La paradoja española: récord de viviendas vacías y de personas sin techo propio
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Mientras 1 de cada 4 personas es inquilina y el acceso a las propiedades se vuelve cada vez más difícil, hay casi 4 millones de casas deshabitadas. El Gobierno declaró la "emergencia habitacional". El problema de los alquileres turísticos que encarece la vida de los locales.
Por Gabriel Michi

Es una paradoja en sí misma: en España, mientras millones de personas no tienen acceso a una vivienda propia hay un récord de propiedades que se encuentran vacías. El dato es contundente: mientras existen 3,8 millones de casas vacías (un 14,4% del total), hay 600.000 viviendas faltantes y cerca de 12 millones de personas que se ven obligadas a alquilar. Eso lleva a que en España un 25% de la población sea inquilina, lo que equivale a aproximadamente 1 de cada 4 personas, un fenómeno que viene creciendo aceleradamente: hace tres años, en 2022, era el 17,7% de la población y en 2021, era el 15,9%. Mientras que el 73,7% de los españoles reside en una vivienda de su propiedad, el tema del déficit habitacional es tan grave que ubica a los ciudadanos de ese país entre los más preocupados del Mundo en ese aspecto, siendo el principal motivo que les quita el sueño. Encima, muchas de las propiedades que están desocupadas hace años que permanecen en esa condición. Y el precio de los alquileres se disparó muchísimo en la última década, como también el valor de venta de las propiedades que alcanzó máximos históricos. volviendo mucho más prohibitivo y excluyente el acceso a un hogar.
Estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran la gravedad de esta paradoja. El propio presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha dicho que el país vive "una emergencia habitacional". Por eso, su administración impulsó en 2023 una nueva "Ley de Vivienda" que incluye subidas del "Impuesto de Bienes Inmuebles" a los propietarios que no habitan ni alquilan sus viviendas, en un intento por ponerlas en el mercado y que dejen de ser propiedades ociosas en medio de semejante crisis habitacional y del aumento descomunal de los valores. En el segundo trimestre de 2025, el precio de la vivienda subió más de un 12%, alcanzando cifras no vistas desde 2007, antes de que estallara la llamada "burbuja inmobiliaria" que disparó una crisis descomunal en la materia.
Si bien el déficit habitacional está extendido en toda la Unión Europea donde desde el año 2010, los precios de la vivienda se dispararon más de un 50% en promedio y los alquileres aumentaron un 26%, en España la situación fue mucho peor: los alquileres se encarecieron hasta un 80% en la última década. Esta escasez de viviendas y el consiguiente encarecimiento, es uno de los factores que explican que el promedio de los jóvenes españoles no abandone el hogar familiar hasta cumplir los 30 años, mucho más tarde que los del resto de la Unión Europea, que se emancipan a los 26,2 años.
Por todo esto es que hay un creciente malestar social que se ha manifestado en múltiples y multitudinarias protestas por el derecho a la vivienda y contra los alquileres turísticos en varias capitales españolas, tal como informó MundoNews en su artículo "La guerra entre los inquilinos, gobiernos y Airbnb en el Mundo". Mientras que eso ocurre, se bate récord en materia de viviendas vacías en el país. El dato es que si esas 3,8 millones de viviendas vacías estuvieran disponibles podrían cubrir las necesidades de millones de familiar que tienen problemas habitacionales y que se ven obligadas a alquilar.
Según Pablo Pérez, del Sindicato de Inquilinas de Madrid, "mientras muchas familias luchan por tener un hogar digno, hay millones de viviendas desocupadas. Deberían implantarse políticas de expropiación, contra la especulación, para poner esas viviendas en alquiler social", reclamó en una entrevista con la BBC.
Si bien el gobierno central español (del PSOE y sus aliados de centroizquierda) ha empujado políticas y leyes para intentar hacer frente a semejante situación, sin embargo varias comunidades autónomas, la mayoría gobernadas por el opositor de centroderecha Partido Popular, no la están aplicando y los datos no arrojan una mejora de la situación desde la aprobación de la "Ley de vivienda".

Por su parte, María Matos, autora de un estudio sobre las viviendas vacías para Fotocasa Research, centro de estudios vinculado a un portal inmobiliario, señala que "el problema es que las casas vacías no se encuentran en las zonas donde hay demanda". En ese sentido se marca que así como la mayor parte de la población reside en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona y en las zonas costeras más turísticas, la mayoría de esas casas y departamentos que no están ocupados se ubican en regiones no tan demandadas como Galicia y Castilla-León. A tal punto que a esas zonas se las reconoce como "España vacía" y abracan grandes superficies rurales donde, al haber menor oferta de empleo, tampoco hay interés de las personas para mudarse hacia allí. Por eso, según María Matos, el abandono de esas residencias suelen llevar años y "muchas casas vacías no están habitables y requerirían de reformas y rehabilitación que sus propietarios no están en condiciones de afrontar". Y concluye la experta que "el mercado está perdiendo un volumen significativo de inmuebles que podrían dinamizar tanto la compraventa como el alquiler, ampliando así la oferta disponible y ayudando a aliviar la tensión de la demanda".
A toda esta problemática se ha sumado la especulación de grandes tenedores de vivienda como entidades bancarias o fondos de inversión extranjeros, un fenómeno que se ha hecho muy fuerte en las últimas décadas en España. A la par de los alquileres turísticos de corta duración (tipo Arbnb), que han explotado y generado críticas, polémica y masivas protestas.
Sin embargo, la investigación de Fotocasa Research reveló que el motivo más común por el que los propietarios dicen que no ponen sus casas ociosas en el mercado de alquiler es porque no están en condiciones para ser habitadas. En muchos casos, además, esas viviendas forman parte de herencias en las que los beneficiarios no se ponen de acuerdo sobre su destino. Y entre el abanico de explicaciones de esa falta de oferta por parte de los dueños de las propiedades figura el temor de chocar con un inquilino que no paga el alquiler y los obstáculos que existen luego para desalojarlos, según el estudio de Fotocasa Research. De hecho, con respecto a esa problemática, las asociaciones de propietarios denuncian que el trámite judicial para echar a un inquilino incumplidor es largo y oneroso.
Según los datos del Ministerio del Interior español, las denuncias por allanamiento o usurpación de inmuebles registradas el año pasado fueron 16.400, lo que representa no más de un 0,06% del total de viviendas del país, ese fantasma de potenciales "usurpaciones" está muy presente.. Y los dueños de las viviendas suelen quejarse de una serie de reglamentaciones proteccionistas que se pusieron durante la pandemia de COVID 19 para evitar desalojos en una circunstancia tan particular que dejó a millones de familias sin ingresos. Ese decreto que suspendió indefinidamente las expulsiones sigue vigente hoy en día. Y las quejas de muchos propietarios incluso apuntan a que ellos muchas veces tienen que pagar las hipotecas e impuestos de viviendas usurpadas y por las que llevan años sin cobrar el alquiler. Frente a eso los dueños de las viviendas optan por no ofrecerlas en el mercado de alquiler, lo que agrava más la situación habitacional global.
Mientas desde las organizaciones de propietarios denuncian esos abusos de los inquilinos, las que agrupan a éstos últimos argumentan que ellos son víctimas de los atropellos de los dueños. Para graficarlo: Kathy Díaz, de la Asociación de Propietarios de Viviendas contra la Inseguridad Jurídica, asegura que "el decreto obligó a los propietarios a hacer de escudo social de los inquilinos, una responsabilidad que debe asumir el gobierno. Muchos inquilinos optan por no pagar porque saben que el decreto los ampara y no hay manera de echarlos".
Del otro lado, desde el Sindicato de Inquilinos plantean que "la vivienda es un derecho fundamental que no puede convertirse en un negocio para los rentistas".
Así, España vive su propia paradoja. Esa que obliga a los jóvenes a permanecer en las casas de sus padres hasta bien entrados en la adultez. O que familias enteras deban permanecer en la incertidumbre de no tener jamás su propio hogar, convirtiendo la problemática habitacional en la principal preocupación de los españoles. Todo eso mientras los alquileres se encarecieron como nunca y el turismo de corta estancia complica el escenario para los residentes locales. Una paradoja con cada vez más propiedades vacías en simultáneo con un récord de personas sin techo propio. Una paradoja dolorosa que deja a la Humanidad a la intemperie.
UN ESTUDIO REVELADOR

El estudio Housing Monitor realizado por el grupo francés de investigación de mercados Ipsos señala que España es el país más preocupado por el problema de la vivienda a nivel global. La investigación también señala:
El 74% de la población de España cree que no se presta la atención suficiente a esta cuestión.
Sólo el 48% de los españoles se siente satisfecho con su hogar.
Ocho de cada diez personas en España piensan que no se está siguiendo la "ruta adecuada" para solucionar el problema habitacional.
Hay un gran "contraste generacional" ya que mientras los mayores de 50 años expresan un nivel de conformidad considerable - un 54%, los menores de 35 manifiestan un "profundo descontento" con su situación.
Más de la mitad de los españoles señalan al coste del alquiler y de compra es el principal obstáculo en materia habitacional.
El 80% de los ciudadanos considera que los precios para adquirir una propiedad han subido en el último año.
La mayoría de la población sostiene que el éxito laboral de los jóvenes no les garantizará una vivienda adecuada.
Mientras la mayoría de los inquilinos desea tener casa propia, más de la mitad cree que nunca podrá permitírselo, evidenciando un "profundo pesimismo" respecto a la asequibilidad.
El 40% de la ciudadanía española está preocupada por su capacidad para pagar su hipoteca o alquiler, convirtiéndose España en el país europeo que lidera esa incertidumbre. Los jóvenes quienes más declaran tener esta dificultad.
Existe una percepción generalizada de escasez de vivienda tanto para alquilar como para comprar. Hay alta demanda y poca oferta.
El 59% cree que la construcción de más viviendas podría ayudar a solucionar el problema, aunque tres de cada cuatro muestran escepticismo sobre la viabilidad de construir suficientes para satisfacer la demanda actual.

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