Si bien las miradas del Mundo estaban puestas en cómo quedaba integrado el Congreso estadounidense, las elecciones de medio término fueron acompañadas por otras consultas populares: aborto, marihuana y hasta la esclavitud también se definieron en varios Estados.
Por Gabriel Michi
Todo el Mundo tenía puesta su mirada sobre lo que podía pasar en las elecciones de medio término en la mayor potencia del planeta. El futuro del gobierno de Joe Biden puede marcar el destino de gran parte de las relaciones entre Estados Unidos y el resto los países. Y la amenaza de una arrolladora "ola roja" de los republicanos -con una figura empujando todo, Donald Trump- sobre los demócratas presagiaba un golpe muy fuerte para el destino del actual inquilino de la Casa Blanca. Con todo lo que eso implicaba. Sin embargo, esa "ola roja" no llegó de la manera que anunciaban las encuestas. Y el reparto de fuerzas en el Capitolio quedó bastante equilibrado. Pero no fue lo único que los estadounidenses tenían que definir. Junto a los comicios legislativos, en diferentes Estados los ciudadanos plebiscitaban otras cuestiones como el aborto, la legalización de la marihuana y hasta el fin de la esclavitud (aunque parezca increíble a esta altura del siglo XXI).
Mientras Trump y Biden se sacaban chispas por cómo quedaría la composición de la Cámara de Representantes y del Senado, en los referéndums citados los intereses de los ciudadanos transitaban por otro lado. Por ejemplo, después del polémico fallo de la mayoría conservadora de la Corte Suprema que revocó otro dictamen de 1973 (en el caso "Roe vs Wade") y que en definitiva terminó prohibiendo la interrupción voluntaria del embarazo y delegó la responsabilidad de legislar en la materia a cada Estado, hubo distintas propuestas distritales en ese sentido. En esta fecha electoral los Estados de California, Vermont y Michigan votaron a favor de la despenalización del aborto. Era previsible que eso ocurriera en esos lugares. Lo que sorprendió fue que dos Estados conservadores como Kentucky y Nevada rechazaran la propuesta de colocar más trabas para el aborto, un tema que fue central en las campañas de ambos partidos. De hecho, casi un 30% de los votantes en las elecciones de medio mandato lo señalaron como el tema más importante a definir en estos comicios, superando el interés por cómo se repartían las bancas en el Capitolio.
Pero el aborto no fue el único ítem consultado por fuera de la configuración del Congreso estadounidense. También se plebiscitó en torno al consumo recreativo de la marihuana, algo que hasta el momento estaba permitido en 19 Estados. Ahora se sumaron otros dos: Maryland y Missouri. Sin embargo la misma consulta no tuvo igual aprobación en otros tres distritos conservadores: Arkansas, Dakota del Norte y Dakota del Sur rechazaron la propuesta.
Y si bien la discusión por la legalización del aborto o de la marihuana puede ser vista como algo con amplia presencia en debates bien actuales, lo que más llama la atención es que, a esta altura del desarrollo de la civilización, también se tenga que discutir la abolición o no de la esclavitud. Bueno, aunque parezca increíble, sobre eso también se votó en las elecciones de medio término de los Estados Unidos en este 2022. Si bien la la 13ª Enmienda de la Constitución estadounidense ya prohibió esa práctica aberrante hace 150 años, aún persiste esa práctica en algunos Estados como forma de castigo penal para los presos. Los tan mentados trabajos forzados.
Todavía existen unos 20 Estados cuyas Constituciones aceptan ese trato inhumano contra delincuentes que se encuentran privados de su libertad. Y esta figura fue sometida a votación en varios distritos. El resultado fue contundente: En el conservador Tennessee, casi el 80% de los ciudadanos votaron para eliminar el lenguaje que permite la esclavitud como medida de castigo penal, algo aún vigente. Con esa votación se establece que a partir de ahora la Carta Magna estadual incluya la declaración: "La esclavitud y la servidumbre involuntaria están prohibidas para siempre". Algo similar ocurrió en otro Estado conservador, Alabama, y en dos considerados progresistas, Vermont y Oregon.
Sin embargo, en Luisiana, un antiguo Estado esclavista, el voto fue en sentido contrario. Se los consultó por la denominada "Enmienda 7" que proponía prohibir el uso de la servidumbre involuntaria en el sistema de Justicia Penal. Y ganó el "NO" a esa idea. Así se mantendrá vigente una normativa por la que si un preso se niega a hacer esos trabajos forzados puede recibir sanciones muy duras como el aislamiento total en un calabozo, la imposibilidad de utilizar los teléfonos públicos de la cárcel para llamar a sus parientes y la prohibición de recibir visitas de su familia, por ejemplo. Vale decir que esta forma de castigo anacrónica encierra -además de una violación flagrante a los Derechos Humanos- un enorme y millonario negocio para terceros que se aprovechan de una mano de obra esclava -a la que le pagan centavos- para sus propias ambiciones lucrativas.
“Los votantes de Oregon y de otros Estados se han unido por encima de las líneas partidistas para decir que esta mancha debe ser eliminada de las Constituciones estatales”, dijo el senador demócrata de ese estado, Jeff Merkley, a The Associated Press. “Ahora, es el momento de que todos los estadounidenses se unan y digan que debe ser eliminada de la Constitución de Estados Unidos. No debe haber excepciones a la prohibición de la esclavitud”, señaló.
Así, mientras el Mundo miraba con atención cómo quedaba planteado y distribuido el mapa del poder en el Capitolio de la principal potencia del planeta, a nivel local los Estados definían cuestiones que tienen mucho más que ver con su vida cotidiana. Con su presente diario. Y hasta con su herencia más oscura. Paradojas de estos tiempos.
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