene en cuenta los compromisos más recientes, incluidos los de China y la UE, pero aún se queda corta respecto a la reducción del 60% de las emisiones necesaria para 2035 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de las temperaturas preindustriales, el umbral más allá del cual los científicos afirman que el cambio climático desencadenaría impactos mucho más graves. Es decir, muy lejos de esas necesidades imperiosas.


En ese contexto, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la Cumbre, advirtió sobre los intereses que intentan ocultar los peligros del cambio climático. "Atacan las instituciones, la ciencia, las universidades. Es hora de infligir otra derrota a los negacionistas", en un claro mensaje contra Donald Trump. Y es que el mayor emisor histórico de gases de efecto invernadero del mundo —Estados Unidos— optó por ausentarse de la Cumbre, acorde a la postura negacionista del presidente republicano quien -pese a las indiscutibles pruebas científicas- sigue sosteniendo que el cambio climático es un engaño que forma parte de la agenda "woke". Quienes si se harán presente son referentes de la oposición demócrata de los EE.UU. como el gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grishams. Newson arremetió -con un misil directo a Trump- diciendo: "¿Qué demonios está pasando aquí? Estamos en Brasil, uno de nuestros principales socios comerciales, una de las mayores democracias del Mundo. Vamos, que es la cuna de todos los metales de tierras raras que necesitamos. Este es el país con el que deberíamos estar colaborando en lugar de ignorarlo con aranceles del 50%”. Se refería a los aranceles impuestos por la administración Trump.


El presidente de la COP30, Andre Correa do Lago, expresó: "Creo que la ausencia de Estados Unidos... ha abierto cierto espacio para que el Mundo vea lo que están haciendo los países en desarrollo". En tanto, Alemania afirmó que los países europeos presionarían para que se asumieran compromisos que frenaran el uso de combustibles fósiles, un objetivo promovido por Lula y que fue eje central de los compromisos asumidos en cumbres anteriores. El viceministro alemán Jochen Flasbarth prometió: "Abogaremos por algo firme. No queremos seguir el camino del presidente Trump y acusar a otros de estar equivocados. Queremos escuchar". Y su palabra es clave ya que representa a la principal potencia europea.


Al desesperado grito de los organizadores se sumaron los líderes indígenas, quienes llegaron el domingo en barco tras recorrer unos 3.000 km desde los Andes y que suelen ser las víctimas más directas y vulnerables de los depredadores de la naturaleza. Ellos exigen mayor participación en la gestión de sus territorios ante la escalada del cambio climático y la expansión de industrias como la minería, la tala y la extracción de petróleo en los bosques. Pablo Inuma Flores, líder indígena de Perú. expresó: “Queremos asegurarnos de que no se queden en promesas, que empiecen a proteger, porque nosotros, como pueblos indígenas, somos quienes sufrimos los impactos del cambio climático”.


También entró en la agenda de las prioridades a atender lo que está ocurriendo con los glaciares. Científicos de docenas de universidades e instituciones científicas internacionales dieron la voz de alarma ante los deshielos provocados por el calentamiento global a raíz de la contaminación producida por los gases de efecto invernadero., En una carta dirigida a la COP30 denunciaron;: "La criósfera se está desestabilizando a un ritmo alarmante. Las tensiones geopolíticas o los intereses nacionales a corto plazo no deben eclipsar la COP30. El cambio climático es el desafío definitorio de seguridad y estabilidad de nuestro tiempo". en el contexto de esta Cumbre también se presentará un estudio -publicado en la prestigiosa revista Nature- en el que se muestran cuáles son las ciudades que corren el riesgo de quedar bajo sumergidas por el crecimiento de los mares por los deshielos de aquí al 2030 -son 7, 6 asiáticas y Río de Janeiro, donde el agua podría entrar hasta 2 kilómetros en la tierra- y de aquí hasta 2100 -en la que incluso figura en riesgo la argentina Mar del Plata y la uruguaya Punta del Este-.


Frente a ese panorama desolador, pocas son las expectativas de lo que pueda ocurrir en el COP 30 de Belén. Pese a las evidencias empíricas y dramáticas que el cambio climático está dejando con su paso arrollador: las inclemencias meteorológicas extremas provocaron efectos devastadores en todo el mundo, con daños globales que ascienden a unos 651.000 millones de dólares, que han afectado a 1.600 millones de personas solo entre 2000 y 2019, según datos del Banco Mundial. Pero, aun así, y pese al grito desesperado de la Tierra, el escepticismo reina. En otra muestra más de cómo el Hombre se sentencia a sí mismo. Y de cómo los más poderosos son los sicarios de la Humanidad.



LA DEFORESTACION SERÁ UNO DE LOS TEMAS CENTRALES DE LA COP 30 QUE SE CELEBRA EL BELEM, UNA CIUDAD UBICADA EN LA CASTIGADA AMAZONIA BRASILEÑA.
LA DEFORESTACION SERÁ UNO DE LOS TEMAS CENTRALES DE LA COP 30 QUE SE CELEBRA EL BELEM, UNA CIUDAD UBICADA EN LA CASTIGADA AMAZONIA BRASILEÑA.

Comentarios


bottom of page