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Kirkgate: Trump construye un "mártir" y ataca a medios y opositores

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    MundoNews
  • hace 21 horas
  • 6 Min. de lectura

Tras el asesinato del referente ultraderechista, el presidente de EE.UU. aprovechó para reivindicar los valores conservadores y perseguir a la prensa y a los que piensan distinto.


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"Ahora es más grande que nunca. Y es eterno”; "Es un mártir por la libertad de Estados Unidos"; "Sé que hablo por todos los presentes cuando digo que nadie olvidará jamás a Charlie. Y la historia tampoco lo hará"; “Es un gran héroe estadounidense”. Con estas y otras frases Donald Trump describió a Charlie Kirk, el polémico referente de la extrema derecha que fue asesinado en un acto en un campus universitario de Utah el pasado 10 de septiembre. El presidente de los EE.UU. se abrazó con la viuda de Kirk, Érika, quien dijo que ella perdonaba al asesino de su marido, un joven llamado Tyler Robinson quien se encuentra detenido y para el que los fiscales -y el propio Trump- pidieron la pena de muerte. Y es que el mandatario aprovechó el escenario para redoblar su apuesta contra los que lo critican, sean dirigentes políticos o medios de comunicación. Al punto que en el multitudinario homenaje fúnebre en Glendale, Arizona, al que asistieron decenas de miles de simpatizantes, Trump llegó a decir: “Él era un misionero con un espíritu noble y un gran, gran propósito. No odiaba a sus oponentes. Quería lo mejor para ellos. Ahí es donde no estoy de acuerdo con Charlie. Yo odio a mi oponente y no quiero lo mejor para ellos”. Lo hizo con la viuda de Kirk a su lado y generó una situación de enorme incomodidad. A tal punto que el presidente le ofreció una disculpa encogiéndose de hombros pero justificándose simplemente no estaba en su ADN. Erika, puedes hablar conmigo y con todo el grupo, quizás puedan convencerme de que eso no está bien, pero no soporto a mi oponente”, afirmó.


En el homenaje del domingo 21 de septiembre, donde se combinaron la reivindicación de los valores cristianos profesados por Charlie Kirk y un llamado político a no permitir que su asesinato silencie al movimiento conservador, Trump aprovechó para redoblar su apuesta de, a partir de convertir en una suerte de "mártir" al activista, atacar a sus enemigos o adversarios enrolados en lo que él entiende como el pensamiento "woke" -para su particular mirada, la "izquierda radical"- y que tuvo un capítulo especial en los últimos días con las presiones a los medios de comunicación que llevaron al levantamiento del programa del exitoso conductor Jimmy Kimmel de la cadena ABC (Disney), algo que generó preocupación y repudio en distintos sectores. Kimmel había criticado justamente al movimiento MAGA por la presunta utilización política del crimen de Kirk y había ironizado sobre la reacción de Trump cuando le preguntaron por el asesinato de quien se suponía que era su amigo y el presidente desvió su respuesta a un tema trivial.


El multitudinario memorial -realizado en el estadio de los Cardenales de Arizona de la NFL- reunió a varios funcionarios de la administración de Trump -incluso al vicepresidente JD Vance, amigo personal de Kirk-.y las figuras del movimiento MAGA que recordaron con cariño al hombre de 31 años. Sorprendió la presencia de Elon Musk, el multimillonario tecnológico y ex asesor principal de Trump, quien charló animadamente con el presidente después de su ruidosa salida del gobierno. Todos buscaron trasmitir una suerte de tono alentador y de ánimo para seguir adelante con sus valores conservadores. Pero en lo que coincidieron todos fue en la reivindicación de la figura de Charlie Kirk, descripto como un mártir que viviría a través de su movimiento "Turning Point". La más aplaudida fue Erika Kirk, quien pronunció un emotivo discurso mientras prometía asumir el legado de su esposo.


El multitudinario memorial de Charlie Kirk reunió a decenas de miles de personas en Arizona.
El multitudinario memorial de Charlie Kirk reunió a decenas de miles de personas en Arizona.



Trump, en tanto, acentuó sus afirmaciones sobre la supuesta violencia de "extremistas de izquierda", en un contexto en el que casi todos los demás oradores del funeral evitaron. El servicio conmemorativo de Kirk, a quien el presidente le atribuyó un papel fundamental en su victoria electoral de 2024, atrajo a decenas de miles de personas, en particular jóvenes conservadores entre los que la prédica del activista tuvo un fuerte impacto. Su mensaje acerca de que ese sector necesita casarse, tener hijos y transmitir sus valores para seguir construyendo su movimiento, hizo mella. En el homenaje a Kirk se planteó que la mejor manera de honrarlo era redoblar sus esfuerzos en su misión de derechizar la política estadounidense.


Y es que desde que ocurrió el brutal asesinato el el campus de la Universidad del Valle en Utah, se desató un feroz debate sobre la violencia (en particular, la política) en EE.UU, como también sobre la tolerancia y la Libertad de Expresión. Y el propio Donald Trump y sus fanáticos están intentando utilizar la lógica indignación por el asesinato como justificación para silenciar las voces de sus críticos y oponentes políticos .


Las personas que acompañaron la despedida de Kirk en el Estadio State Farm , al oeste de Phoenix, donde se encuentra su organización Turning Point, desbordaron las instalaciones cuya capacidad máxima era de 63.400 personas. Mucha gente se quedó afuera pero sin abandonar el lugar durante la ceremonia que duró más de 5 horas. En ese contexto, Erika Kirk dijo que, en medio de su dolor, encontraba consuelo en que su esposo partiera de este mundo sin remordimientos. Y que perdona al hombre acusado de matarlo, algo que dista mucho de la posición beligerante tomada por Trump.


El presidente de los EE.UU. ha lanzado una embestida descomunal contra aquellos que han criticado la diatriba y el discurso de odio que muchas veces profesaba Kirk contra las minorías y que eran consideradas como racistas, misóginas, antiinmigrantes y transfóbicas. Trump culpó a la “izquierda radical” por la muerte del referente conservador. Pero fue más allá: amenazó con perseguir a las organizaciones liberales y a los donantes u otros que, según él, están difamando o celebrando la muerte de Kirk. Y comenzó una verdadera cacería. Decenas de personas, desde periodistas hasta profesores y el presentador Jimmy Kimmel -al que levantaron el programa y el propio Trump argumentó que podría quitar la licencia de las señales que lo critican-, han sido suspendidas o perdido sus empleos debido a que destacados activistas conservadores y funcionarios del gobierno critican los comentarios sobre el activista asesinado que consideran ofensivos o celebratorios. Las represalias, a su vez, han encendido un debate sobre la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU. que protege la Libertad de Expresión.



Charlie Kirk fue fundamental en los votos de los jóvenes conservadores a Donald Trump.
Charlie Kirk fue fundamental en los votos de los jóvenes conservadores a Donald Trump.

La posición de Trump también se replicó en otros referentes republicanos. Por ejemplo, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, señaló: “No tienen idea del dragón que han despertado, no tienen idea de lo decididos que estaremos a salvar esta civilización, a salvar Occidente, a salvar esta república”. Y ese es el pensamiento conservador que defienden gran parte de los seguidores de Kirk y que ahora que se supo que Tyler Robinson, el supuesto asesino, habría actuado así en repudio a los discursos transfóbicos de su víctima ya que estaba en pareja con un compañero de cuarto que estaba transicionando a mujer, se retroalimentó ese discurso "anti-woke"..


Turning Point, el grupo que Kirk fundó para movilizar a los jóvenes cristianos conservadores, se convirtió bajo su liderazgo en una operación multimillonaria con un alcance enorme.

La América conservadora tuvo en él un aliado estratégico para movilizar a los jóvenes. El carismático referente se había convertido en una celebridad MAGA con millones de seguidores en las redes sociales y en la vida real que salieron a apoyarlo o a discutir con él mientras viajaba por el país para eventos como el de la Universidad del Valle de Utah, donde le dispararon.


Hoy Kirk se convirtió en una figura que trascendió fronteras. Y cuya muerte ha entronizado en la cima de la discusión pública. Y el presidente Donald Trump decidió subirse a ese debate y capitalizar el enojo y la bronca que dejó su asesinato. Potenciando los ataques a los que piensan distinto. Y poniendo en riesgo de la democracia: la Libertad de Expresión. Un verdadero peligro para EE.UU. Y para el Mundo.



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