La "industria sin chimeneas" es sinónimo de placer y negocios para muchos. Pero en algunos lugares le complica la vida a los residentes locales y hasta los deja sin techo. El caso de las Canarias donde hay personas que tuvieron que mudarse a autos y cuevas. Otros ejemplos.
Por Gabriel Michi
El turismo es sinónimo de placer, relax, entretenimiento. Y también de negocios, trabajo y supervivencia. Pero para algunas personas el turismo se traduce en complicaciones para su existencia y hasta en la posibilidad de quedarse sin un techo adonde vivir. Más cuando los destinos son los más requeridos por los visitantes y la saturación de turistas pone en jaque a los locales. Por eso, tal como informó MundoNews en septiembre de 2023, cada vez más ciudades colocan distintos obstáculos -como por ejemplo el pago de tasas- para desalentar las llegadas masivas de turistas. Pero no sólo eso: en determinados lugares ya hay movimientos muy fuertes en rechazo del arribo excesivo de turistas ya que le complican la vida a muchos habitantes. Así, por ejemplo, se han extendido las protestas y huelgas en las Islas Canarias (España) porque se ha llegado al extremo de que residentes locales terminen durmiendo en autos y hasta en cuevas porque no tienen acceso a una vivienda debido a las altas rentas empujadas para arriba por el turismo desmedido que suele ser más rentable para los propietarios. Por eso y por otros motivos es que se plantea la necesidad de avanzar hacia un "turismo sustentable" (en todos los aspectos), sobre todo en un escenario en el que se estima que en este 2024 se superarán los récords pre-pandemia, y se movilizarán más de 1.300 millones de visitantes internacionales por el Mundo, generando cerca del 10% del PBI global (unos 10 billones de dólares).
Según denuncian los activistas que han tomado esta bandera, el turismo excesivo está arruinando la vida en las zonas más visitadas por los foráneos. Es más, un grupo de personas de la isla de Tenerife realizan una huelga de hambre contra la construcción de dos nuevos hoteles, "La Tejita" y "Cuna del Alma" en la zona del Puertito de Adeje. Y otros, como se mencionó, no tuvieron más remedio que refugiarse en vehículos o cuevas naturales porque se les hace imposible enfrentar el precio de un alquiler ante el alza de precios por la demanda turística. Un dato: en 2023, el archipiélago canario atrajo a 14,1 millones de visitantes extranjeros, un récord para la región.
Toda esta situación ha movilizado a al colectivo "Canarias se agota" que anunció una serie de manifestaciones para el 20 de abril tanto en Tenerife, como en Gran Canaria, Lanzarote y La Palma bajo el lema "Canarias tiene un límite". Rubén Zerpa, miembro de la agrupación, señaló: "En estas islas siempre hemos acogido muy bien a los turistas, pero queremos un turismo más sostenible. Tenerife es una isla pequeña con recursos limitados. Las carreteras están saturadas de tráfico, hay una emergencia hidráulica y los hoteles están llenos". Pero no sólo en esas cuestiones las Islas Canarias están al borde de colapso. El precio de los alquileres se ha disparado de tal manera que se vuelve inalcanzable para gran parte de la población. El propio Zerpa lo grafica en su situación personal: "Gano unos 900 euros y vivo con mi pareja, pero el alquiler es de 800 euros al mes. Eso en Santa Cruz de Tenerife, que ni siquiera es una de las zonas más caras de la isla".
En el mismo sentido, Iván Cerdena Molina, que colabora en la organización de las protestas, denuncia que hay habitantes de la isla que se ven obligados a dormir en coches e incluso en cuevas, ya que los operadores turísticos se "apoderan" de las viviendas: "No tenemos nada en contra de los turistas a título individual, pero la industria crece y crece, y consume muchos recursos. La isla no da abasto", explica. Y, tal como ocurrió en otras partes del Mundo -en las que decidieron poner regulaciones a las plataformas de alquiler temporario frente a las complicaciones para los inquilinos locales- en el caso de Canarias esas empresas también aparecen en el centro del conflicto. "Airbnb y Booking son como un cáncer que está consumiendo la isla poco a poco", expresan consideran algunos manifestantes en contra de la saturación turística.
Además del tema de la escasez de viviendas, aparecen otros problemas generados por el turismo de masas. Hay quienes argumentan que no sólo las Islas Canarias están colapsando socialmente sino que también lo está haciendo en su medioambiente. Según un informe de "Ecologistas en Acción", la afluencia masiva de turistas está ejerciendo presión sobre los servicios sanitarios, la gestión de residuos, el suministro de agua y la biodiversidad. Y, además, casi el 34% de la población local, cerca de 800.000 personas, está en riesgo de pobreza o exclusión social.
La situación es tan compleja que hasta hay lugares donde los residentes pusieron carteles y pegatinas con frases como "cerrado por masificación", con la idea de que los turistas se alejen de allí. En otros sitios muy populares y concurridos aparecieron letreros con la leyenda "Prohibido el paso" cerca de populares lugares reconocidos por su belleza de la isla de Lanzarote. En más, en algunas zonas llegaron a cerrarlos con cadenas. Y en la redes sociales algunos activistas llegaron a publicar: "Es hora de boicotear, con las herramientas a nuestro alcance, la actividad turística que nos está expulsando de nuestra propia tierra". Pero, sin duda, ciertas expresiones sorprendieron -más teniendo en cuenta que las Islas Canarias viven en gran parte del turismo, la actividad económica que más impacta en el PBI español- porque en ciertos sitios se llegó a leer inscripciones que decían "Turista, vete a casa" y otrasque ironizaba: "Mi miseria, tu paraíso".
Además de los enojos de los residentes locales, hay que sumar que distintos países y ciudades han decidido extender una tasa turística, con fines recaudatorios pero sobre todo para aminorar el número de visitantes. A veces se cobra un recargo a extranjeros que quieren visitarlos, que, generalmente, se aplica al valor de los boletos de avión u hoteles. Europa es un claro ejemplo de esta medida: países con un gran flujo turístico como España, Portugal, Francia, Alemania, Países Bajos e Italia ya aplican ese "peaje" de entrada. Y, ahora, la cosa parece ir un poco más allá: a nivel de ciudades. Y el ejemplo está dado por la icónica ciudad de Venecia que a partir de ahora cobrará una tasa de 5 euros a los turistas que quieran visitarla.
La ciudad italiana, que abarca más de 100 islas pequeñas en una laguna del Mar Adriático, compartió un nuevo calendario en el que explican que los extranjeros que busquen ingresar, deberán reservar con antelación su visita y pagar la tasa. La medida fue impulsada por el Ayuntamiento de Venecia, tras una problemática ya vigente hace unos años: el turismo excesivo que desborda sus calles, canales y plazas. Según explicaron las autoridades, el sistema de reservas se pondrá en marcha con una prueba de 30 días durante los fines de semana de primavera y verano de 2024. Además, informaron que los viajeros tendrán que registrar su visita, aunque los que pernocten no tendrán que pagar la entrada.
Entre otras de las condiciones, aquellos que deseen entrar mediante el transporte público, están obligados a reservar con antelación. Pero hay excepciones: los residentes en la región del Véneto, los estudiantes y quienes visiten a familiares en la ciudad están excluidos de esa medida. El proyecto también se aplicará a las islas circundantes tales como Burano y Murano. Si bien el precio inicial de los billetes será de 5 euros durante el período de prueba, puede elevarse aún más en momentos de mayor afluencia turística. En caso de que el número de extranjeros que lleguen a la ciudad es bajo, deberán reservar, pero no pagar.
La tasa turística, que se impone como un pago por parte del turista y que se destina al desarrollo y promoción de las infraestructuras y actividades turísticas, o a la conservación y mejora del patrimonio del territorio, no se aplica en todos los lugares de los países donde ya rigen. Por ejemplo, en España, se cobra en Cataluña y en las Islas Baleares. Todos los alojamientos catalanes cobran esta tasa que oscila entre los 0,45 y los 2,25 euros diarios por persona, según la categoría del alojamiento y su ubicación. En Baleares, por su parte, se impone a quienes se alojen en hoteles, apartamentos turísticos, albergues y cruceros y su precio promedio es de 3 euros por persona y día.
Europa, la gran recaudadora
Además de España, en Europa esa práctica se extiende a países como Francia, Alemania, Italia o Portugal que también recaudan de esa manera a través del turismo. Algunos ejemplos:
- En Portugal eso se da especialmente en las ciudades de Lisboa y Oporto. El país luso recauda entre 1 y 2 euros por persona y noche, hasta un máximo de siete días.
- En Francia el valor varía un poco más: la tasa turística oscila entre los 0,20 y los 3 euros por persona y noche, dependiendo del establecimiento. Si hospedarse en un hotel supera el costo de 200 euros, tienen un recargo del 2%. París es la ciudad con mayor tasa.
- En Alemania, se gravan las estadías durante la noche con un 5% sobre el valor de la habitación en Berlín.
- En ciudades de Italia como Roma, Milán, Florencia o Venecia, el precio promedio es entre 1 y 3 euros.
- En Países Bajos, dormir en la ciudad de Amsterdam se encarece un 5% el gravamen turístico.
No obstante, el impuesto no sólo se aplica en Europa. En Estados Unidos, en ciudades como Nueva York también está vigente: la tasa es más cara dependiendo del hotel, pero el precio medio es de 4 euros. En otras ciudades, aumenta más de un 3% sobre el precio ofrecido por el alojamiento.
Además, países como Japón también la tienen. El precio del "Impuesto Sayonara" ronda los 1.000 yenes (6,7 dólares) que se abonan cuando se sale del país. Marruecos también aplica el tributo y los valores aumentan en función a sus estancias, al igual que otros países como Malasia, Filipinas, o Tanzania, México y Cuba que la incluyen encareciendo el precio de sus billetes de avión en lugar de sus alojamientos.
Es importante recordar que a principio de este año, una propuesta similar a la VISA de Estados Unidos comenzó a tomar fuerza: el ETIAS, un permiso para viajar a Europa. Este permiso será obligatorio para todas las personas a partir de noviembre de 2023 y tiene algunos requisitos. En primer lugar, el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes estará vigente para la "Zona Schengen" (la que integran 27 países europeos, que eliminaron los controles fronterizos entre sus ciudadanos). El objetivo es alcanzar "una mejor gestión sobre quién ingresa a las fronteras de la UE" frente a "las recientes preocupaciones de seguridad con el terrorismo y la crisis migratoria", según aseguraron en la web oficial del ETIAS. Este nuevo permiso debe ser tramitado por las personas de las 63 naciones que no forman parte de la UE, pero cuyos ciudadanos actualmente pueden ingresar al territorio "Schengen" sin necesidad de visado, países entre los que se encuentra Argentina.
Además, indicaron que el ETIAS "se hará a través un trámite online, simple y rápido y no introduce las obligaciones típicas del visado", por lo que "no será necesario acudir a un Consulado para presentar una solicitud, no se recolectarán datos biométricos, y será mucho más rápido que el trámite de una visa". Frente a la duda de si el trámite puede ser rechazado, autoridades europeas involucradas en la medida explicaron que podría haber a una entrevista personal en caso de presentarse complejidades para determinar la autenticidad de los trámites, pero se mostraron optimistas y aseguran que en más del 95% de los casos, la gestión "dará como resultado una respuesta positiva en unos pocos minutos". La solicitud se realiza de forma online en el sitio web oficial o en la aplicación móvil de ETIAS y la gestión estará disponible en todos los idiomas de las naciones miembro. Tiene un precio de 7 euros en total, excepto para los menores de 18 años, que están exentos de abonar.
Así las ciudades y los Estados van buscando una nueva forma de recaudar, en este caso a través de un tributo especial que le cobran a los turistas. Cualquier viajero deberá abonar calcular esos gastos adicionales a la hora de planificar sus tours. Pese a ser una "industria sin chimeneas" que genera enormes dividendos a los países, esta actividad suma un nuevo gasto. Y así el turismo se vuelve más selectivo. A la vez que, para algunas personas, se convierte en la peor pesadilla.
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