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Río Negro: Dos realidades que chocan de frente

Mientras en varias localidades del Alto Valle no quedan camas disponibles en Terapia Intensiva, el Gobierno provincial debió ceder a las presiones de aquellos que se manifestaron en contra de restablecer la cuarentena estricta. De qué se trata la llamativa fase "intermedia".


Por Gabriel Michi




Hay dos realidades que chocan de frente en la provincia de Río Negro. Dos realidades que se contradicen entre sí. Y que deberían interpelar tanto a las autoridades como a los ciudadanos de a pie. Mientras que la provincia en su parte occidental atraviesa una realidad sanitaria dramática por el COVID 19, el Gobierno provincial debió ceder a las presiones y manifestaciones en contra de la posibilidad de instaurar una cuarentena más dura.


Con más de 4.700 casos y casi 140 muertos (al 25 de agosto y, con una población cercana a los 740.000 habitantes, las Terapias Intensivas de las principales ciudades del Alto Valle están saturadas. En General Roca (105.000 habitantes), donde entre el hospital público y dos entidades privadas reúnen 40 camas en Cuidados Intensivos, no queda ni una: están ocupadas el 100%. Lo mismo ocurre en Allen (26.000 habitantes), donde apenas cuentan con cinco camas en el hospital público y están todas ocupadas. En Regina (35.000 habitantes) albergan a pacientes graves 9 de las 10 camas que existen en Terapia Intensiva; es decir, queda una sola disponible. Y en Cipolletti (110.000 habitantes) tienen ocupadas 46 de las 49 camas de TI, o sea el 90%. Otras localidades de esa zona, como Cinco Saltos y Fernández Oro no cuentan con servicios de UTI. El diagnóstico regional es terrible y alarmante: de 104 camas de Cuidados Intensivos que tiene el Alto Valle de Río Negro, 100 están ocupadas, es decir, casi el 97%.




Mientras este escenario dramático ocurre, en los últimos días una serie de manifestaciones contra la posibilidad de restringir más actividades por la Pandemia se multiplicaron en la región. Algunas en General Roca. Otras en Cipolletti. Otras en Regina. Y eso obligó al gobierno de Arabela Carreras a dar marcha atrás y buscar una salida "intermedia" frente a semejante cuadro de situación. Una especie de "fase intermedia".


Frente a una realidad donde los médicos le han tenido que decir que no hay lugar en las Terapias Intensivas, los pacientes graves que necesitaban un lugar allí debieron ser trasladados a decenas de kilómetros, a otras ciudades donde la capacidad no estaba saturada en ese momento. Así ocurrió, por ejemplo, con dos pacientes de Regina que tuvieron que ser trasladados al hospital Francisco López Lima y otro a una clínica privada de General Roca, cuando aún quedaban lugares disponibles en las Terapias Intensivas. Es más, en las últimas horas trascendió un caso de un paciente de 70 años que falleció por Coronavirus en el hospital de Allen y que, según informaron fuentes del personal al diario Río Negro, no había conseguido cama en Terapia Intensiva en un primer momento, ni tampoco una derivación para ser atendido ante la gravedad del caso.






Más allá de que aún quedan camas de UTI en la vecina de provincia de Neuquén (aunque se triplicó esa ocupación en el último mes), existe un reservorio en la zona oeste de Río Negro en San Carlos de Bariloche. Aunque no muy alto. Allí están siendo utilizadas el 80% de las camas de cuidados intensivos, si se suman los hospitales públicos y los privados.



Marcha atrás


El domingo 23 de agosto la gobernadora Arabela Carreras había anunciado la vuelta a la "fase 1" del confinamiento por la cantidad de casos que reportaba el Departamento de Roca y por el virtual colapso del sistema de salud en algunos lugares. "Estamos al límite de las posibilidades del sistema de salud", diagnosticó Carreras, antes de anunciar el regreso a la "fase 1": "No es una medida grata de comunicar, pero con el compromiso de todos rápidamente podemos recuperar cierta comodidad en el sistema de salud para atender a las personas que vayan contrayendo la enfermedad”, señaló.





Eso generó masivas movilizaciones en General Roca, Cipolletti y Regina, donde vecinos y en particular comerciantes salieron a repudiar y rechazar la vuelta al Aislamiento total. El enojo se hizo sentir tanto que finalmente el Gobierno decidió tomar el camino de una salida "intermedia" . De esta manera, se dispuso que el comercio esencial y no esencial del Alto Valle podrá funcionar pero con horarios limitados y las actividades recreativas estarán permitidas pero sólo viernes, sábado y domingo. El resto de los rubros, con excepción de 30 actividades consideradas esenciales, se mantendrán cerradas.


Para llegar a esta marcha atrás la gobernadora Carreras mantuvo una serie de contactos virtuales: el primero fue con los Intendentes de las zonas afectadas. Luego con la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro (Feern), donde se agrupan las Cámaras de Comercio de las distintas regiones y que habían puesto el grito en el cielo por la decisión del Ejecutivo de cerrar el grifo de las actividades.


Esta medida "intermedia" -sugerida por Intendente de Cipolletti, Claudio Di Tella- contempla que todos los comercios, cualquiera sea su especialidad, puedan abrir sus puertas de lunes a viernes entre las 9 y 19 de lunes a viernes, pero con el límite de 8 horas diarias. A su vez, los días sábados podrán levantar sus persianas de 9 a 14 los comercios.


Por su parte, los negocios vinculados a la gastronomía podrán continuar con la opciones delivery y take away de 19 a 22 horas. También los viernes, sábados y domingos podrán realizarse actividades recreativas individuales al aire libre, hasta las 19 horas. Para acompañar la situación de crisis que sufre el sector del comercio por la Pandemia, el gobierno provincial anunció también una ayuda estatal de 70 millones de pesos.



Así, las dos realidades que se dieron en simultáneo, pusieron en juego ese debate eterno que explotó junto a la Pandemia del Coronavirus y las consiguientes cuarentenas: Salud versus Economía. Y, mientras se agotan las posibilidades de conseguir una cama en casos graves, una cantidad importante de ciudadanos le ganó la pulseada al poder político y le hizo retroceder en una decisión tomada por razones sanitarias. Dos realidades que chocaron de frente. Y que no se sabe qué consecuencias traerá.




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