Mientras millones de personas se empobrecieron, un puñado de multimillonarios de la región acumularon más fortuna. En medio de la crisis desatada por el Coronavirus, esos privilegiados lograron sacar más rédito personal aún cuando las economías de sus países se derrumbaron.
Por Gabriel Michi
Es como una ruleta. Uno gana y el resto pierde. Pero, lejos del azar que podría equilibrar cada una de las posibilidades individuales, aquí sacó más rédito aquel que ya venía con más ventajas desde antes. Y esas ventajas se agigantaron en medio del abismo colectivo. En medio de la Pandemia de Coronavirus, mientras que millones de personas se empobrecieron y cayeron en la miseria más absoluta, un pequeño grupo de privilegiados multimillonarias ganaron fortunas que acrecentaron aún más las que ya tenían. Y en Latinoamérica eso se sintió aún con más fuerza. Así, las distancias con el resto de la sociedad se multiplicaron. De hecho, sus países vieron derrumbar sus economías. Pero ellos, ese grupo de "afortunados" engulleron más y más billetes, sin saciar siquiera tanta ambición.
Cuando la economía del Mundo caía como no se había visto en décadas y mientras los gobiernos de Latinoamérica hacían malabares para intentar frenar el torrente de ese derrumbe, el pequeño grupo de multimillonarios -integrado por aquellos cuyas fortunas superan los 1.000 millones de dólares- en la región ascendió de 76 a 107, en una población que ronda los 650 millones de habitantes. La fortuna acumulada por el exclusivo club se disparó mucho más: pasó de los 284.000 millones de dólares a los 480.000 millones.
Es decir, en América Latina el número de personas más ricas aumentó 41% pero el patrimonio conjunto de esos 107 multimillonarios se catapultó un 69%. De hecho, esas fortunas equivalen al PBI total de la República Argentina. Y supera el de la mayoría del resto de las naciones de la región, siendo sólo superada por los dos gigantes de América Latina: Brasil y México.
El dato también novedoso es que en medio de la hetacombe generalizada por el COVID 19 donde casi todos los ciudadanos debieron aceptar descender varios escalones en sus umbrales de consumo y, muchas veces, en sus escalas en la pirámide socio-económica, hubo 31 personas en Latinoamérica que se convirtieron en multimillonarios en medio de la Pandemia. Entre ellos figuran Guilherme Benchimol (Brasil), Beatriz Dávila de Santo Domingo (Colombia), David Vélez (Colombia) y André Street (Brasil). Y hubo algunos otros que regresaron a ese exclusivo club: entre ellos Eduardo Eurnekian (Argentina), David Peñaloza (México), Fernando Chico Pardo (México), Horst Paulmann (Chile), Luis Enrique Yarur Rey (Chile), Vito Rodríguez (Perú) o Eduardo Hochschild (Perú), según el ránking de la revista Forbes.
En la región, los países con mayor cantidad de multimillonarios en América Latina son Brasil y México, lo que resulta lógico por la cantidad de población y el PBI que tienen los dos gigantes. Pero llama la atención que en tercer lugar figura Chile, país que tiene menos habitantes que los otros que le siguen en la nómina: Perú, Colombia y Argentina. Y los sectores donde operan prevalentemente esos afortunados son: el financiero, las telecomunicaciones, los medios digitales de pago y la salud.
Un Mundo desigual
Que un puñado de privilegiados haya ganado tanto dinero, mientras el resto de sus conciudadanos se empobrecían no responde necesariamente a la gimnasia de esos magnates en la "economía real" sino más bien a sus habilidades en el universo financiero. Y esa situación no se dio sólo en América Latina: en 2020, el año de inicio de la Pandemia, el número de los millonarios en el mundo creció alrededor de cinco millones. Así, los que poseen más de un millón de dólares hoy son 56 millones de individuos en todo el Planeta. Si se recorta el universo y se enfoca sólo en los adultos del Mundo, el 1% se hicieron millonarios por primera vez en medio del reino del Coronavirus. Mientras la enorme mayoría de los ciudadanos caían en un abismo sin antecedentes.
Y esas desigualdades se potenciaron aún más en la región más desigual del Planeta: América Latina. Según un informe del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), "la pandemia del COVID 19 aceleró las tendencias mundiales que se venían dando desde la crisis del 2008: aumento de la desigualdad, concentración de la riqueza y destrucción de empleos; mayor endeudamiento de los Estados y privados; mayor tensión geopolítica y geoeconómica; aumento del proteccionismo en las potencias; crecimiento económico mundial empujado por Asia -particularmente China- y estancamiento o caída de EE.UU. y Europa".
Los datos de cómo impactó en forma desigual la crisis generada por el Coronavirus en los países desarrollados y en los periféricos son contundentes:
- Los trabajadores de los países de ingresos bajos y medianos tuvieron una disminución estimada en las horas de trabajo del 23,3% (240 millones de puestos de trabajo a tiempo completo) en el segundo trimestre del 2020”], mucho más que en los países centrales
- Frente a la parálisis general de las economías, todas las administraciones del Planeta recurrieron a paquetes de estímulos para sostener el empleo. Sin embargo, el 88% de los 9,6 billones de dólares planteados para eso en el Mundo, el 88% corresponde a países de ingreso alto.
- Según CLACSO, "los países de ingreso alto han invertido más que suficiente para cubrir la cantidad de empleos perdidos, y los países de ingreso medio y bajo no han logrado aportar ni siquiera la mitad de lo que necesitaban. América fue el continente con la mayor brecha de estímulo fiscal.
- Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), la actividad manufacturera en los países desarrollados cayó un 16% en 2020, en el promedio de los países en desarrollo fue del 22%. Pero en Latinoamérica fue aún peor: la actividad industrial se derrumbó un 24%.
- Según un estudio del Banco Mundial, más de 350 millones de personas podrían caer en la pobreza y 100 millones en la pobreza extrema a causa de la crisis mundial desatada por el Coronavirus. Y Latinoamérica la situación es particularmente grave. Para la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la región 30 millones de personas pueden caer en la pobreza extrema y 46 en la pobreza, a consecuencia de semejante situación.
En semejante contexto de caída al abismo de la mayoría -casi la totalidad en algunos casos- de los ciudadanos, un puñado de privilegiados han sacado mayores ventajas. Según la agencia Bloomberg, los cinco hombres más ricos del mundo aumentaron en más de 200.000 millones de dólares sus fortunas. Sólo Jeff Bezos, el hombre más rico del Planeta, aumentó su riqueza particular en 72.000 millones dólares. Y tanto el dueño de Amazon como los otros que integran el más selecto club de multimillonarios planetarios tienen sus negocios en las industrias tecnológicas y el comercio electrónico, grandes beneficiarios de la Pandemia.
Y así como ocurrió en el Mundo, en América Latina la situación fue aún peor. Millones cayendo en la miseria y un puñado obteniendo más dinero que nunca. Y construyendo una muralla de desigualdad más alta que la gigantesca que ya existía.
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