Mar de fondo: Un barco hundido en medio de las amenazas entre Trump y Maduro
- MundoNews

- 4 sept
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EE.UU. atacó en el Caribe una supuesta embarcación del Tren de Aragua que llevaría drogas desde Venezuela: murieron los 11 tripulantes. Todo eso en medio del despliegue de la flota estadounidense en el Caribe, que para el chavismo es el inicio de una potencial invasión.
Por Gabriel Michi

Hay amenazas cruzadas, con palabras altisonantes y desafiantes. Hay sobreactuaciones de ambos lados. Y una diatriba bélica potenciada con intenciones políticas. Una diatriba que -en sus lógicas política- les sirve a ambos enemigos: Donald Trump y Nicolás Maduro. Pero ahora, de los gestos (y las palabras) se pasó a los hechos. En medio de un despliegue de su flota militar en el Mar Caribe para amedrentar a Venezuela y frenar los supuestos barcos narcos que parten de su territorio, el gobierno de Estados Unidos acaba de anunciar y mostrar el hundimiento de una embarcación que supuestamente traficaba drogas desde ese origen y con destino a su territorio. En el ataque murieron los 11 tripulantes que, según los estadounidenses, formaban parte del peligroso cartel Tren de Aragua.
El anuncio lo hizo el propio presidente Trump en sus redes sociales y fue él quien brindó los detalles de la inusual operación militar estadounidense en el continente americano. Para muchos analistas, este es el primer capítulo de este tipo de lo podría preanunciar una drástica escalada en los esfuerzos del gobierno republicano por frenar el flujo de narcóticos desde Latinoamérica y, en particular, desde Venezuela. Pero para otros estos podría constituir también una demostración de fuerza de Trump en su enfrentamiento con Maduro, al que acusa de ser el responsable del auge del peligrosos Tren de Aragua. Desde el gobierno venezolano acusan a la Casa Blanca de estar preparando una invasión a su país.
El presidente de EE.UU. publicó un breve video de una pequeña embarcación que aparentemente explotó en llamas y escribió: "El ataque ocurrió mientras los terroristas se encontraban en aguas internacionales transportando narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos”, publicó Trump en Truth Social. Y agregó: “Ninguna fuerza estadounidense resultó herida en este ataque. Por favor, que esto sirva de aviso a cualquiera que esté considerando traer drogas a Estados Unidos”. El video en cuestión muestra una lancha rápida de varios motores navegando en el mar cuando un destello brillante la ilumina de golpe y luego aparece envuelta en llamas. No se llega a distinguir ni la cantidad de tripulantes ni el supuesto cargamento que transportaba.
Hace tiempo que el Tren de Aragua es foco de atención en el discurso trumpistas, con varias redadas que se han dado en territorio estadounidense. Este peligroso grupo narco surgió hace más de una década en una prisión de esa región del centro venezolano, donde los reclusos prácticamente de autogobernaban y controlaban la cárcel. Sus tentáculos fueron creciendo fuera de los muros y se convirtió en el principal clan de drogas de ese país. El enorme éxodo de más de 7,7 millones de venezolanos que huyeron de la crisis económica y migraron a otros países latinoamericanos o a Estados Unidos, fueron el campo propicio para que sus proyecciones de potencien en el Exterior. En ese contexto es que tanto Trump como otros funcionarios de su administración colocaron al cartel en el centro de sus acusaciones, acusándola de la violencia y el narcotráfico que azotan algunas ciudades estadounidenses. Pero el líder republicano va mas allá: insiste que el Tren de Aragua opera bajo el control del presidente venezolano Nicolás Maduro, pese a que una evaluación de inteligencia estadounidense desclasificada rechazó esa información. Pese a la seguridad con la que el gobierno de Trump argumentó que la embarcación pertenecía al Tren de Aragua, no hay certeza de cómo se llegó a esa conclusión.
Conocida la información del hundimiento, la televisión estatal venezolana mostró a Maduro y a la primera dama, Cilia Flores, caminando por las calles del barrio donde creció, en un pretendido "baño de afecto" de los locales mientras el propio presidente expresaba: “Ante las amenazas imperialistas, Dios está con nosotros”. Pese a no hacer referencia al ataque, Maduro denunció que Estados Unidos "viene a por las riquezas de Venezuela", incluyendo el petróleo y el gas. El país sudamericano posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo. Maduro advirtió: “Desde los barrios de Caracas… les digo, habrá paz en Venezuela, con soberanía”.
Por su parte, el ministro de Comunicaciones de Venezuela, Freddy Ñáñez, cuestionó la veracidad de las imágenes. "A juzgar por el video proporcionado, es muy probable que haya sido creado con Inteligencia Artificial", declaró en su cuenta de Telegram. Y lo describió como una "animación casi caricaturesca, en lugar de una representación realista de una explosión".
Mientras todo eso ocurre, el clima de tensión crece. Más allá del propio líder republicano quien ha decidido ponerse al frente de esta disputa con el madurismo es el secretario de Estado, Marco Rubio, quien ya en 2018, durante el primer mandato de Trump, había insinuado la posibilidad del uso del ejército estadounidense en Venezuela y acusó a los funcionarios chavistas de ayudar al narcotráfico. Cuando se le preguntó si Trump llevaría a cabo operaciones en territorio venezolano, Rubio fue ambiguo. "Vamos a enfrentar a los cárteles de la droga dondequiera que estén y dondequiera que operen contra los intereses de Estados Unidos".
La operación del hundimiento del supuesto barco narco se produjo después de que Estados Unidos anunciara el mes pasado planes para aumentar su fuerza marítima en aguas frente a Venezuela para combatir las amenazas de los cárteles de la droga latinoamericanos. Algo que se concretó en los últimos días con la llegada de más de 4.000 militares en 8 barcos de guerra y un submarino nuclear en aguas internacionales del Caribe, cercanos al mar venezolano.
Frente a eso, el gobierno de Maduro desplegó tropas a lo largo de la costa de Venezuela y la frontera con la vecina Colombia, e instó a sus ciudadanos a alistarse en una milicia civil. La postura del chavismo apunta a que la Administración Trump está construyendo una falsa narrativa sobre el narcotráfico para intentar forzar su caída. Vale decir que el último Informe Mundial sobre Drogas de la ONU muestra que varios países de América del Sur, incluidos Colombia, Ecuador y Perú, reportaron mayores incautaciones de cocaína en 2022 que en 2021, pero no le asigna a Venezuela el papel descomunal que le ha asignado la Casa Blanca en los últimos meses. El reporte de la ONU señala: “El impacto del aumento del tráfico de cocaína se ha sentido especialmente en Ecuador, que ha experimentado una ola de violencia letal en los últimos años vinculada a grupos criminales locales y transnacionales, sobre todo de México y los países balcánicos”.
Mientras Maduro asegura que “declararía constitucionalmente una república en armas” si su país fuera atacado por las fuerzas estadounidenses desplegadas en el Caribe, la flota estadounidense ya está presente en esas aguas internacionales pero sin dar ninguna señal de una posible incursión terrestre. Pese a los temores agitados por el chavismo, la mayoría de los analistas internacionales más rigurosos descreen de una posible una invasión en Venezuela.
La Armada de Estados Unidos ahora tiene dos destructores con misiles guiados Aegis , el USS Gravely y el USS Jason Dunham, en el Caribe, así como el destructor USS Sampson y el crucero USS Lake Erie en el Océano Pacífico frente a América Latina. Además, tres buques de asalto anfibio —una fuerza que abarca más de 4.000 marineros e infantes de marina— están en la zona pero no hay detalles sobre la ubicación precisa del USS Iwo Jima, el USS San Antonio y el USS Fort Lauderdale. El almirante Daryl Caudle, nuevo jefe de operaciones navales, dijo que esos barcos estadounidenses buscan frenar “operaciones y misiones venezolanas” que involucran a cárteles de la droga.
Las palabras del almirante Caudle ser alistan en el posicionamiento tomado por Trump quien viene presionando para usar las fuerzas armadas contra los cárteles latinoamericanos a los que culpa por el flujo de fentanilo y otras drogas ilícitas a las comunidades estadounidenses y por perpetuar la violencia en algunas ciudades de Estados Unidos. Sin embargo, las especulaciones lanzadas sobre la posibilidad de una incursión militar para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro llegaron a colarse incluso entre los periodistas acreditados en la Casa Blanca. Frente a esa cuestión, la jefa de prensa oficial, Karoline Leavitt, dijo que no se adelantaría a Trump, pero agregó que muchas naciones de la región aplaudieron los esfuerzos antidrogas de Estados Unidos y "el presidente está preparado para usar cada elemento del poder estadounidense para detener la llegada de drogas a nuestro país y llevar a los responsables ante la justicia".
En esa pretendida guerra contra los carteles de las drogas, Donald Trump designó al Tren de Aragua de Venezuela , a la MS-13 de El Salvador y a seis grupos con sede en México como "organizaciones terroristas extranjeras", y denunció presuntas conexiones y operaciones internacionales de los grupos que incluyen narcotráfico, tráfico de migrantes y esfuerzos violentos para extender su territorio. Pero, más allá de eso, a nadie pasa desapercibido el encono que el gobierno estadounidense tiene contra el gobierno de Nicolás Maduro, sobre el que puso una recompensa de 30 millones de dólares a quien ayude a su detención, algo que es aplaudido por la oposición política en ese país.
Maduro repudió las acusaciones de narcotráfico de Estados Unidos e insistió en que Venezuela, a diferencia de su vecina Colombia, está “libre de cultivos de hoja de coca y de producción de cocaína”. El presidente caribeño acusó a las autoridades estadounidenses de haber “cambiado la narrativa y ya no acusan de comunistas a quienes quieren destruir. Esa era la acusación que hacían durante la Unión Soviética. Ya no los acusan de terroristas… como cuando acusaron a Irak, Afganistán y Libia de ser terroristas. Ahora, la acusación burda, diría extravagante, escandalosa, es narcotráfico”. Por eso y ante la posibilidad de una presunta invasión, llamó a los venezolanos a unirse a una milicia voluntaria destinada a apoyar a las Fuerzas Armadas en caso de ataque y de esa manera fortalecer a una milicia que, según sus dichos, reúne unas 4.5 millones de personas (algo que para muchos es incomprobable). Y programó eventos de alistamiento. Todo eso en medio de un clima de beligerancia mutua donde las palabras actúan como misiles que siembran aun más la discordia. Y donde Maduro y Trump juegan su propio juego. Un juego peligroso.










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