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La foto que desafía al poder de Trump en el Mundo

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  • hace 2 horas
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En la cumbre de Organización de Cooperación de Shanghai, el presidente chino exhibió la alianza estratégica de su país con India y Rusia. Y agitó la idea de crear un nuevo eje contra la hegemonía de EE.UU. Comercio, defensa e IA, entre las metas comunes. Jaque al dólar.


Por Gabriel Michi



Putin, Modi y Xi Jinping avanzan en una alianza estratégica que hace frente a la hegemonía del EE.UU. de Trump.
Putin, Modi y Xi Jinping avanzan en una alianza estratégica que hace frente a la hegemonía del EE.UU. de Trump.

Juntos conducen tres naciones en las que vive cerca del 40% de los habitantes del Mundo. Si, casi cuatro de cada diez ciudadanos del planeta viven en esos tres países. Son alrededor de 3.000 millones de personas. Y eso les da un vigor y un peso tan grande que hoy decidieron juntos hacer frente a la hegemonía de otro gran coloso: la principal potencia global, los Estados Unidos. Los gobiernos de China, India y Rusia muestran sin disimulo esa alianza que, hoy por hoy, quita el sueño a Donald Trump y compañía. Y la respuesta a los aranceles comerciales impuestos por los EE.UU. a las exportaciones de distintas naciones, se convirtió en una excusa más que propicia para que se concrete la foto que más preocupa al republicano y que desafía su poder unívoco. En la cumbre realizada en Taijin, el presidente chino, Xi Jinping, planteó la necesidad de un nuevo orden económico y de seguridad global que priorice el "Sur Global", en un desafío directo a Estados Unidos. Y lo hizo acompañado de los líderes de las otras patas de esa mesa: el presidente ruso, Vladimir Putin, y el primer ministro indio, Narendra Modi.


Las palabras de Xi Jinping fueron contundentes: "Debemos seguir adoptando una postura clara contra el hegemonismo y la política de poder, y practicar un verdadero multilateralismo", en una crítica que apuntaba a las políticas arancelarias de Estados Unidos de Trump. El líder chino agregó: "La gobernanza global ha llegado a una nueva encrucijada" en un encuentro donde ofició de anfitrión de más de 20 líderes de países no occidentales. La reunión cumbre -en la ciudad portuaria china de Tianjin- reforzó el impulso de la Organización de Cooperación de Shanghai, una iniciativa respaldada por China que recibió un gran aventón con la presencia de los líderes de esas naciones.


La foto de los tres líderes que plantean un nuevo eje del poder mundial fue acompañada de otras señales, más allá de las palabras: el gesto de amistad también se vio a Putin y Modi que aparecieron tomados de la mano mientras caminaban alegremente hacia Xi antes de la inauguración de la cumbre. En toda esa postal, los tres hombres mantuvieron un clima jocoso y cercano. Y otra señal del sentido de unidad que los motivaba. Algo que no pasó desapercibido para ninguno de los presentes, como tampoco para analistas de los distintos lugares del Mundo. Por ejemplo, Eric Olander, editor en jefe de The China-Global South Project, una agencia de investigación, describió esas señales así: "Es difícil saber si la escena fue coreografiada o improvisada, pero en realidad no importa". Y agregó: "Si el presidente estadounidense y sus acólitos creían que podían usar aranceles para presionar a China, India o Rusia a someterse, ese encuentro demuestra lo contrario".



La lógica de una respuesta común a las imposiciones unilaterales de Trump en materia arancelaria fue uno de los temas que tiñeron las reuniones entre estos países, pero también el avance en sus acuerdos comerciales específicos. De hecho, China e India son los mayores compradores de petróleo crudo de Rusia, el segundo mayor exportador mundial. Por esas compras, Trump impuso aranceles adicionales a India, pero hasta el momento no lo hizo con China. Aun así, Xi mostró el camino en conjunto: "China e India son civilizaciones antiguas, las naciones más pobladas del mundo y pilares del Sur Global. El dragón y el elefante deben caminar juntos como socios para el progreso, la solidaridad y el avance humano", señaló.


En reuniones bilaterales y generales, los líderes de la OCS buscan fomentar un nuevo eje del poder global.
En reuniones bilaterales y generales, los líderes de la OCS buscan fomentar un nuevo eje del poder global.


La Organización de Cooperación de Shanghai puede convertirse en una alianza determinante para le economía mundial. Tiene sede en Pekín y se creó hace más de dos décadas como un bloque de seguridad regional. Entre los fundadores estuvieron China y Rusia, y en 2017 se sumó India. En ese marco es que Xi Jimping plantea apuntalarla con lo que dio en llamar una "Iniciativa de Gobernanza Global". Es una jugada fundamental dentro de una estrategia por la que Beijing promueve el liderazgo de China y así desafía a las organizaciones internacionales dominadas por Estados Unidos que tomaron forma después de la Segunda Guerra Mundial. Medida que es avalada por los virtuales socios. Y que cambiaría por completo el escenario global, con un nuevo eje del poder internacional. Desde ese punto de vista, el líder chino planteó que es necesaria una globalización económica más inclusiva y le apuntó particularmente a los desajustes que generaron la embestida arancelaria de Trump. Y los condicionamientos que quiere imponer el republicano a las distintas naciones.


En el mismo sentido, Vladimir Putin -cuyo país ha forjado vínculos económicos y de seguridad aún más estrechos con China desde el inicio de la guerra con Ucrania- apuntaló que la OCS había revivido el "multilateralismo genuino", con monedas nacionales cada vez más utilizadas en los acuerdos mutuos, algo que podría poner en jaque o al menos debilitar el reinado del dólar estadounidense. El mandatario ruso expresó: "Esto, a su vez, sienta las bases políticas y socioeconómicas para la formación de un nuevo sistema de estabilidad y seguridad en Eurasia".


Los defensores de esta nueva alianza plantean que este sistema de seguridad, a diferencia de los modelos "eurocéntricos" y "euroatlánticos", sopesarían los intereses de una amplia gama de países muchas veces ignorados y cimentarían un orquestamiento mucho más equilibrado en el que cada país no puede garantizar su propia seguridad a expensas de otros.


Pero, más allá de las cuestiones relacionadas con la seguridad y la defensa, la propuesta china apunta a variables económicas muy diversas como, por ejemplo, la creación de un nuevo banco de desarrollo de la OCS: con eso, el bloque podría desarrollar un sistema de pago alternativo que eluda el dólar y el poder de las sanciones estadounidenses. En esa estrategia, Beijing se comprometió a proporcionar unos 280 millones de dólares de ayuda gratuita a los Estados miembros este año y otros 1.400 millones de dólares en préstamos a un consorcio bancario de la OCS. Además, como parte de ese proyecto integral, China también construirá un centro de cooperación en inteligencia artificial para las naciones de la OCS, que también están invitadas a participar en la estación de investigación lunar de China.


La puesta en escena de esta búsqueda de un nuevo eje del poder mundial -que se potenció con los gestos de amistad de China e India, las dos naciones más pobladas del planeta cuyos líderes se mostraron como socios y no rivales- también tiene un capítulo militar. Xi presidirá un gran desfile castrense el miércoles en Beijing, donde se espera que le acompañen Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un . Y coronará la celebración del 80° aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Es de esperar que China haga una enorme ostentación de la última tecnología militar para intimidar y disuadir a potenciales rivales.


La jugada de Xi y sus aliados se da como una respuesta contra las presiones de Trump que viene de establecer un arancel punitivo total del 50% a los productos indios, en parte en respuesta a la compra de petróleo ruso. Esa imposición incluso rompe con los vínculos cuidadosamente cultivados con Nueva Delhi por parte de Washington que aspiraba a que India se convirtiese en un contrapeso regional a Beijing. Por eso se vuelve incompresible la posición del republicano que empujó a Modi y su gobierno a mejorar los lazos con China. En ese aspecto, la India quiere reducir de abultado déficit comercial (casi 99.200 millones de dólares), y forjar las condiciones para mantener la paz y la estabilidad en su disputada frontera después de que un enfrentamiento en 2020 desencadenara un enfrentamiento militar de cinco años. En ese sentido, el primer ministro indio señaló: "Estamos comprometidos a avanzar en nuestras relaciones basadas en el respeto mutuo, la confianza y la sensibilidad" y agregó que están creando una atmósfera de "paz y estabilidad" en la disputada frontera del Himalaya y que la cooperación entre las dos naciones. Lo que pueda ocurrir al respecto es clave ya que estos vecinos asiáticos poseen armas nucleares y comparten una frontera de 3.800 kilómetros, en donde no faltan problemas de delimitación, algo que ha generado disputas desde la década de 1950.


Con este cambio de clima, dejando atrás viejas rivalidades, tanto China como India buscarán priorizar las oportunidades de desarrollo mutuas y no las amenazas de antaño. Xi Jinping lo dijo claramente: "No debemos dejar que la cuestión fronteriza defina la relación general entre China y la India". Y agregó que los lazos entre ambas potencias podrían ser "estables y de largo alcance" si ambas partes se centran en verse mutuamente como "socios" en lugar de "rivales". En ese aspecto, estos nuevos entendimientos pretenden dejar atrás los sinsabores por el enfrentamiento de 2020, en el que 20 soldados indios y cuatro chinos murieron en combate cuerpo a cuerpo, tras lo cual la frontera del Himalaya fue fuertemente militarizada por ambos lados. Tras ese clímax en las tensiones, ahora la actitud de las autoridades máximas de ambas naciones parecen abonar fuertemente a la paz y el acuerdo. Buscando que los dos Estados más poblados del planeta se conviertan en socios más que rivales. Y adonde suman a Rusia como parte de un nuevo eje del poder global. Un poder que desafía como poco antes a la hegemonía omnipresente de los EE.UU..Y de Donald Trump.




Modi, de India, y Xi, de China, sellaron un acuerdo para dejar atrás viejas tensiones entre ambas naciones.
Modi, de India, y Xi, de China, sellaron un acuerdo para dejar atrás viejas tensiones entre ambas naciones.

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