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Energías limpias: la oportunidad frente a la crisis global

La dramática situación energética por la guerra entre Rusia y Ucrania, con un incremento colosal de los costos, puede potenciar el desarrollo de alternativas menos contaminantes.


Por Gabriel Michi



Dice la experiencia que de las crisis suelen emerger oportunidades. Aunque muchas veces el costo de ese aprendizaje pueda resultar muy doloroso. En el presente, la guerra entre Rusia y Ucrania se traduce en muerte y destrucción. Y también en el crudo testimonio de la economía. El encarecimiento de la energía -por el conflicto en sí, por el accionar ruso y por las sanciones que se le impusieron a uno de los principales proveedores de la misma- está provocando una profunda crisis en todo el mundo, pero especialmente en Europa por su dependencia del país territorialmente más grande del planeta. Ahora bien, según varios especialistas que vienen estudiando el efecto de la utilización de combustibles fósiles en el cambio climático y el calentamiento global, esta crisis puede representar una oportunidad. Oportunidad de ir hacia realidades más sostenibles con la utilización y la potenciación en el desarrollo de fuentes de energías más limpias.


Según la Agencia Internacional de Energía esta situación puede constituir "un punto de inflexión hacia una energía más limpia". Según un informe presentado en las últimas horas, el contexto de crecimiento de la demanda global de combustibles fósiles, incluidos el carbón, el petróleo y el gas natural, alcanzará su punto máximo en estos años. Y frente a eso hay que actuar. No sólo por las consecuencias económicas que hoy se ven plasmadas en el actual escenario de conflicto, sino porque el medioambiente lo pide a gritos. Para muestra sólo alcanza ver lo que esta ocurriendo con la repetición de fenómenos extremos que se vienen sucediendo: inundaciones, sequías, deshielos, grandes tormentas y las temperaturas que baten récords tanto en el frío como en el calor.


Más allá de los compromisos asumidos por muchos países en las distintas cumbres del Clima (Río de Janeiro, Kyoto, París, Glasgow), con las promesas de ir disminuyendo el uso de combustibles fósiles y aumentar la inversión en distintas energías renovables, esta nueva realidad debería impulsar mucho más a los países a buscar esas alternativas. El informe de la Agencia analizó escenarios basados ​​en las políticas actuales y concluyó que el uso del carbón (principal contaminante del planeta) va a retroceder en los próximos años. Y también señala que la demanda de gas natural se estancará a fines de esta década y que el aumento de las ventas de vehículos eléctricos empujará a una menor o igual dependencia del petróleo que se comenzará a reflejar a mediados de la década de 2030 antes de disminuir ligeramente a mediados de siglo.


Las emisiones totales de gases de efecto invernadero aumentan cada año. Pero aseguran que irán desacelerando ese crecimiento. Lo cual resulta bastante pobre. Según el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, “los mercados y las políticas energéticas han cambiado como resultado de la invasión rusa de Ucrania, no sólo por el momento, sino en las próximas décadas”. Pero no sólo el conflicto bélico contribuyó al encarecimiento de la energía por una mayor demanda. A medida que el mundo fue saliendo de la Pandemia y se fueron eliminando las restricciones por el COVID 19, se generaron una serie de cuellos de botella en la provisión de la energía que también empujaron los precios hacia arriba. “El mundo de la energía está cambiando dramáticamente ante nuestros ojos. Las respuestas de los gobiernos de todo el mundo prometen hacer de este un punto de inflexión histórico y definitivo hacia un sistema energético más limpio, asequible y seguro”, dijo Birol.


¿Y qué pasa en el mientras tanto? Para los especialistas el gas natural puede ser un "combustible de transición" para comenzar a reemplazar a otros combustibles fósiles más contaminantes (petróleo y carbón). Se lo considera "más limpio" porque al quemarlo se produce menos dióxido de carbono.


Si bien el informe de la AIE adelanta una mirada positiva sobre los cambios que empiezan a notarse mínimamente, también refleja que la participación de los combustibles fósiles en la combinación energética global pone al mundo en camino a un calentamiento de 2,5 grados para fines de siglo, un grado más que el objetivo establecido en el Acuerdo de París.




En el mismo sentido también se inscribió un documento -también presentado en las últimas horas- por las Naciones Unidas. El informe de la ONU publicado el miércoles que sostiene que las promesas climáticas actuales "no están ni cerca" de donde deben estar para cumplir con el ambicioso objetivo. Los principales científicos del clima dicen que "para mantener el calentamiento en línea con el objetivo de 1,5 C, las emisiones deben reducirse en un 45% para 2030", algo que parece imposible en el escenario actual. Y por eso insisten en que se deben acelerar los cambios. Según el documento de la ONU, "la inversión en energía limpia superará los 2 billones de dólares para 2030", pero agregó que tendría que duplicarse para mantener la transición en línea con los objetivos climáticos.


Según Dave Jones, analista de energía del grupo de expertos ambiental con sede en Londres, Ember, “la inversión en energía limpia está dando resultados. Es la razón por la que el mundo está en camino de alcanzar el pico de emisiones de CO2. Pero ese es solo el primer paso. Necesitamos grandes recortes de emisiones, no una meseta”. Y agregó: “La crisis energética ha restado valor a la crisis climática, pero afortunadamente la respuesta es la misma para ambas: un paso gigantesco en la inversión en energía limpia”.


El desafío está planteado. Sólo resta ver cómo juegan (y presionan) los intereses de los sectores involucrados. Ese poder económico establecido que le suele torcer el brazo al poder político. Y ver también cómo actúan los dirigentes frente a un escenario como éste. Si estarán a la altura de las circunstancias y las necesidades (presentes y futuras) o sólo tendrán una mirada cortoplacista de supervivencia personal o sectorial. En todo caso, lo que tienen que ver es que de esta crisis puede surgir una gran oportunidad. Para todos.


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