En lo que va del año hubo más de 20 ataques de estos animales contra barcos frente a las costas de España y Portugal. Algunos terminaron en naufragios. Aún no saben porqué lo hacen pero sospechan que sea en represalia por un caso de un ejemplar que fue lastimado.
Por Gabriel Michi
Las dudas son enormes. Tan enormes como el temor, la incertidumbre y la sorpresa. Desde hace tiempo distintos grupos de orcas (a las que han calificado como "asesinas" aunque hasta el momento no provocaron la muerte de nadie) vienen atacando embarcaciones frente a las costas de España y Portugal, llegando a terminar incluso en algunos naufragios. Desde que comenzó el año ya ocurrieron 20 de estas embestidas. La última provocó el hundimiento de un velero suizo llamado Champagne (modelo Sun Odyssey 519) que terminó sucumbiendo bajo las aguas en la entrada del puerto de Barbate (en Cádiz). Tres "orcas ibéricas" (una subespecie en peligro de extinción) habían atacado violentamente al velero cuando navegaba cerca de Gibraltar. "Navegábamos con la vela mayor y un viento de entre 7 y 8 nudos cuando de repente hubo un fuerte estruendo. Al principio pensé que habíamos chocado con alto pero luego me di cuenta rápidamente de que eran orcas que estaban atacando el barco", contó aún sorprendido Werner Schaufelberger, el dueño del barco.
Lo ocurrido con el Champagne es el último capítulo, quizás el más grave, de una saga que viene sacudiendo esos mares y que mantienen en alerta a las autoridades que se vieron obligadas a difundir un protocolo especial frente a estos ataques de las orcas. Este velero que se hundió realizaba un viaje de entrenamiento de la escuela suiza de vela desde Tenerife a Palma, vía Málaga. Si bien, ninguno de los cuatro tripulantes resultó herido, el susto fue enorme, como también las averías (la pérdida del timón y grandes roturas en el casco) que hicieron que fueran en vano todos los esfuerzos por atemperar la entrada de agua por doquier con potentes bombas extractoras, a tal punto que terminaron naufragando. "Los ataques fueron brutales. Había dos orcas más pequeñas y una más grande. Los dos pequeños sacudieron el timón mientras el grande seguía corriendo y luego embistió la nave desde el costado con toda su fuerza”, explicó Schaufelberger.
Los expertos del Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA) viene siguiendo este fenómeno con preocupación. Ellos recibieron y transmitieron información de "dos barcos interaccionados, uno al norte de Tánger, remolcado, y otro al sur de Barbate; mientras que un tercero entra en la zona y tiene dificultades. Hablamos de 'interacciones' porque en algunos de los casos registrados no son ataques con roturas en los barcos, sino simplemente acercamientos, toques o avistamientos de orcas cerca de los barcos", explicó Alfredo López Fernández, investigador adjunto del Departamento de Biología de la Universidad de Aveiro-CESAM, miembro de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños de Galicia (Cemma) y del GTOA.
Lo que no se entiende ni nadie se anima a confirmar con total certeza es cuál es la razón por la que estos cetáceos están protagonizando estas violentas embestidas contra embarcaciones. Algunos lo explican como una suerte de "venganza" de los animales contra los desastres provocados por el Hombre contra la naturaleza y en particular contra estas especies. Esa posibilidad surgió de un dato: Según explicaron investigadores a The Conversation, se especula que este comportamiento habría comenzado en forma indivudual y haberse expandido en el grupo con carácter imitativo o hasta solidario. Y lo sitúan en un primer hecho ocurrido en mayo de 2020, cuando una orca a la que los científicos llamaron Gladis tuvo una experiencia traumática al ser golpeada por el timón de un barco. A partir de esto, los encuentros físicos entre orcas y barcos fueron en aumento.
Según National Geographic esto habría generado que "esta especie haya despertado un altruismo de autodefensa que las lleva a atacar aquello que representa una amenaza para su hábitat. En ese caso, no serían los únicos animales en hacerlo: los cachalotes -que también son cetáceos- se levantan en defensa unos de otros cuando las orcas atacan, por ejemplo. Y las ballenas jorobadas colaboran en la supervivencia de otras especies, como las focas, cuando son atacadas por este mismo depredador."
Otros le apuntan a la presencia anticipada de estas orcas a la zona del Estrecho de Gibraltar y el resto de la costa atlántica peninsular (que comenzó a finales de enero y principios de febrero, meses antes que en años anteriores), con la confusión que eso genera. Esa anticipación tendría relación, a su vez, con la llegada temprana de atunes, que son la principal alimentación de las orcas. Y este último fenómeno estaría sí relacionado con el aumento de la temperatura del agua del mar producto del cambio climático y el calentamiento global por el descuido del ser humano. O sea, terminaría siendo una "venganza" indirecta de las orcas frente a los cambios forzosos en el medioambiente que ha impuesto la Humanidad.
Otra posible explicación podría estar en que, ante determinadas circunstancias, los animales inventan lo que se llaman "modas conductuales" de forma arbitraria, sin ningún tipo de lógica o razón. Y luego se imitan entre sí. Paso hace 5 años con los delfines con nariz de botella que que comenzaron a "caminar con la cola" sobre la superficie del agua o con las mismas "orcas ibéricas" cuando se detectó cierto "aprendizaje social" con una costumbre que se comenzó a extender -sin demasiado sentido- de llevar un salmón muerto en la cabeza. Y otras que imitaban los cantos de los leones marinos. Desde ese punto de vista, los expertos no descartan que los episodios de agresividad hacia las embarcaciones sean apenas una peligrosa "moda pasajera".
Si bien los especialistas aseguran que las orcas "están aprendiendo a interactuar con las embarcaciones, es un comportamiento cultural y de imitación que se puede transmitir de forma vertical en las orcas, es decir, de madres y padres a hijos, y también por transmisión o aprendizaje horizontal, es decir entre individuos de la misma generación".
Los expertos de GTOA tienen identificadas unas 35 orcas de la población de "orcas ibéricas", tal como se conoce a esta población de cetáceos. Pertenecen a la especie Orcinus orca pero tienen algunas diferencias con otros especímenes, por ejemplo, un parche en los ojos o un tamaño menor que las que transitan por las aguas del Atlántico norte.
El GTOA viene analizando las particularidades y conductas de la "orca ibérica" desde hace años, con estudios sobre su ecobiología. Pero aún así no ha llegado a conclusiones definitivas sobre este fenómeno relativamente nuevo en esta zona marítima donde se dieron los ataques de estos cetáceos contra las embarcaciones. Por eso, por el momento se encargó de difundir las recomendaciones ante citadas para que cualquier navegante sepa cómo actuar e informar inmediatamente a las autoridades cuando un grupo de orcas se acerque a esas naves. Más aún cuando esa presencia se traduzca en un peligro. Y en una suerte de "venganza" contra su principal depredador, su peor amenaza: el ser humano.
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